80's || Anne With Ann e

1×02: Te perdi

Advertencia🚨
Este capítulo tiene contenido no apto para personas sensibles.
Se recomienda escuchar la canción para una mejor lectura.

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Mis manos estaban cubriendo mis oídos.

Estaba de cuclillas en el suelo del baño escuchando como mi padre rompía algo que se encontraba en la sala y mi madre trataba de calmarlo.

- Por favor John. Tranquilo. No, ¡Por favor no me pegues!

Gemidos de dolor se escuchaban y yo me culpaba internamente por no haber Sido un varón y tener la suficiente fuerza para deterlo, para que no lastimara a mamá.

Cansada de los gritos salí del baño y lo empuje con una fuerza que no se de dónde salió.

- ¡No vuelvas a ponerle una jodida mano encima!

Sin embargo recibí una bofetada de su parte que me hizo tambalear y caí al suelo.

- ¡No defiendas a la zorra de tu madre!

- ¡Ella no es una zorra y tú eres un maldito! ¡Ahhh!

Grite cuando me tomo del cabello y me arrastró hasta un espejo. En seguida este se rompió en pedazos y me hizo sangrar un poco de las mejillas.

- ¡Déjala Jhon!

Pero el no se detuvo. Tuve que poner mis manos para que ningún vidrio entrara en mi rostro. Sin embargo, la sangre corria por mis manos y el dolor embriagaba mi cuerpo.

Mi mamá se le tiró encima a mi padre y yo caí al suelo con mis manos hechas trizas.

Cuando abrí los ojos me percate de que mi papá tenía a mi madre bajo de él y la estaba ahorcando.

Un frío intenso me invadió de pies a cabeza y mi corazón se detuvo por un segundo al notar como los labios de mi madre palidecian.

Sin pensarlo golpee la espalda de mi padre lo más que pude pero no la soltaba, no soltaba a mi madre. Le estaba arrebatando la vida.

Grite.

Grite y grite lo más que pude pero yo no me escuchaba, yo solo veía. Solo veía como mi madre daba un último suspiro y me miraba justo detrás de mi padre.

Estiro su mano para acariciar la mía mientras el maldito la ahorcaba.

Yo negaba, negaba porque no quería despedirme, no quería que se fuera. No ella.

Cuando toque su mano su cuerpo quedó flojo y la mano que había levantado se desvaneció.

- ¡NO! - grite aún golpeando la espalda de mi padre. - ¡No, no, no! ¡No mamá!

Cómo si no le pesará ni un poco el hombre se levantó y se dejó caer hacia la pared para que yo me golpeara con ella.

Me arrastre hasta el cuerpo de mi madre que estaba con los ojos abiertos y los labios pálidos. Tome su mano y me abrace con ella.

– Mamá... Mamá no... No te vayas por favor. No me dejes.

El hombre frente a mi me arrastró y me dió un golpe en el pómulo derecho, pero yo ya no sentía. Solo quería estar a lado de mi madre.

Sentí un golpe, tras otro, tras otro y parecían no detenerse.

Giré hacia mi izquierda y trate de alcanzar la mano de mi madre. Cuando la tomé muchas personas entraron a casa con uniformes y pistolas.