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FEY,

Tu padre y yo lo estamos haciendo bien, considerando que tuvimos que llevar un dragón a Rumania. ¿Weasley dices? Conocimos a un hombre llamado Charlie Weasley en la reserva de dragones en Rumania, es bastante agradable. Dijo que había estado en Hogwarts para la primera tarea de entregar a los dragones. Todavía no entiendo por qué no nos enviaron, pero supongo que es porque vinieron de su reserva. Creo que estaría bien que te quedaras con estos Weasley, siempre y cuando escribas todas las semanas. También nos gustaría conocer al Sr. y la Sra. Weasley. Tu padre y yo tenemos una sorpresa, ¡venimos a ver la última prueba! Estoy tan emocionada de verte, cariño. De todos modos, perdón por la larga carta. ¡Nos vemos en un par de meses!

Mucho amor,
mamá

Fey recibió la respuesta de su madre la mañana después de que envió la carta sobre quedarse con los Weasley. ¡Estaba tan emocionada! ¡Pasó todo el verano con Ron! La idea de estar con él todos los días le daba mariposas, pero trató de ignorarlas.

Fey saltó al gran salón para decirle a Ron que podía ir. Sin embargo, en el camino hacia abajo, fue detenida por el chico que detestaba, Jacob Simmons. Él la agarró por la muñeca y ella trató de soltar su brazo de su agarre.

–¿A dónde crees que vas, hermosa?– Dijo en su voz baja y aterciopelada.

–¡Suéltame!– Ella gritó. Gritó pidiendo ayuda, pero todos ya estaban desayunando en el gran salón para que nadie pudiera oír.

–Nadie puede escucharte, bebé.–

–¿Por qué estás haciendo esto?– Dijo con voz temblorosa.

–Tienes que pagarme por llevarte al baile. Te hice un favor. Nadie te lo preguntaría.– El veneno goteó de sus palabras cuando él le dijo y ella se estremeció. La inmovilizó contra la pared y le sostuvo los brazos a los costados.

–Déjame en paz.– Gimió.

–Hmm, no creo que haga eso.– Dice con voz burlona, ​​pretendiendo considerarlo.

Fey buscó una manera de escapar de sus manos y se dio cuenta de que sus piernas aún estaban libres. Levantó la rodilla y se la clavó en la entrepierna, lo que provocó que él gritara y se alejara tropezando de ella. Sacó su varita y apuntó a Jacob.

Ella lanzó un flipendo sin palabras, enviándolo volando por el pasillo, contra una pared. Ni siquiera sabía que podía hacer magia sin palabras. No se dio cuenta de que Moody había doblado la esquina cuando ella lanzó el hechizo.

Giró la cabeza alarmada cuando escuchó a Moody aplaudir lentamente. –Eso fue impresionante.– Gruñó. –¿Quién eres, niña?–

–F-fey Griffin.– Ella murmuró. Miró hacia donde yacía Jacob, inconsciente. Dejó escapar un jadeo agudo y se tapó la boca con la mano en estado de shock. –Oh no oh no oh no...–

–No se preocupe, señorita, lo olvidaré y él nunca sabrá lo que pasó. Prometo no decirle a nadie.– Comienza. –Aunque con una condición.–

Fey asintió con la cabeza para dejarlo continuar.

–Te reunirás conmigo todos los viernes por la tarde para aprender a controlar tu magia. Con la formación adecuada, podrías ser una de las brujas más poderosas de tu edad.–

Fey sonrió débilmente. –Gracias profesor.–

Moody solo asintió secamente y la ahuyentó mientras se dirigía hacia donde yacía Jacob.

Fey rápidamente corrió hacia el gran salón, esperando no perderse mucho el desayuno.

Ella entró al pasillo sin llamar la atención. Suspiró aliviada y caminó hacia la mesa de Gryffindor. Se deslizó en el lugar abierto en el banco entre Ron y Ginny.

–Hola, tejón.– Dice Ron, sin mirarla. Sin embargo, Fey no responde y Ron se vuelve hacia ella, confundido. –¿Qué pasa Fey?–

Ginny, sintiendo que algo andaba mal con Fey, quiso abrazarla, pero decidió que Ron sería mejor para el trabajo. Hizo un gesto silencioso para que el resto de los Gryffindors alrededor de Fey la siguieran mientras salía del gran salón. Se levantaron y la siguieron para irse, todos mirando a Fey con preocupación.

Después de que los demás se fueron y solo estaban Ron y Fey, ella habló. –jacobhizoalgo.– Dice rápida y tranquilamente.

–Fey. Habla, ¿qué pasó, amor?– Ron dijo suavemente.

El corazón de Fey casi se detuvo cuando la última palabra salió de los labios agrietados de Ron. Parpadeó rápidamente, tratando de procesar lo que había dicho.

Ron, al darse cuenta de lo que dijo, sintió arder su rostro, cuello y orejas. –Uh-yo…–

–Oye, está bien. Me gusta bastante el apodo.– Dijo Fey con una pequeña sonrisa en su rostro. Dejó escapar un profundo suspiro. –Jacob, él-él intentó algo de nuevo.–

Ron parecía como si estuviera a punto de explotar, sus manos temblaban de ira. –Dónde diablos está.– Dijo en un tono peligrosamente bajo.

–Ey Ron.– Dijo en voz baja, colocando una pequeña mano sobre su ancho hombro. –Está bien, Moody y yo nos encargamos de ello, león.–

Ron se relajó ante su toque y sonrió un poco aliviado, todavía visiblemente preocupado por Fey. –¿Qué pasó?– Preguntó con cuidado.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Fey. –Me arrinconó y me dijo que le debía un favor por llevarme al baile. Me dijo que nadie me lo preguntaría nunca.– Una sola lágrima cayó de sus brillantes ojos castaños suaves.

El rostro de Ron se suavizó y abrazó a Fey en un cálido abrazo. Fey le devolvió el abrazo y decidió que Ron era el mejor en abrazos. –Sabes que eso no es cierto.– Susurró en su cabello. Inhaló y percibió una bocanada del champú de pera que usa Fey.

Fey solloza y se aleja del abrazo. –Me inmovilizó contra la pared y tuve que darle un rodillazo en las bolas para sacarlo de encima.–

Ron esbozó una sonrisa. –¡Ahí está el Fey que conozco y amo! ¿Y que más?–

–Yo um- lancé flipendo sin palabras, y él voló contra una pared. ¡Llegó tan lejos! ¡Ni siquiera sabía que podía hacer magia sin palabras!–

–Woah, Fey. Eso es como cosas de sexto año. Fred y George ni siquiera pueden hacer eso, y son muy brillantes con los encantos.– Dijo Ron, con una gran sonrisa en su rostro.

–¡Eso no es todo! ¡Moody me vio y estaba realmente preocupada de que se lo dijera a la profesora Sprout, pero él solo dijo que olvidaría a Jacob y me pidió que me reuniera con él los viernes para que pudiera aprender a aprovechar más mi magia! ¡Podría ser una de las brujas más poderosas de mi época!– Ella sonrió.

Ron la atrajo a otro abrazo. –Estoy tan orgulloso de ti, Fey. Siento mucho no haber estado allí para ayudarte. ¿Sabes qué? Me reuniré contigo frente a la sala común de Hufflepuff todos los días para poder acompañarte a desayunar.–

Fey se rió entre dientes. –Realmente no necesitas hacer eso, pero supongo que está bien.–

De repente, Ron miró a su alrededor y notó que quedaban muy pocos estudiantes en el gran salón. –Mierda.– Murmuró. –Tenemos clase en un par de minutos.–

–Mierda, tienes razón. Primero tengo herbología, ¿tú?– Pregunta Fey, recogiendo su bolso y levantándose del banco.

–Transfiguración. ¿Nos vemos en encantamientos?–

–Sí. Más tarde, león.–

Ron le envía un saludo. –¡adiós tejón!–

Ambos se separan y corren hacia sus clases.

Notes from a weasley. - Ron Weasley. ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora