Especial Mirio

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-Mirio... sucede algo?

-No, porque?

-Llevas un rato sin quitarme la mirada de encima...- rió de manera inocente.

-Te molesta?

-No... pero parece que te preocupa algo.

-Solo estaba pensando.

-Ah si? En que?

-Que te parece si tenemos un hijo?

El gamma perdió el equilibrio ante la propuesta y cayo de lleno al río donde estaba lavando ropa.

-Tamaki!- grito asustado el alpha, se metió al río de inmediato y al tener a su pareja en brazos salio rápido de ahí.- estas bien?

-Si... si... es que...- se aferro al rubio- me tomaste por sorpresa.

-Lo siento... lo dije sin pensar, no quería ponerte incomodo o...

-Mirio... detente, no te disculpes- lo tomo del rostro para que lo mimara- si quiero un bebé -le grito desesperado para que el alpha prestara atención.

Hubo un largo silencio donde ambos trataban de razonar las palabras de ambos y al final solo Mirio pudo reír y abrazar a el pelinegro, entendiendo lo que acababa de pasar.

-No sabes lo nervioso que estaba- dijo Mirio mientras le robaba un beso.

Tamaki solo se pudo sonrojar, era alguien tímido por naturaleza, pero con su novio era diferente, existía una confianza ciega, cualquier cosa que Mirio quisiera el lo apoyaría y sabia que era lo mismo de parte de su alpha.

Se conocían desde niño, crecieron juntos, cuando atracaron su manada ellos nunca se separaron. Después el tiempo les hizo ver que se amaban y desde que se convirtieron en pareja su relación no había avanzado mas allá.

Ambos tenían un gran corazón y al encontrar a integrantes de su ex manada, se concentraron en cuidarlos y buscarlos. Su relación estaba bien, pero su prioridad eran los demás.

Hasta que llego un cachorro que Mirio amaba demasiado. Tamaki estaba desesperado al no saber nada de su pareja por días y decidió buscarlo, hasta que pudo ver la razón de aquello.

Nunca pensó ver de nuevo a ese pecoso que era casi un hermano para Mirio, se alegro tanto y lo protegío lo mejor que pudo para ayudar al rubio y desde ahí su vida volvió a cambiar.

Mirio empezó a dejar el liderazgo de la manada, empezaba a prestale más atención. Le consentía, le mimaba y ambos se sentían bien así.

Aunque el sexo era algo que todavía no estaba a discusión. Sus primeras veces claro que fueron juntos, claro que habían tenido otras noches de placer puro, pero el alpha no le dejaba estar junto a él en su celo, no se sentia listo.

Un gamma no tiene un celo. Tiene un aroma y puede ser marcado por un alpha y solo puede quedar en estado si el alpha anuda en el en temporada de celo, así que si... hablar de un bebé era un paso gigante para ellos.

-Lo pensaste mucho verdad?- lo analizó el gamma mientras aferraba sus piernas a la cintura del más alto y jugaba con su cabello mojado.

-Bueno, acabo la guerra y... ver a esos dos con su cachorro a sido difícil para mi no pensarlo.

Mirio pensaba que era egoísta si pedía algo así, porque nunca se han negado nada, así que la respuesta era obvia, pero si veía aunque fuera una duda en Tamaki, se hubiera retractado.

Afortunadamente no fue el caso. Él veía como el pelinegro adoraba al bebé de Midoriya, a veces cuando ellos iban de cacería o tenían su época de celo lo dejaban con ellos, eran mínimas las oportunidades, porque había mucha gente amando a ese bebé.

Mi pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora