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FEY CORRIÓ HACIA EL BAÑO, con su neceser de maquillaje en la mano

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FEY CORRIÓ HACIA EL BAÑO, con su neceser de maquillaje en la mano. A pesar de ser una chica bastante agradable, no tenía amigas que la ayudaran a prepararse para el baile. Por lo general, solo salía con los chicos de su casa, Cedric Diggory y Ernie Macmillan. Ambos no estaban en su año, pero a ella no le importaba.

Se horrorizó cuando Cedric había sido elegido para competir en el Torneo de los Tres Magos, pero al ver la expresión de triunfo en su rostro cuando venció al dragón, se dio cuenta de que era lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a la competencia y posiblemente incluso ganar.

Fey terminó su maquillaje y se puso su vestido azul con volantes. Se puso sus tacones de aguja negros y se miró en el espejo de cuerpo entero.

Ella se veía impresionante. Fey ni siquiera se reconoció a sí misma con todo el maquillaje empacado en su rostro. Después de arreglar su cabello, estaba satisfecha y salió del dormitorio.

Después de salir de la sala común de Hufflepuff, se encontró frente a un muy guapo Jacob Simmons.

Jacobs se quedó boquiabierto cuando la vio y con una sonrisa le susurró al oído. –Te ves hermosa esta noche.–

Esta acción hizo que los escalofríos recorrieran la espalda de Fey. Ella se sonrojó profusamente y murmuró un pequeño agradecimiento. No estaba acostumbrada a que los chicos la complementaran.

Ron estaba bajando los escalones que conducían al gran salón cuando vio a Fey. Su mandíbula cayó cómicamente y solo se dio cuenta de que estaba mirando cuando Harry le dio un codazo en las costillas. Cuando vio a Simmons inclinarse y susurrarle al oído, haciéndola sonrojarse, Ron frunció el ceño. Odiaba verlo con ella, haciéndola reír y ruborizar. Quería ser la razón por la que ella se reía. También quería borrar la sonrisa de suficiencia de la cara de Simmons mientras serpenteaba con su brazo alrededor de la cintura de Fey. Suspirando, él y Harry fueron a saludar a las gemelas Patil y llevarlas al baile.

Fey estaba pasando el mejor momento de su vida. Bailar con Jacob era como un sueño y quería quedarse en él para siempre. Hizo todo lo posible por ignorar la ardiente mirada de Ron Weasley, cuyos ojos ardían en la parte posterior de su cabeza mientras bailaba lentamente con Jacob. Sin embargo, no pudo evitar la incómoda sensación de su mirada y envió a Jacob a buscarle un trago.

Una vez que se fue, Fey se dirigió a la mesa de Ron. –Ron, ¿podrías venir conmigo?– Ella preguntó.

Él asintió lentamente con la cabeza y salieron del gran salón al pasillo, donde las parejas que se besaban estaban demasiado ocupadas con sus parejas para notarlos.

–¿Por qué me has estado mirando toda la noche?– Preguntó Fey en voz baja.

–Oh, eh, yo, sólo quería asegurarme de que Simmons no te molestara.– Ron tartamudeó.

La boca de Fey se curvó en una pequeña sonrisa. –Aw ickle ronniekins quería asegurarse de que estaba bien.– Ron intentó abrir la boca, pero Fey lo interrumpió. –Pero gracias, Ron. Es bueno verte tan cariñoso.–

De repente, Fey envolvió sus pequeños brazos alrededor de Ron y él inmediatamente le devolvió el abrazo. Fey apoyó la cabeza en su pecho y él frotó círculos en su espalda.

Fey se apartó un par de momentos después y le dio un pequeño beso en la mejilla.

Antes de que Ron pudiera reaccionar, Fey había regresado al gran salón, dejando que Ron tocara donde acababan de estar los labios de Fey. Aún sentía la calidez de sus brazos envueltos alrededor de él mientras caminaba de regreso al gran salón.

