Cambié el agua del pequeño florero que tenía su.. dios.. aún me cuesta decirlo. Puse un ramo de flores blancas y acomodé la pequeña maceta con flores rosadas que tenía en un lado.
Acaricié justo el lugar donde estaba escrito su nombre y ví cómo caía una de mis lágrimas sobre el frío y duro cemento de su tumba.
—Sabes, Jae.. desde que te fuíste, no hay día en que no piense en tí.. ¿Estás bien donde quieras que te encuentres? Estoy completamente segura de que quieres que te cuente lo que ha estado pasando en este último tiempo, verdad?— reí bajo y suave, recordando su sonrisa de conejo, cómo se inflaban tiernamente sus mejillas cuando reía.
—Mingyu viajó a China, por fin están dando buen reconocimiento a su talento, sabemos que es un muy buen actor.— Me recosté al lado de su tumba y seguí acariciando esta —Sabes.. sé que sigue preocupado por mi. Aunque no lo creas, él también te extraña y bastante, yo tambien te extraño. Hace poco conocí un chico, bueno, casi lo maté.. pero eso no es lo importante ahora. ¿Crees que sea alguien bueno? a mi me parece que es algo tierno, cree que es un tigre.. parece bobo, lo sé, pero con lo poco que lo conozco, puedo asegurar que tiene un lindo corazón.—
Sentí cómo una pequeña brisa de aire fresco movía mi cabello con suavidad. Volví a sonreír, mientras mis lágrimas no dejaban de caer. Sabía que no era pura coincidencia.. —Tú lo trajiste a mi vida, verdad?— y otra vez, esa misma cálida brisa en mi rostro. Era él.. él quería que lo sabiera. —Eres mi ángel guardian. Aunque ya no estés aquí, sigo amandote.—
Esa bella y tranquila brisa por última vez, está escuchandome y de una u otra manera, siempre responde y habla conmigo. No puedo escuchar su voz.. esa voz que tanto extraño. Pero la brisa, su misma brisa, me acaricia y abraza.
—Prometo que volveré más seguido, si? tan sólo.. promete que me cuidarás y protegerás para siempre.— Con mis dedos toqué su foto, cerré mis ojos y la acomodé en su lugar perteneciente. —La próxima vez traeré flores rosas, tus favoritas.—
Me levanté con gran esfuerzo y acaricié una vez más su tumba.
—Mi niña, me amarás por siempre?—
Reímos y me acurruqué en su pecho, acariciando sus manos y viendo sus ojos llenos de amor.
—Claro que sí, nana. Te amaré hasta la eternidad—
Por un momento recordé cuando juramos amor por siempre. Sólo que.. este "siempre" duró poco.
Subí a mi coche y conduje hasta casa. Al llegar me fijé en la hora, ya era de noche. ¿Tanto tiempo estuve fuera? Recordé que no había comido, sinceramente, no tengo hambre.
Me quité la ropa, cambiandome por algo bastante sencillo, mejor dicho, por mi pijama. Me recosté y escondí en las cobijas. Con dolor cerré mis ojos, rogandole a mi mente que no volviera a reproducir aquella cinta de recuerdos tan dolorosa que intento guardar en lo más profundo de mi ser.
No noté en qué momento me dormí, a la mañana siguiente tampoco quería levantarme. Me sentía deprimida.. desanimada.
Mantuve mi vista al cuadro frente a mi cama, aquel que con tanto esfuerzo él había pintado para mi, antes de..
Tomé mi telefonó que vibraba como loco
—Si?.. ¿H-han Oppa?.. ahora mismo? pero-.. está bien, está bien, iré!! .. No, en verdad iré, no hace falta qu‐.... —Me levanté lo más rápido que pude, Jeonghan Oppa venía hacia aquí. En un breve resumen, él es el mejor amigo de Mingyu, podría decirse que es casi mi hermano.
Me dí un baño, TENGO OLOR A MUERTO. Tomé algo de ropa y me cambié lo más rápido que pude.
Estaba aplicandome maquillaje cuando escucho el claxon de su coche. Bajé rápidamente, salí de casa y subí.
—Hannie Oppa! dije que no era necesario que vinieras por mi— fruncí el ceño, haciendo un pequeño berrinche.
—Oh, mi queridisima hermanita, Kim kim. Crees que no te conozco? podría apostar que estabas acostada como una vaga sin ganas de levantarte— bufé y me incliné para dar un pequeño beso en su mejilla como saludo. —Sí, sí, ya, igual te extrañé—
Estuvimos todo el camino a la cafetería "Laneze". Ahí hay una abuelita que siempre nos regalaba dulces cuando saliamos de la escuela. Ella se llama Elizabeth, pero nos dejaba llamarla abuela, mejor dicho, ella como nuestra abuela, también a veces nos cuidaba en su cafetería. Mi abuela y ella eran muy buenas amigas, tanto que muchas veces nos acompañaba en casa.
Entré abrazando el brazo del trampas (apodo que le pusimos ya que no había juego en donde no hiciera trampa para ganar), nos acercamos y vimos como salía de su oficina.
—Abuela? volvimos— me emocionó al ver como se acercaba sonriendo a nosotros y nos daba un abrazo a cada uno. No dejaba de mencionarnos lo grande que estabamos, me trae nostalgia recordar aquellos tiempos.
—Mis niños, les traeré sus pasteles favoritos, uno de chocolate para mi niña favorita y uno de vainilla y fresa para mi niño favorito— asentimos riendo bajo y fuímos a sentarnos cerca de la ventana.
—Ya confiesa, trampas, qué sucede?— reí y lo miré entrecerrando mis ojos. —Hannie, te amo demasiado, pero no me creo tu cuento de hermano mayor preocupado—
—Está bien, está bien, me atrapaste, mocosa. Vine a ofrecerte que vayamos a acampar!!!— me observó atento a mi respuesta, manteniendo su sonrisa malvada. —si no vienes.. me veré obligado a contarle a Mingyu que su videojuego favorito no fué robado, si no que su preciada hermana, lo vendió para comprarse un helad-.. — casi me atraganté con el chocolate y negué rápidamente
—Maldito ángel..—
Comenten si les va gustando
la historia!! estaré leyendo lo
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Serendipia - Kwon Soonyoung
Fiksi PenggemarSólo.. amemonos tal y como sabemos hacerlo. "Vivamos juntos hoy y mañana quiero ver tu dulce mirada mi corazón siempre será tuyo es una promesa me enamoré de tí te enamoraste de mi eso jamás nadie podrá cambiarlo ni aunque el cielo desaparezca maña...