49. "Jamás te soltaré"

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Notita: Otra vez se viene canción! :D Ya saben, a la señal de este símbolo: 🎶

Continuación

Le avisé a Gustavo de su regalo de cumpleaños de parte mía cuando terminé de desayunar, a lo que respondió con total alegría y diciendo que no, no tenía nada que hacer por la noche, así que estaba súper libre para gozar de su obsequio. 

gustavoemrosa: Parece que me las voy a cobrar por fin 😁

angelarp: Si muero será tu culpa, ya te lo dije 😢

gustavoemrosa: La mejor forma de superar tus miedos en enfrentándolos, recuerda eso 😉

Este chico podría ser psicólogo o coach motivacional si es que no le iba bien en la actuación; claro, esperaba que no fuera así, pero sería un buen plan B.

angelarp: Ok, entonces, paso por ti esta noche a las siete?

gustavoemrosa: I'll be waiting 

angelarp: I'll be there 😉

Con ello, veía desde lejos mi reacción ante la vista desde el piso ciento dos del Empire State Building...tomé nota mental de llevar conmigo un paquete de bolsas de papel para todo el mareo que era probable que iba a sentir. 

Además, con Ellen en clases y mi tía Samantha trabajando, tuve que, otra vez, decidir yo misma qué iba a ponerme.

No sabía por qué, pero ahora, cada vez que iba a ver a Gustavo, sentía la urgencia de arreglarme al nivel de intentar parecer alguna modelo famosa para una sesión de fotos. 

A eso de las doce, cuando Ellen tenía su hora de almuerzo y yo la ayudaba en su trabajo, esta me mandó un audio como de dos minutos con una sugerencia de lo que debía usar para la siguiente "gran cita con el bombón más dulce del mundo". 

"...que ni se te olvide el labial nude que tan bien te queda, y ah, es una ocasión especial, así que te aconsejo que te pongas ese hermoso vestido color granate que elegiste en Zara y esas ballerinas negras con poco taco, porque vas a caminar un poco. Te lo digo por experiencia: subirás algunas escaleras..."

¡Maldición, Ellen, me la pones complicada!

Encontré el vestido granate colgado en el rack de siempre, y lucia inmaculado y brillante sobre toda la ropa que elegí. 

El verlo me hizo sentir que quizás era demasiado formal para una ocasión como esa, aunque de inmediato se me ocurrió una idea genial, y acepté la ayuda silenciosa del maniquí para ver si funcionaría.

Le coloqué encima el vestido, añadí el saco color negro que elegí en Lima, ese que parecía de señora, pero que abrigaba un montón, y por abajo, las mismas botas que usé el viernes pasado para el Hard Rock Cafe.

- Ahora ya no eres tan formal, ¿o sí? - le dije al vestido mientras admiraba mi obra maestra.

Con ello, me metí al baño, y para variar, quise probar las burbujas de Ellen, las que me dijo que podía probar cuando quisiera, siempre que no usara mucho: olía demasiado bien, y se sentía tan relajante, que no quise salir de la tina sino hasta casi media hora después.

Una vez afuera, me encontré con todos los productos de la rutina de rostro de Ellen en el lavabo; terminé guiándome de uno de sus videos para hacerlo bien y sin romper nada. 

Cuando acabé, me sequé el cabello, y lo desenredé bien para luego decidir no rizarlo ni plancharlo, porque mucho calor le podía hacer daño; algo sabía de antemano sobre el tema. 

Crecer A Tu Lado - Serie A TU LADO I [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora