|2| ¡Santo ciego!

449 65 17
                                    

—Esto no está pasando, esto no está pasando —abro los ojos—. Ay Dios, esto está pasando.

Apreté la tela de su chaqueta mientras él aumentaba cada vez más la velocidad para perder a los policías que aún nos seguían. Jamás he subido a una motocicleta, jamás lo he querido hacer, ¡jamás! Esta será la primera y última vez que mi trasero toque una motocicleta.

Le miré desde el retrovisor, y por hacerlo, casi me desmayo. Ay Dios, ay Dios, ¡ay Dios! ¡Este chico está conduciendo con los ojos cerrados! Esto ya es una pesadilla, tiene que ser por aquel cigarrillo, sí, eso debe ser. Seguro estoy tirada en algún callejón con mucha basura y esto solo es parte de mi imaginación. «Bien, solo me soltaré de él, caeré y despertaré». Lento, dejo de apretar su chaqueta para luego alejar mi agarre de su cintura.

—No te sueltes. —Su mano me atrapa y la vuelve a poner en el lugar de antes, pero esta vez siento su duro abdomen sobre la chaqueta, también un poco de calidez. Él me suelta y entra en una feria con carritos de comida rápida.

«No es pesadilla, ni efectos del cigarrillo, ¡es un sueño!». Es la primera vez que toco a alguien, ¡y no es un viejo! Pero.. no sé a dónde me lleva.. o por qué me ayudó a escapar de los policías. Entonces, sin aviso, él frena y mi mejilla choca con su espalda.

—Llegamos. —avisa, quitándose el casco.

¿Llegamos? ¿Llegamos a dónde?

Bajo de la motocicleta para luego ver a mi alrededor. Y apreté los labios, nerviosa. No había nadie, era una calle vacía y oscura, fría y con olor a licor y basura. Luego miré al chico y me sorprendí: sus ojos estaban abiertos, ambos, y me estaba viendo. Me estaba viendo tan.. profundamente que, tuve que desviar la mirada hacia abajo.

—Yo.. ya me voy.. —musité.

—¿Tienes a dónde ir? ¿Tienes una casa?

Me molestó. Eso me enojó y lastimó.

—Sí. Sí la tengo —dije, levantando mi rostro—. Pero eso no es el tema de conversación ahora, dime, ¿por qué me ayudaste?

Seguí sus movimientos cuando bajó de la motocicleta y dejó su casco sobre ella. Caminó a mí. Era alto. Carajo, ¿ahora qué hago? ¡Es alto!

—Dime tu nombre. —dijo.

—¿Eres un acosador? —fruncí el ceño.

Y si lo era, no está nada mal. ¡Es guapo! ¡Demonios, esa mirada me va a matar!

—No.

Tch.

—¿Entonces por qué quieres saber mi nombre?

¿Y por qué no mejor mi número de teléfono?

Ay, cierto, no tengo. ¡Demonios!

Él se acerca más.

¡No, aún soy joven! Pero... si es con él, para nada me quejo.

—No hay tiempo, lo siento. —Sin poder hacer nada, su mano se posa en mi rostro y mis rodillas pierden la fuerza. Mis ojos se cierran y caigo dormida.

~•~

—Ciego.. guapo... No me lleves.. —levanto mi cuello inclinado por el dolor de dormir en mala posición, mientras abro los ojos lentamente, sintiendo la baba caer por mi mejilla—. ¿Dónde..?

—Ella está despertando.

Al tener la vista en ellos, parpadeo y sacudo mi cabeza. No puede ser.

Jamás suban a una motocicleta, la cual es conducida por un desconocido, uno muy pero muy atractivo. Jamás lo hagan, porque terminarán como yo: atada a una silla, rodeada de personas que son completos extraños. Aterradores y a la vez con buen físico. ¿Qué tenía en la cabeza para que un idiota, uno sexy, me subiera a su motocicleta y me trajera a un lugar peligroso?

𝗖𝗹𝗮𝘀𝗲 𝗝𝘂𝗷𝘂𝘁𝘀𝘂 • JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora