Club de Artes - TanjiKana

Capítulo 32

—Pff-

Un suspiro pesado se escapa de Tanjiro.

Frente a él, una persona con máscara de payaso lo golpeaba rápidamente con un shinai, él apenas lograba defenderse.

—¿¡Por qué es tan bueno en esto?

Laplace, su conductor, le estaba ayudando a entrenar.

—¡Se veía fuerte, pero no tanto!

Respira.

Suspira.

Frunce el ceño y empieza un contraataque.

—Eres muy bueno, Kamado.

—No esperaba que resistieras tanto, Laplace-san.

El hombre de máscara ríe.

—Con Rimuru-chan y el jefe siendo tan buenos en pelea cuerpo a cuerpo, es obligatorio ser bueno en eso también.

—¿Rimuru-san es bueno peleando?

—Ni yo ni el jefe le hemos ganado una sola vez.

—Oh...

Tenía ganas de preguntar quién es este jefe, pero mejor prefería dejarlo en incógnita.

—No hablen de mi a mis espaldas.

La puerta de la habitación-dojo se abre y una niña-un chico entra por ella.

—Ah, Rimuru-san, buenos días.

—Buenos días.

Bosteza y se sienta en el suelo.

—¿A qué hora te despiertas? Recién son las 7.

Tanjiro ríe y arremete brutalmente contra Laplace, pero él da un salto hacia atrás.

—Da algo de miedo verlo contento y atacando como un demonio.

Rimuru aprieta su sonrisa.

—Normalmente me levanto a las 6, hago algo de ejercicio y luego practico.

—Joder, que responsable.

Ambos ríen.

—¡Ayayayay! ¡Para, para!

Laplace ahora se defendía desesperadamente de los ataques a alta velocidad de Tanjiro.

—Ahora que lo pienso ¿Por qué Laplace-san parece un payaso?

—Es don comedia.

La cabeza de Rimuru se mueve súper rápido. Un shinai a alta velocidad pasa por donde antes estaba su cabeza, se estrella contra la pared y queda ligeramente clavado en ella, luego cae al suelo.

Laplace le había disparado su shinai.

—Pertenezco a un escuadrón llamado "Arlequines moderados", todos usamos máscaras, menos el jefe.

—¿Escuadrón? Oh... esto huele a escuadrón asesino de alto nivel.

Y no estaba muy lejos de la realidad.

La puerta se vuelve a abrir.

—Parece que los maricones madrugan.

No hay necesidad de decir quién es.

—Chefa, buenos días.

Rimuru la saluda alzando su mano.

Laplace hace una reverencia bastante sofisticada.

—¿También vienes a entrenar?

Tanjiro le sonríe.

—Sí. Rimuru.