CAP 16

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aqui otro cap más 🐐🔥😙

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Cristina sintió sus bragas mojadas después de las palabras de Federico.
Qué atrevimiento el de su marido…

Tenía en los ojos de un brillo salvaje de deseo. No cabía duda de que él sabía hacerla arder en la cama.

C: Amo a Fede Jr. - Cristina dijo, mordiéndose el labio inferior.

F: ¿Y el dueño de él? - Bajó la cabeza para tomar un pezón entre los dientes.

C: Yo... aahhhh - sentir la boca de su hombre succionando su pezón era maravilloso y le impedía pronunciar palabras.

Sí, ella estaba enamorada de su marido y lo amaba, pero como no estaba seguro de los sentimientos de Federico no quiso decir nada.

Y cuando él la miró esperando a que contestara su pregunta, Cristina tiró de él y lo besó apasionadamente haciéndolo olvidar cualquier conversación y limitándose sólo a sentir las nuevas sensaciones que su esposa le despertaba.

Se amaran fogosamente casi toda la mañana, y eso era lo que Cristina quería, aunque todavía estuviese dolorida en sus partes íntimas, en sus muslos y en sus pechos, pero eso no le impidió de querer hacer el amor con locura con su esposo.
Por la noche, Cristina estaba sola en el exterior de la casa. Sus pensamientos vagaban analizando el comportamiento de ambos a lo largo del día. Sólo habían hecho el amor en la mañana porque por la tarde Federico la llevó de compras y no soltó de su mano un minuto. Caminaron por las calles y Federico le robaba besos de vez en cuando a pesar de las protestas de Cristina que se sentía avergonzada.

Cuando regresaron ya era de noche, ella se dio una ducha y se fue a la piscina mientras su marido hacía la cena.

F: ¿Qué hace mi esposa aquí sola, eh? - Cristina sintió los brazos de su esposo alrededor de su cintura, tirando de ella contra su pecho.

C: Pensando... - cerró los ojos, disfrutando del abrazo.

F: ¿En mí??

Ella se echó a reír.

C: ¿Cuando volvemos a la casa?

Era increíble cómo Cristina nunca respondía a las preguntas de Federico, siempre trataba de cambiar de tema.
Por la mañana, cuando le preguntó si ella lo amaba, Cristina lo sedujo con sus besos y la pregunta quedó sin respuesta.

F: ¿Ya quieres irte?

Ella asintió.

F: Y yo que pensaba que mi esposa estaba disfrutando de mi compañía...

C: No es eso... - Cristina se volvió hacia él. - Yo... Me gusta estar aquí, sin que nadie nos moleste pero quiero volver...

F: ¡No, todavía no! Nos quedaremos al menos una semana más. Tú eres mi esposa y las cosas serán como yo decida, ¿entendiste?

Cristina sintió la furia en la voz de su marido.

C: ¡Tampoco es necesario que hables así conmigo! - ella lo empujó. - Puedo ser tu esposa, pero yo no soy un objeto que puedes manipular a tu antojo.

F: Cristina, por favor...

C: Por favor, nada. No me gustó el tono que hablaste conmigo.

Federico trató de arreglar la situación.

F: Cariño, estábamos tan bien… - intentó acercarse pero ella no le permitió. - Lo siento, estoy acostumbrado a dar órdenes, a actuar por mi cuenta, ni siempre puedo llegar a un acuerdo, no sé...

DOMANDO A LA FIERA Onde histórias criam vida. Descubra agora