Legolas~°Tauriel°~ kili

~GUNDABAD~

_Te equivocas, se lo que siento y no temo a eso.

_ Tauriel...

_Amrâlimê.

_¿Crees que me pudo haber amado?.

_No lo olvides.

_Talves tenga algo bajo mis pantalones.

_Tauriel... lindo nombre.

_Es para recordar la promesa con mi madre.

_Ella es... es como una estrella inalcanzable.

Las palabras de Kili retumbaban en mi cabeza...

Guarde la piedra y segui caminando me acerque a Legolas estaba con un hombre de pelo castaño oscuro y bigote.

_La muerte de Smaug se propagara por todas las tierras y reinos.

Dijo Legolas dirigiendoce a el hombre.

Todos reclamaran el tesoro de Erebor...

_¿Que sabes?.

_Nada en realidad... pero creo que eso es lo que pasara.

_En el camino... ¿viste algo?.

Prengunte.

_El orco que persegui hasta la ciudad del lago. Bolgo me parece que se llama asi...

_Y temo que sea aliado del palido orco Azog el profanador.

_Llevan una marca que no habia visto en años...

_ La marca de Gundabad.

_¿Gundabad?.

Exclame sorprendida, al parecer era el unico lugar que no conocia.

_Asi es Gunadabad. La fortaleza de orcos del norte de las montañas nubladas.

De pronto un elfo montado en caballo nos interrumpe.

_Mi señor Legolas su padre ordena que regrese de inmediato al reino.

_Vamos Tauriel.

_Tauriel no, ella esta desterrada, lo siento.

¡No, solloce en mi interior, no

Puede ser todo pero no desterrada!

_¿Desterrada?.

_Pues digale a mi padre que si no hay lugar para Tauriel no lo hay para mi.

_Legolas debes ir... es una orden de tu rey.

_Tauriel, no lo hare.

_Puede que sea mi rey, y me de ordenes pero el no le da ordenes a mi corazon.

Imprecionada por lo que habia dicho senti que mi corazon se habia detenido.

_Ire a Gundabad.

_¿Vienes conmigo?.

_S... si.

Respondi con la voz entrecortada.

Nos subimos al caballo de Legolas, caminamos horas y horas hasta que llegamos a Gundabad era un lugar gigantesco como una cueva, tenia una entrada.

Ambos nos sentamos y miramos fijamente hacia la cueva.

_Vi una luz... hay movimiento.

Dije.

_¡Si vamos a entrar hagamoslo ahora!

Derrepente una manada de murcialagos se acerca volando hacia nosotros haciendo que nos agacharamos.