Crimen y Castigo

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Cuando Bulma abrió los ojos, toda la habitación le daba vueltas, tenía un sabor amargo en la boca y estaba más confusa que nunca, porque... esa no era su habitación. Se incorporó lentamente hasta quedarse sentada sobre la cama, sujetándose la cabeza en el proceso, que dolor. Quería pensar en los acontecimientos de ayer, y cómo le habían llevado hasta allí, pero es que hasta pensar le dolía. Empezó por lo más sencillo, ¿dónde estaba?. Miró a su alrededor, la escasa decoración y la ropa de deporte le indicó que se encontraba en la habitación de Vegeta. Ahora una pregunta más difícil, ¿por qué estaba desnuda?.

Algunos flashes le llegaban de la noche anterior, sobre todo de cómo ella se había puesto en evidencia al lanzarse sobre los brazos de Vegeta en más de una ocasión. ¿Había sido capaz de aprovecharse de ella?. El no recordar nada le estaba provocando un mareo y una náusea que no se vio capaz de controlar, por lo que acabó corriendo hacia el váter para vomitar. Cuando terminó, se lavó la cara, las manos y se enjuagó la boca. La verdad es que agradecía que Vegeta no se encontrase presente, no creía poder caer más bajo. Se vistió para cubrirse como pudo, y se fue a su habitación, una ducha la despejaría.

Bueno, ahora ya se encontraba más despejada, pero el malestar seguía dentro de su cuerpo. Fue a la cocina, sin saber muy bien que tomar. Normalmente tomaría un café para despejarse, pero no creía que fuese a retener nada tan fuerte. Por lo que optó por hacerse un té de hierbas que le asentaran el estómago. Mientras esperaba a que el agua caliente absorbiera el contenido de la bolsita, pensó que nunca más iba a volver a beber tanto. Al poco rato llegó su madre, con un buen humor que le daba náuseas a Bulma.

- Oh, querida, ¿te encuentras bien? Tienes mala cara.- le dijo su madre siendo muy perceptiva ella.- ¿Quieres que te haga algo?

- Estoy en ello.- murmuró Bulma tras las palmas de sus manos, pues se había tapado la cara en cuanto su madre dijo lo mal que estaba.- Mamá... ¿Sabes dónde está Vegeta?

- ¿Vegeta? Pues entrenando, ¿dónde si no?.- comentó su madre alegremente mientras llenaba una regadera con agua. Bulma imaginaba que había pasado la mañana cuidando las plantas de su hermoso jardín, y ahora tocaría cuidar de las que tenían repartidas por la casa.- Ya ha vuelto a la máquina que le construyó tu padre, espero que esta vez tenga más cuidado.

- Yo también.- murmuró Bulma mientras retiraba la bolsita de té de su taza.

- No es sano que se pase tantas horas dentro, tendrías que hablar con él.

- ¿Tantas horas? ¿Cuánto lleva?.- intentó indagar Bulma sin que su madre se diera cuenta del interés que mostraba.

- Oh, pues. Esta noche llegó muy de madrugada, justo me había despertado, y vi que era muy tarde

- ¿Dices que no ha pasado la noche aquí?

- No es que lo viera, pero sí que sentí como llegó, estuvo un poco en su cuarto, y se metió en la máquina de gravedad, y lleva allí desde entonces. Debería llevarle algo de comer

- ¡Yo lo hago!.- dijo Bulma algo más entusiasta de lo que quería. Además, su propio grito le dio dolor de cabeza.- Tu tienes que terminar de las plantas, ¿verdad?

- Oh, si, tienes razón, aún tengo mucho por hacer.- comentó su madre inocentemente. A veces Bulma no sabía si se lo hacía o lo era realmente.

Bulma se arregló, no iba a engañar a nadie negándolo. Pero como su madre le había dicho, y con razón, tenía una pinta horrible. Así que volvió a ducharse, a ver si una segunda pasada por agua le terminaba de espabilar, y se vistió con algo mejor que ropa "cómoda" y de estar por casa. También se maquilló un poco, no es que se pusiera como una puerta, pero había algunas cosas que debía disimular. Por ejemplo, sus ojeras, que eran lo que principalmente le daban mal aspecto. También se echó algo de brillo de labios porque nunca se sabe. Cuando estuvo lista, su madre ya tenía preparada una bandeja de sándwiches variados y un par de refrescos para que Vegeta usara el que más le gustase. Como ni su madre ni ella misma se fiaban de su equilibrio, encapsularon los aperitivos, y Bulma se marchó hacia fuera.

Misterio de Amor - VegetaxBulmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora