Vuelta a la normalidad

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Se aparta un poco del grupo, algo sudorosa por haber estado bailando con Musa y las otras chicas con las que comparte cuarto, excepto Stella, claro. Suspira, con una sonrisa en el rostro, y peina el cabello castaño, echándolo hacia atrás.

Niega con el dedo, cuando Bloom le vuelve a preguntar con señas si quiere bailar. Le da un sorbo al vaso que tiene en su mano izquierda, que contiene una bebida que le gusta, a diferencia del que le entregó su amigo. 

Siente como alguien se posiciona a su lado, pero está tan metida en sus pensamientos y disfrutando de la fiesta, que no le da importancia.

— Doy por hecho que no quieres bailar, ¿no? 

El la mira, y a ella se le borra la sonrisa de la cara cuando reconoce su voz y se da cuenta de quien es. Niega con la cabeza, sin mirarlo,  ni siquiera quiere dirigirle la palabra, no se lo merece.

— ¿No piensas hablarme?

Hace la pregunta de buen rollo, pero ella sigue ignorándola. Sin decir una palabra, se gira sobre sí misma, y anda por uno de los pasillos, alejándose del festejo, y de Sky, por supuesto.

Camina a paso rápido, pero pese a ello, siente y sabe que el chico la está siguiendo. Después de unos momentos, se posiciona a su lado.

— Vamos, creía que ya habíamos superado esta fase.

Llegan a las afueras de la escuela, a uno de las verdes jardines. Ella tira el vaso que sostiene, ya vacío, en una papelera que encuentra. Se sienta en el césped verde y limpio, tratando de disfrutar un poco del aire. 

El especialista se sienta a su lado, y la castaña rueda los ojos, exasperada de que esté pegado a ella como una lapa.

Él le entrega unas rosas que hasta ahora para Atenea habían pasado desapercibidas. Ella las coge de mala gana, y las coloca a su lado, dónde el rubio no está sentado.

Ninguno de los dice nada, y eso lo hace algo incómodo para el chico, que la ha seguido para hablar con ella.

— ¿En serio? ¿No piensas hablarme? ¿Para ti lo que pasó la otra noche no ha significado nada?

— ¿Qué se supone que ha pasado? Porque yo veo que estás muy bien con Stella.

— Te desahogaste conmigo, dormimos juntos y tuvimos un acercamiento.— Se desliza para estar más pegado a la chica.— Stella es sólo una amiga, y yo creí que, no sé, que...

— Que, ¿qué? — Lo mira por primera vez en la noche.— ¿Qué todo volvería a ser como antes solo porque yo tuve un momento de debilidad, en el que cometí el error de acercarme a ti y hablar contigo, y qué se me olvidaría todo mágicamente?

— No creía que fuese como antes, pero si que creí que la menos tendríamos una relación un poco más estrecha.— dirige su mirada a ella.— Te quiero, Nea.

— No, no lo haces. Si lo hicieses, si lo hubieras hecho alguna vez, no habrías cometido ese supuesto error.—hace comillas con sus dedos, y se pone de pie.— Aclaro que voy a llamarlo así, porque me da asco la situación. Y que se supone que quieres que haga, ¿perdonarte solo porque te has disculpado y me has traído unas flores de mierda?

— Joder, Atenea, te digo que te quiero, y es totalmente cierto. No lo quieres aceptar, allá tú, pero es la verdad.— El rubio también se pone de pie.— Respecto a lo otro, lamento muchísimo haberte hecho daño. La cagué, vale. Lo acepto, pero es que no estaba en mis cinco sentidos, Nea. Aquel día tuvimos una pelea bastante fuerte, y había tomado unas copas de más, no estaba pensando con claridad.

Ella suelta una risa irónica.

— Me parece surrealista que intentes justificar lo que me hiciste con unas copas. Yo también tomaba, y no por eso tuve sexo con otra persona.— le da una mirad incrédula y molesta.— Si tan valiente eres para hacerlo, ¡ten los cojones para decir y aceptar que te acostaste con mi mejor amiga!

Parece que a él le impacta el hecho de que le recuerde eso.

— Venga, no te hagas la víctima que no te pega.— lo mira con asco.— Ambos sabemos que hiciste eso conscientemente, aún sigues con ella. Sinceramente, deseo que dure mucho tiempo con Stella, porque los dos sois iguales. Ambos sois tan egoístas, crueles y estúpidos como para traicionar la confianza de alguien que solo os daba su amor y que quería veros feliz.

Sky se acerca, pero ella se da la vuelta y comienza a caminar de vuelta al edificio.

— ¡Siento muchísimo lastimarte, joder! Nunca podré perdonarme por hacer aquello, y por haber permitido que te fuese de mi lado.— Está gritando un poco, pero no le importa.— Eras la persona que más me importaba en el mundo, aún lo eres. Sé que fui un idiota por dejarte escapar.

Sigue sin querer escucharlo, así que Sky corre hasta donde ella se encuentra.

— No sabes lo mucho que sufrí sin ti a mi lado. Eras la persona que me completaba, y yo la cagué.— Traga el nudo que se forma en su garganta.— Los días sin ti eran eternos, y las noches sin escuchar tu voz se convertían en una tortura para mi alma. Cada mañana me levantaba y el primer pensamiento que aparecía en mi cabeza eras tú.

Está a centímetros de ella, y suelta un suspiro tembloroso. Atenea sigue dándole la espalda, se niega a mirarle.

— Tu sufrimiento es lo único que importa, ¿no? — Vuelve a reír de forma irónica.— ¿Qué pasa con lo que yo viví? ¿Qué pasa con el hecho de que te necesitaba y tú no estabas ahí para mí? ¿Qué pasa con las llamadas que te envié, llorando por mi hermana y que tú ignoraste? ¿Qué pasa con todo eso, eh? Dímelo, porque quisiera saber que tiene en mente el perfecto Sky. Y, ¿quiere saber algo? Tú  no me heriste. Me rompiste el corazón en mil pedazos.

— No quiero dejarte escapar.— Habla con la voz entrecortada.— Te necesito a mí lado, no puedo verte con alguien que no soy yo, me duele demasiado.

— Yo también te necesitaba, pero tú estabas ocupado teniendo sexo con la rubia a la que llamaba mejor amiga.— Ladea la cabeza.— No puedes retener algo que no te pertenece, Sky.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2021 ⏰

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