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AH, SEÑORITA GRIFFIN. Me alegra ver que lo ha logrado.–

Fey entra lentamente en la oficina de Moody, mirando nerviosamente las muchas baratijas que hay por ahí.

–Hola profesor.– Ella dice amablemente. Se dirige a donde Moody se ha sentado en su escritorio y se sienta en una silla frente a él.

Moody toma un trago de su petaca y hace una mueca mientras traga. Fey asume que está bebiendo algo nada apto para niños.

–Entonces. Estaba pensando que nos zambulliríamos de cabeza, ¿eh?– Moody dice bruscamente.

–Oh, está bien entonces.– Fey responde, jugando con sus pulgares en su regazo.

Se pone de pie y le hace un gesto para que lo siga hasta el medio de la oficina. Fey obedece y se acerca a él, su varita se agarró con fuerza en su mano.

–Así que supongo que sabes lo que es el encantamiento patronus, ¿correcto?– Él pide.

Fey niega con la cabeza, avergonzada. –Me temo que no.–

El profesor Moody niega con la cabeza. –No importa, te lo explicaré.–

Toma una respiración profunda, preparándose para escupir su conocimiento. –El encantamiento Patronus es el más famoso y uno de los encantamientos defensivos más poderosos conocidos por los magos. Es un hechizo inmensamente complicado y extremadamente difícil, que evoca una fuerza de energía positiva parcialmente tangible conocida como Patronus o guardián espiritual. Es la protección primaria contra los Dementores. Hay dos tipos de Patronus. Corporal, que significa un Patronus con una forma particular y Patronus incorpóreo. Los Patronus incorpóreos no tienen una forma particular y no protegen contra los dementores como lo hacen los Patronus corporales.–

La mente de Fey intenta envolver su mente en torno a la información que se le arroja, pero su procesamiento se ve interrumpido por Moody aplaudiendo.

–Entonces, todo lo que tienes que hacer es pensar en un recuerdo que tenga la emoción más fuerte. Te sugiero que elijas un recuerdo feliz, ya que elegir un recuerdo triste pero fuerte puede ser bastante difícil.– Explica Moody.

La mente de Fey va inmediatamente al momento en que recibió su carta de Hogwarts. Recordó lo felices que estaban ella y sus padres, y cómo le consiguieron un bate del callejón Diagon para practicar Quidditch el año siguiente.

–Ahora, cuando tengas tu memoria, recita, Expecto Patronum. ¿Entendido?– Pregunta, y Fey asiente.

Prepara su varita y mantiene su feliz recuerdo en el frente de su mente.

Un cárabo se abalanza sobre la ventana abierta de su casa de Londres. La lechuza chilla y deja caer un sobre amarillento en el regazo de Fey. –¡Mamá papá!– Ella grita. Sus padres llegan corriendo, pensando que su hija está herida. –¡Tengo una carta!– La pequeña niña exclama. Sus padres comparten una mirada y suspiran aliviados. –Bueno, ábrelo, cariño.– Dice la madre en voz baja. Fey abre la carta y lee la primera línea en voz alta. –Estamos orgullosos de informarle que ha sido aceptada en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.– Ella sonríe y mira a sus padres, quienes sonríen con cariño a su única hija. –Estamos muy orgullosos de ti, cariño.– Su padre dice, acercándola a un cálido abrazo. Ella le devuelve el abrazo y su madre se une, empujando a Fey en el medio. –Los amo, chicos.– Dice Fey. –Nosotros también te amamos.– Susurra su madre.

–¡Expecto patronum!– Ella exclama, realizando los movimientos correctos de varita.

Desafortunadamente, no pasa nada y ella vuelve a intentarlo, esta vez hablando más alto.

–¡¡Expecto patronum!!– Fey grita. Una vez más, ni un rastro de luz emerge de su varita. Agacha la cabeza disgustada y espera a que Moody la regañe por fallar.

En cambio, le pregunta. –¿Cuál era tu recuerdo?–

Fey mira hacia arriba, sorprendido. –Cuando recibí mi carta de Hogwarts.–

–¡Ah, bueno, eso no es lo suficientemente bueno! Inténtalo de nuevo, esta vez elige un momento en el que estabas abrumada por la emoción.– El explica.

Fey piensa por un momento, devanándose la cabeza en busca de recuerdos felices. De repente, le viene a la mente un recuerdo vívido.

Fue justo después de que Ron emergiera del lago negro durante la segunda prueba, y Harry acababa de salir volando del agua hacia el muelle. –Gracias por preocuparte tanto por mí.– Susurra Ron para que solo Fey pudiera escuchar. Fey se dio cuenta de que no estaba acostumbrada a que la gente le prestara atención más que a Harry, y le dolía el corazón cuando pensaba en él sintiéndose inútil. –Cuando quieras, león.– Luego se inclina y le da un rápido beso en la mejilla. Su rostro se calienta cuando ella se aleja y todavía puede sentir el calor de su mejilla en sus labios. Fey ve que el rostro de Ron se vuelve carmesí y le sonríe nerviosamente. Él le devuelve la sonrisa, haciendo que el corazón de Fey se eleve.

Fey sonríe al recordarlo y grita. –¡¡Expecto patronum!!–

Con un destello de luz azul brillante, un hermoso delfín brota de la punta de su varita. Se desliza por el aire, haciendo giros y figuras en ocho por la habitación. La sonrisa de Fey es amplia y Moody la mira con, lo crea o no, una pequeña mirada de orgullo.

El delfín da vueltas a su alrededor y no puede evitar reír. Lamentablemente, accidentalmente tropieza con sus propios pies mientras se gira para ver al patronus y pierde la concentración. El hermoso delfín se desvanece y Moody aplaude lentamente.

–Bueno, Griffin. Debe haber sido un gran recuerdo, ya que te las arreglaste para producir un patronus corpóreo.– Él dice.

Fey asiente y sonríe para sí misma. ¡Ella realmente lo había hecho! Fey nunca hubiera imaginado que su patronus fuera un delfín. Esperaba algo más parecido a un roedor, pero estaba muy orgullosa de ello. Cuando pensaba en ello, era como un delfín. Burbujeante, cariñoso, juguetón.

–Está bien, Señorita. Creo que sería mejor si regresa a su sala común ahora, es casi el toque de queda.– Moody dice, y busca en su bolsillo su petaca. Toma un trago profundo y le cuesta trabajo conseguir que el misterioso líquido le baje a la garganta.

La curiosidad se apodera de ella, no puede evitar preguntar... –Profesor, si no le importa que le pregunte, ¿qué hay en el frasco?–

–¿Oh, esto? No hay nada de qué preocuparse. Ahora, vete, niña.– Gruñe, un poco molesto.

Fey asiente con nerviosismo y sale de su oficina lo más rápido posible.

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En su cama, acurrucada en su pijama y cubierta con sus cálidas mantas, piensa en su lección con Moody.

Ella había usado un recuerdo con Ron, y en realidad había funcionado. Fey sonríe y reproduce el recuerdo en su cabeza una vez más.

Dios. Estoy enamorada de este chico.

Notes from a weasley. - Ron Weasley. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora