Ot Viktor Volkov

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Salí de la sala de reuniones, no podía más con esto, sin embargo, era obvio que cierta persona me seguiría.

-Volkov, esperé -se detiene tras él nombrado- se que odia a Gustabo por obvias razones, ya a evitado bastante el tema...

No lo odio...

-Escuche Horacio... me da igual que ustedes vayan a buscar a Gustabo, pero...

-¿Ahora me vas a decir que querías ir?

Si, si quería...

-No es un tema que le concierne, Horacio.

-Yo creo que sí, estamos hablando de Gustabo, mi hermano.

-Es curioso que lo menciones, debido a tu sentimiento de apego amoroso a él, pero no en el sentido familiar, si no, de pareja, así que no lo menciones como tú hermano cuando realmente no lo ves como tal, es enfermizo.

Sus mejillas se iluminan en rojo -Puede ser, pero no soy el único, está de más decir que muchos lo amaban a él o a su cuerpo, y tú estás incluído en la puta lista.

-Cuide sus palabras Horacio, Gustabo no es un objeto -aprieta los puños-.

Sonríe -Pense que lo odiabas, en realidad todos lo creíamos -desvía la mirada- querías ir a Marbella...

Suspira bajando la mirada -Talvez si.

-No quiero ser grosero, pero pensé que lo odias por haberte dejado en coma.

-Puedo comprender que ese comportamiento era debido a su alter ego, no era él.

-Claro que no, Gustabo es... incluso más risueño que yo, solo que mantenía una coraza para protegerme... -aprieta los labios- y se hundió tanto en esa fachada que... Pogo...

-Entiendo... espero que lo encuentren, si realmente está secuestrado debe estar muy asustado o en caso contrario, retando a sus captores, cosa que es mucho peor.

Ríe -Si, es muy probable. Entiendo que estás tan preocupado como nosotros, así que te iré informando si encontramos pistas o si los Gambino sospechan de nuestros movimientos.

-Lo agradecería mucho, gracias Horacio.

Pero desde entonces es difícil concentrarme en mi trabajo, se supone que debo mantener la ciudad en orden, pero si no logro ordenar mis pensamientos jamás lo conseguiré. Lo último que me informo Horacio fue que vigilaban el local de los Gambino, tenían fichados sus autos y cuántas bancarias, aún no sospechaban que eran vigilados, pero... en cualquier momento podrían notarlo.

///11 AÑOS ATRÁS///

Mi tiempo solo era invertido en trabajo, así era desde que salí de la escuela militar, creí que siempre sería así y jamás tendría tiempo para mí, sin embargo, todo cambio cuando esos chicos cruzaron las puertas de comisaria por una denuncia, uno de ellos llamo mucho mi atención y me encantaba verlo siempre en mi lugar de trabajo, ya sea por denuncias, estar preso o por tonterías, solo quería tenerlo cerca.

Nunca olvidaré la vez que me dijo que tenía bonitos ojos, no pude esconder mi risa de nerviosismo por aquel cumplido, pero de un día para otro dejo de decirme ese tipo de comentarios, solo un par de días después de que fuera mi compañero de trabajo, sin embargo, pude descubrir la razón, su amigo se me declaro, pero yo no sentía nada por ese chico así que lo rechacé, mis sentimientos solo le pertenecían a Gustabo...

—Gustabo, venga por aquí por favor -le indicó al alumno y este le siguió a su oficina a lado de la recepción- siéntese -se sienta en su silla/sillón-.

—¿Sucede algo? -se sienta frente a él-.

—Su amigo, Pérez, se me declaró.

—Si, estuve presente.

—Pero me llama la atención que usted hacia ciertos comentarios a mi persona, dejo de hacerlos desde que comenzaron su servicio.

Ríe levemente —Escuche comisario, Horacio es mi mejor amigo, prácticamente es mi hermano, nunca haría nada para dañar su confianza, eso incluye no follarmelo a usted.

—¿Disculpe? -lo mira sorprendido-.

Se levanta de su asiento —Todo este tiempo no le decía piropos para enamorarlo lentamente -camina hasta el con una sonrisa traviesa- si no porque me le estaba insinuando, es una gran diferencia -se sienta en su regazo con las piernas a cada lado- el amor no está en mi vocabulario.

—L~le pido que por favor se comporte y se levanté -su voz y cuerpo temblaban-.

—Pero usted no quiere eso -se frota contra el miembro del mayor- ¿Realmente quiere que me vaya? -posa los brazos en el cuello del otro-.

Se muerde el labio —Gustabo, no puedo hacer esto... yo nunca he hecho algo como esto.

Alza una ceja extrañado —¿Virgen? -lo ve asentir con la mirada desviada- la primera vez de una persona suele ser asquerosa por la inexperiencia, para tu suerte yo se lo que se hay que hacer, así que haz caso a todo lo que te digo y tú primera vez será el mejor recuerdo de tú vida.

Seguí todas y cada una de sus exigencias, se sentía muy bien como su interior apretaba mi miembro, los movimientos de sus caderas me hipnotizaban, sus gemidos casi silenciosos en mi oreja eran pura adrenalina, el poder ser descubiertos follando en mi oficina era algo que le daba un toque de peligro a la situación, y sus labios, un manjar que jamás me cansaría de probar, me sentía en el paraíso y terminar en su interior fue exquisito.

+++

///10 AÑOS ATRAS///UN AÑO DESPUÉS///

Nuestros encuentros se repitieron varias veces, incluso después de que fue despedido por matar a un civil en comisaría, entendí su comportamiento, después de todo mataron a un compañero frente a sus ojos, el estrés era demaciado... y yo estaba ahí para ayudarlo, no me importaba que fuera un criminal.

Él ahora estaba acostado a mi lado mientras le acariciaba la espalda, era algo que le encantaba que hiciera.

—Gustabo, realmente siento algo por tí...

—No Viktor -lo mira a los ojos- no digas eso, desde un principio te dije que esto no sería algo serio, yo no doy amor, solo busco una buena polla. No te he dado razones para que me ames -intenta levantarse-.

—¡No, espera! -lo toma del brazo- no me hagas esto.

—Lo siento Viktor, pero te lo haz hecho tú solo. Ya no me busques, por favor.

///ACTUALIDAD///

Esa fue la penúltima vez que lo ví, la última... fue Pogo disparandome más de una vez para acabar con mi vida... pero no pienso dejar así las cosas, lo amo y no quiero dejarlo ir.

¿Y Gustabo? [Gustabowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora