Llega algo apurada, pero con algo de tiempo sobrante. Ve a Riven de pie en una de las plataformas que están más alejadas, y se acercó a él.
— ¿No se supone que tienes que estar entrenando?
Se deshace de la chaqueta fina que llevaba, y recoge su pelo en una coleta alta. Si dirige a la parte izquierda, y coge una de las espadas de madera que hay allí.
— ¿Y tú no se supone que tienes que hacer cosas de hadas?
— ¿Cosas de hadas? ¿Qué es eso? - se burla un poco.
— Ya sabes, bibi di babi di bu.
Atenea suelta una carcajada.
— ¿Te crees que soy un hada madrina?
— No, tú eres más de Maléfica.- bromea
— Mejor, ella es la verdadera diva del cuento.— Le guiña el ojo.— Vamos a empezar.
Ambos se ponen uno frente al otro. La chica sostiene la espada que había cogido antes, y Riven tiene otra un poco más grande, aunque también de madera. Comienzan a dar vueltas alrededor de la plataforma durante unos momentos. Después Riven intenta tocar a Atenea con la espada, pero ella fue más rápida y lo esquiva Se desliza hacia un lado, el derecho, haciendo que el ataque del moreno no le llegue. El chico pierde un momento el equilibrio, pero después se recompome
Ahora es el turno de la castaña. Gira sobre sí misma, con el arma encima de la cabeza, para después bajarla, a la vez que golpea a Riven en la pierna. El otro pierde el equilibro, y cae al suelo. La chica se sube encima de él, y le pone la espada en el cuello.
— Un punto para mí, cero para ti.
El chico sonríe.
— Admito que has mejorado bastante durante este tiempo.
— I know.— ahora es su turno de sonreír.— Me debes algo.
— ¿Algo? ¿En qué momento he dicho yo que te deba algo?
— Es lo que hay. Dijimos eso; si tú ganabas, yo te daba lo que quisieras. Si ganaba yo, me debías algo. Pero tranquilo, porque todavía no sé lo que quiero.
Riven hace una mueca, dándole la razón. Después vuelve a atacarla, sin avisar. Ella intenta esquivarlo.
Estuvieron practicándo durante bastante tiempo. Primero atacaba uno, luego el otro. Después pasaron a entrenar con el saco, y el arco, en el caso de la chica. Entrenaron alrededor de dos horas y media, juntos.
— ¿Vas a ir la fiesta?
Atenea pregunta mientras bebe agua de su botella negra. Habían tomado un descanso, ya que ambos estaban muy cansados.
— Obviamente, no sé con quién crees que estás hablando.— Hace un gesto de diva.
— Bueno, discúlpame, no me acordaba que vivías constantemente en "Euphoria".
— Es una buena serie, te enseña como debes vivir.— Levanta un dedo.— Aprende de ella.
— Cállate, anda.— Suelta una risita.— Mueve tú culo, dúchate y cámbiate. Tenemos un trabajo que hacer.
— ¿Y sí mejor...
— No, Riven, no voy a hacer tu parte del trabajo ni aunque me pagues.
— Que aburrida, niña.
Ella niega con la cabeza riendo, su amigo no ha cambiado nada en este tiempo.
Cada uno se encamina a su respectiva habitación, para cambiarse. Llega andando tranquila, cuando oye unos pequeños susurros procedentes del enorme cuarto. Abre la puerta, con el ceño fruncido, y se asoma, tratando de no hacer mucho ruido.
"No sé porque no me sorprende"
Rueda los ojos para sí misma, y se adentra totalmente en el cuarto.
— Vaya, Atenea, ¿has venido a darte una ducha para ver si debajo de toda esa mugre hay alguien bello?
— No te importa, Stella.
Decide no seguirle el juego, está demasiado cansada. Mira en su dirección, y vuelve a comprobar que no está sola.
"Admito que una parte de mí pensaba que iban romper. Son demasiado crueles y dañinos como para aguantar mucho tiempo."
El rubio aparta su brazo de los hombros de Stella, a la vez que la mira a los ojos. Ella le sostiene la mirada, sintiendo como sus claros ojos la analizan, durante unos segundos.
*********************
Riven y ella habían terminado el trabajo hace poco más de una hora, ambos pusieron de su parte, lo que hizo que fuese más rápido. Ahora se encontraba en su habitación, preparándose para la fiesta. Su mejor amigo la espera fuera, sentado en uno de los sillones grises que hay en la sala.
Vuelve a mirar el vestido plateado que sostiene entre sus manos, decidiendo si ponérselo o no. Frunce un poco el ceño, y opta por ponerse algo más informal, siente que ese vestido es demasiado para la fiesta a que iba a acudir.
Rebusca entre la ropa de su armario, y encuentra unos jeans rasgados que hace tiempo que no se pone. Los conjunta con una camisa transparente negra, con la que se transparenta su sujetador negro de encaje. En los pies lleva unos botines negros y altos.
Ata su cabello en una coleta alta, algo desenfadada. Se pinta los labios de rojo pasión, dibuja su eyeliner algo fino, pone un poco de rímel negro a sus largas pestañas, y está lista.
Sale de su habitación, y se encuentra con Riven, quien al oírla se había levantado de donde estaba sentado. Está bastante guapo con esa camisa blanca que se pega a su cuerpo, y aquellos jeans negros.
Le regala una sonrisa, y ambos salen del cuarto de la chica. Por suerte Stella se había ido tiepo antes, por lo que no tuvo que discutir con ella al salir del dormitorio.
— ¿No pensabas decirme que la bruja duerme en tu cuarto?
— Bueno, tampoco es que sea muy importante.
— Si tú lo dices...
La mira, y se encoge de hombros.
— Me alegra que lo hayas superado, Nea.— Ambos sonríen.— Pero, hay que reconocer que encima de estúpida también es pesada. Debe ser muy difícil convivir con una persona como ella, que se la pasa molestando a las personas a todas horas.
— Ni te lo imaginas.— Gira sus ojos.— Se cree que es la reina del cuarto, y que las demás somos sus esclavas.
— Bueno, cambiando de tema.- Le pasa un brazo por los hombros al llegar.— Estás muy guapa esta noche.
— Tú no te quedas atrás, amigo mío. — Le guiña un ojo.
Ambos caminan entre la multitud, dirigiéndose a una mesa blanca en la que se encuentran los típicos vasos rojos que contienen alcohol. Atenea siente la mirada de muchas de las personas que están allí, pero decide ignorarlas y disfrutar de la fiesta que tienen montada.
Riven le entrega un vaso, que contiene una bebida alcohólica que no conoce, y ella lo acepta. Le da un sorbo, bastante grande, observando el ambiente.
— ¿Bailas?
Musa aparece sonriente, esperando una respuesta. Ella asiente, y estira el brazo, dándole a entender que es una respuesta afirmativa.
ESTÁS LEYENDO
Back to you
عاطفية¿Qué pasaría si lo hada más poderosa de Alfea no fuese Bloom? ¿Y sí se descubriese que la llama del dragón no se encuentra dentro de ella, sino de otra persona?