El Consorte || Kookmin Omegaverse

8.

El peinado que jimin lleva es el de la portada del fic

El alto había recogido su ropa y se la había puesto encima.

Lo volvió a girar tomándolo de los hombros para que lo mirara como si fuera un niño.

_ ¿Qué estás haciendo...? Por qué no me detienes... _ Su voz había sonado alterado y decepcionado de él_ Mirate, estás temblando...

Jimin miraba su rostro y solo podía encontrar dolor y tristeza en él.

¿Tal vez había cometido un error?

¿No debían hacer eso las persona que se amaban?

_ ¿Es que acaso no te gusto...?_ El castaño negó. No podía comprender como este apesar de ser tan inteligente y sabio no era capaz de saber porque aquello estaba mal.

_ ¡Sí me gustas... Me gustas mucho!

_ Entonces por qué...

_ Es porque me gustas es que no puedo tolerar que hagas esto. Yo no necesito esto... No tienes que forzarte a hacer algo así.

_ ¿Y no has pensado que tal vez lo necesite yo?_ Le recriminó y el alfa soltó su cuerpo dejando que este acomode mejor su ropa_ Tú tienes un harén entero a tu disposición todo el tiempo. Y encima de eso tienes a tu prometida. Mañana ella tendrá la oportunidad de tocarte igual que tú a ella ¡¿Y esperas que yo solo me quedé esperándote aquí?!_ Los nervios del chico le jugaron en su contra y la rabia se acumuló en sus ojitos en forma de lágrimas_ Mientras me dices que me amas un día te acostarás con otra al siguiente...! Cómo podrías entenderlo, tú que sabes...No sabes nada...

Era ya el segundo omega que le decía aquellas palabras.

Pero tenían razón.

Él no comprendía en plenitud el dolor que los carcomía.

¿Era tan malo para los omegas?

¿El problema era él?

¿Qué era lo que estaba haciendo mal?

¿¡Qué era!?

_ Si eso fuera mi decisión ¿Crees que lo haría?¿Crees que tendría tantos concubinos y consortes con los que apenas he hablado una vez?

_ ¡Al menos no tienes que preocuparte con que me vaya con otro!

Oh no, estaban discutiendo. Se estaban haciendo daño con sus palabras.

_ Porque por más que quiera no puedo salir de este estúpido palacio. Siempre estaré aquí contigo sin importar si tú me quieras o no.

Eso le hacía sentir como si lo estuviera reteniendo en contra de su voluntad.

Intentando calmarlo tomó sus manitas, pero el omega las jaló hacia abajo soltándose de inmediato. Entonces sus lágrimas cayeron y eso le hacía sentir peor.

Nisiquiera cuando eran niños había rechazado así su toque.

Cómo si lo odiara, como si lo repeliera.

El sollozo en el silencioso lugar solo empeoraba todo.

A jimin siempre le habían dicho que los alfas eran muy fáciles de seducir. Ellos estaban atados a sus deseos y solo se abstendrían si el omega en cuestión les resultaba asqueroso o los consideraban como hermanos o hijos.

Aparte de sentirse rechazado, pues él pensaba que aquello no había sucedido porque era su opción hacerlo o no.

Nunca había pensado que fuera el alto quién no quería hacerlo.