Good sex, only you | Zayn Malik

Capítulo 5

Después de ese buen rato con Álvaro mi ánimo volvió a ser el de antes. 

Otra vez volvía a estar bien, alegre.

Supongo. —Me dije. —Con el ánimo de siempre. —Rectifiqué.

Mi teléfono sonó despertando a Álvaro.

—Hm. Cógelo. —Dijo y yo alargué mi mano y cogí el teléfono.

—¿Sí? —Dije al teléfono.

—Greta. ¿Hay algo que quieras contarme? —Dijo Doniya al otro lado del teléfono. Yo tragué saliva.

—No, ¿por? —Dije yo.

—¿Quién es? —Dijo Álvaro medio despierto.

—Una amiga. —Le dije.

—¿Con quién estás? —Me preguntó ella.

—Con Álvaro. —Dije yo.

—¿Quién es ese?

—Pues... —Empecé a hablar.

—Bueno da igual. —Dijo sin dejarme hablar. —Lo se todo Greta. Zayn me ha contado.

—¿Qué? —Dije sin creerlo.

—¿Qué pasa? —Dijo Álvaro.

—No, nada. —Le dije a Álvaro.

—¿Cómo que no pasa nada? —Dijo Doniya y yo suspiré frustrada.

—Mira Doniya, hablamos luego. —Dije y colgué. Y apagué el teléfono.

—¿Quién es Doniya? —Preguntó Álvaro rodeando mi cuello con su brazo.

—Mi mejor amiga. —Respondí.

—¿Problemas?

—Sí. —Dije y suspiré. —Y no se que voy a hacer. —Dije tumbándome en la cama y cubriendo mi cara con las manos. —Tengo un grave problema.

***

Estaba en mi casa, tumbada en el sofá viendo la televisión cuando oigo que llaman a la puerta. 

Suspiro, me levanto y me coloco delante de la puerta.

Lista para el interrogatorio de Doniya Malik. —Me dije interiormente.

Abrí la puerta y Doniya entró. Fuimos caminando hasta el salón sin decir nada y nos sentamos las dos en el sofá.

—¿Por qué no me contaste? —Me preguntó ella.

—Era parte del trato.

—¿Por qué aceptaste?

—Porque él me lo propuso y yo siempre acepto un reto.

—¿Quién es Álvaro?

—Un chico que conocí.

—¿Te has acostado con él?

—Sí. —Respondí. —¿Has terminado de interrogarme?

—Sí. —Respondió ella y suspiró.

—¿Amigas? —Dije y ella me miró. —Siento haberme acostado con Zayn pero no sabía que era tu hermano, estaba ebria.

—Lo se. Se cómo eres en las fiestas. —Dijo ella. —Pero me enfado porque no me lo dijiste.

—Lo siento. —Dije disculpándome. —¿Me perdonas?

—Sí. —Dijo y suspiró. Luego nos dimos un abrazo amistoso. —¿Entonces no se gustan?

—No. —Dije yo y ella asintió. —¿Por?