Después de su pequeño intercambio, ninguno de los dos pudo dejar de pensar en el otro. Fey se sintió un poco culpable porque estaba pensando en otro chico mientras bailaba con Jacob, pero no pudo evitarlo. Ella se estaba enamorando de él. No Jacob, Ron. Ronald Weasley. Poco sabía ella, él estaba pensando lo mismo de ella.

El día después del baile, Jacob estaba mucho con Fey. Esto la molestó un poco, pero no estaba dispuesta a decir nada al respecto. Eso fue hasta que Jacob intentó algo. Estaban sentados en la sala común de Ravenclaw, hablando de clases cuando Jacob se acercó a ella. Ella comenzó a entrar en pánico cuando él movió su mano sobre su muslo. Definitivamente no estaba cómoda.

–Espera, detente.– Fey dijo temblorosamente.

–Pero cariño, sabes que quieres esto.– Murmuró con voz ronca.

–No, en realidad no lo hago, Jacob.– Ella dijo, tratando de empujarlo fuera de ella.

De repente, los labios de Jacobs chocaron contra ella, sus dientes golpearon. Ella soltó un grito y, como reflejo, le dio un puñetazo en la nariz. –¡Quítate de encima de mí!– Ella gritó.

Cuando ella hizo contacto, accidentalmente se mordió el labio con fuerza. Una vez que estuvo fuera de ella, se limpió la boca para encontrar su labio sangrando.

–¡¿Qué diablos, Griffin ?!– Él gritó.

–¿¡Qué quieres decir con qué diablos!? ¡Fuiste tú quien comenzó a besarme cuando dije que parara!– Ella se enfureció.

–Pensé que me querías, Fey. Pero ahora me doy cuenta de que estás demasiado ocupado suspirando por esa estúpida comadreja.– Gruñó, con el brazo a la nariz tratando de detener la sangre que fluía por él.

En ese momento, había comenzado a llorar y salió corriendo de la sala común de Ravenclaw, corriendo hacia ninguna parte en particular. Antes de que pudiera darse cuenta de dónde estaba, sus piernas la habían llevado a la sala común de Gryffindor. Miró a la señora gorda y prácticamente le rogó que la dejara entrar.

–Por favor, realmente necesito hablar con Ronald Weasley. ¡Somos amigos!– Ella estaba desesperada en este punto. –Por favor.– Dijo en voz baja. –Él es el único con quien puedo hablar.–

Antes de que la gorda pudiera responder, el retrato se abrió y allí estaba Ron Weasley.

–¿Fey? ¿Qué estás haciendo aquí?– Preguntó, claramente confundido. Entonces notó que Fey estaba llorando. –¿Qué pasó? ¿Por qué te sangra el labio? ¿Quién te lastimó?– Él comenzó a invadirla con preguntas y ella simplemente negó con la cabeza.

–¿Podemos ir a algún lugar privado?– Ella preguntó.

Ron asintió y la tomó de la mano. La condujo a su dormitorio. No había nadie allí porque estaban todos en la sala común jugando un juego de explosión.

–Cuéntamelo todo.–

Así lo hizo, y al final estaba llorando muy fuerte en el hombro de Ronald.

–Shh tejón, está bien, estás bien. Nunca dejaré que te toque de nuevo.– Dijo con dulzura.

Ella sollozó. –Gracias.– Sniff –león.– Sniff

Después de casi 20 minutos de silencio, Ron había notado que la respiración de Fey se había estabilizado, lo que significaba que se había quedado dormida en sus brazos. La recogió al estilo nupcial y la acostó en su cama. La arropó y la besó en la frente.

–Buenas noches tejón.– Él susurró.

Caminó hacia la sala común y Harry lo miró expectante.

–Ella está molesta. Se quedó dormida.– Ron murmuró, sentándose.

Harry asintió y volvió a su juego.

Mientras los otros niños jugaban, lo único en lo que pensaba era en Fey, imaginando su pequeño cuerpo en su cama.

Notes from a weasley. - Ron Weasley. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora