El Consorte || Kookmin Omegaverse

9.

Los dos jóvenes pensaron inocentes que lo mas vergonzoso ya había pasado. Ahora solo tenían que continuar.

No fue hasta que decidieron levantarse que se dieron cuenta todo los problemas que tendrían que afrontar.

Primero su consorte no podía caminar.

Sí podía dar algunos pasos.

Eso fue lo que hizo al salir de la cama.

Caminó desnudo tapándose con una sabana y al agacharse su espalda baja dolió. Lo que provocó que cayera sentado con más dolor aún.

El príncipe por otra parte buscaba su ropa por toda la habitación, pero no había nada.

Ni rastro de los trajes de ninguno de los dos. Y es que las sirvientas se los habían llevado para lavar.

Una de ellas tocó la madera antes de entrar y ambos corrieron a meterse entre las sábanas.

_ La ropa está limpia_ Dejó el cesto en el suelo sin alzar la mirada_ El baño está preparado.

Con baño ellos se referían a la piscina de aguas termales que tenía instalada en su casa.

La verdad, agradecía que las paredes de esa zona de su casa sean de madera y no de papel.

Su patio era muy bonito; estaba lleno de flores y árboles. El recubrimiento de la piscina era de roca lo que lo hacía encajar perfecto con el entorno.

Además de estar al aire libre.

Después de un buen baño ambos estaban refrescados y limpios que era lo importante.

Jimin volvía a sentirse él mismo con sus ropas puestas, pero no fue hasta salió de su casa horas después de que el castaño se fuera.

Todos los nobles que alguna vez lo miraron se acercaban a él como solían hacer después de estar lo sufientemente cerca hacían una cara extraña y huían despavoridos.

Cuando tuvo la oportunidad de visitar a la madre del alto, la reina lo miró de arriba abajo y se llevó otra vez las manos a la cabeza.

¿Qué demonios estaba pasando?

Hasta el rey sobrio lo había visto. Le hechó un vistazo desde lejos hasta que se decidió a hablarle, pero cuando se acercó sus ojos casi se salen.

Fue a buscar a sus amigos habituales con los que solía jugar de niño y estos aunque no estaban igual de sorprendedidos sí había algo de confusión en su rostro.

_ Viene Jungkook _ Dijeron, pero cuando se giraron a saludarlo se encontraron de lleno con Jimin_ Oh...

_ ¡Qué es lo que les pasa a todos hoy!_ Exclamó desesperado.

_ Vamos, vamos qué sucede..._ El chico de sonrisa brillante intentó animarle.

_ Todos me tratan muy raro hoy... He visto alfas que hasta han salido corriendo nada más acercarme...

_ Es qué tú.... Hueles a Jung-

_ Apestas a Jungkook

Su amigo con cara de gato se adelantó a decirle.

¿Apestaba?

Al príncipe?

Olisqueó sus mangas, pero no halló el  motivo de queja. No era para tanto.

Eso pensaba él.

Los alfas eran unos exagerados.

_ Parece como si te hubieras acostado con él, pero normalmente eso no dejaría ese olor tan fuerte... No sé qué fue lo que hiciste para apestar así.