Bulma era la persona más inteligente del planeta, y aún así, no había pensado las cosas bien. Tendría que haber sabido que Vegeta, pese a toda esa fachada de tipo duro, era en realidad un cervatillo en cuanto a el contacto íntimo se refiere, y que si se acercaba de forma escandalosa, se iba a espantar. Habían pasado un par de días desde que había sido bien clara con Vegeta sobre su situación, y si, vamos a llamarlos "sentimientos", y el Saiyajin había vuelto a huir de ella. Ya ni siquiera entrenaba en los terrenos de la casa, no tenía ni idea de donde pasaba el día entero. Por la noche, cuando él creía que no había nadie despierto, volvía para vaciar la nevera y dormir unas horas antes de volverse a ir. Se estaba comportando como un niño pequeño que quiere evitar ser castigado, ¿tan malo le parecía tener sexo con ella?. Pues bien, que así sea, ya le volvería a pillar por banda y le diría que no tenía de qué preocuparse. Le devolvería el acceso a su estúpida máquina de gravedad donde, por ella, podría estar encerrado las veinticuatro horas del día, y podía volver a explotar con la máquina.
La recta final de su recuperación no estaba yendo tan bien como él tenía planeado. Apenas dormía unas horas, y cuando lo hacía, su mente se inundaba con una cantidad plagada de sueños... variados. Todos protagonizados por aquella vulgar mujer, que es quien claramente tenía la culpa de todo. Ella lo había provocado al acercarse a él de aquella forma tan... tan... seductora. Y tampoco es que durante el día fuese mejor la cosa. Ya no entrenaba en aquella casa, donde su presencia, aunque fuera en distancia, lo ponía nervioso. Solía viajar a zonas desérticas de gente, y se dedicaba a lanzar bolas de energía, volar, y golpear cosas. O lo intentaba, porque la mayoría de las veces, sus pensamientos se veían interrumpidos por sus propios recuerdos, ya no eran fantasías. Había tocado y besado a esa mujer de una manera muy íntima, y parecía que su cuerpo ya no quería hacer otra cosa que recrear aquellos momentos. Maldita sea, así no había quien pudiera entrenar.
Al final todo aquello le pasó factura. Una noche llegó más tarde de lo habitual, con la consecuencia que también se despertó más tarde de lo acostumbrado. Normalmente, se ponía en pie antes de que el sol empezara a verse en el horizonte, esta vez le estaba dando de lleno en la cara. Al principio estaba confuso, pero cuando por fin comprendió que tal intensidad de luz significaba que por lo menos era medio día, Vegeta se asustó, y se cayó de la cama. Empezó a dar vueltas por la habitación como un pollo sin cabeza, buscando su ropa, y vistiéndose a toda prisa. Ya tenía la parte de abajo completa, cuando un carraspeo le hizo detenerse. Oh, no.
- ¿Tienes prisa?.- le preguntó Bulma esbozando media sonrisa desde la puerta. Sabía que con las pocas horas de sueño que estaba teniendo, tarde o temprano le sucedería esto. Ella misma pasaba las noches en vela, soñando despierta y esperando algo que parecía que no iba a llegar.
- Em, si, tendría que haber salido hace rato.- contestó tras un carraspeo para intentar recuperar la dignidad que estaba tan perdida como su camisa.
- No tienes porque hacerlo, ¿sabes?.- le dijo entrando en la habitación, él no le había dicho que se fuera, así que se atrevió a acortar distancias.- Podrías comportarte como el hombre que eres, y simplemente enfrentarte a los hechos.
- No se de que me hablas, mujer.- farfulló Vegeta que al menos había encontrado su pechera blanca, ahora solo le faltaba la camisa que iba debajo
- ¡Ah, eres exasperante!.- le gritó Bulma lanzándole el mando de la máquina de gravedad.- Toma, para que entrenes en la máquina. Si es que eres capaz de estar en el mismo terreno que yo, claro está.
- Gracias... .- murmuró Vegeta recogiendo el mando que había caído al suelo tras darle en la cabeza. Lo miró, por no mirarla a ella.
- Soy una mujer adulta, ¿sabes? Y sé encajar bien los golpes, podrías decirme directamente que te repugno y que no va a pasar nada entre nosotros. Puedo aceptarlo, no eres tan esencial en mi vida, Vegeta, puedo vivir con tu rechazo.- dijo con la intención de marcharse para no volver a cruzarse con el Saiyajin más de lo necesario.
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Misterio de Amor - VegetaxBulma
Fanfiction¿Cómo un Príncipe Sayajin despiadado pasó a formar una familia con una bella científica?. ¿Cómo pudo la científica perdonar todos los errores del Príncipe?. Esta historia nos cuenta como surgió la relación entre Bulma y Vegeta, y como surgió el amo...