Capitulo 2

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Tanjuro veía a su hijo mayor dormir.

Ciertamente era muy buena noticia que ellos ganasen una beca, era demasiado buena para ser verdad.

Pero... su hijo mayor tenía un problema con artes marciales y sobre todo con el Kendo.

— ... —

Hace unos años, 5 para ser exactos.

Un pequeño niño con un Shinai en sus manos sonreía.

— ¡Hoy ganaré! — Era su primer campeonato de Kendo y estaba muy feliz.

Sin embargo...

— Derrota —

Aún mantenía su sonrisa.

— Derrota —

Seguía sonriendo.

— Derrota —

No paraba de sonreír.

— Derrota, y derrota, y más más derrotas —

El chico no dejaba de sonreír, eso alivio a sus padres.

En la noche, el padre se acerca a la habitación del menor, abre y solo ve a su hermanita dormir.

Camina por la casa buscándolo, hasta que lo encuentra en el pequeño patio de esta, con su Shinai, practicando entre lágrimas.

Lo mismo sucede dos, tres, cuatro y cinco veces más.

Esta última vez, medio año después del primer campeonato, su mirada sería al finalizar el evento preocupó a su padre.

— No sirvo para estoFueron las palabras del nino mientras guardaba su Shinai en una caja y le sonreía a su padre — Iré a practicar parkour un poco —

Parkour, una de las cosas que también le gustaban, dejo de hacerlo dos años después porque su maestro, de la peor manera lo disciplinó por usar sus saberes para devolver el balón con el que jugaban sus compañeros del techo del colegio.

Un tiempo después se encerró en su habitación y se cerró de hablar con las demás personas, ya que durante esos años muchos de sus compañeros hicieron burla de sus fracasos.

— ... —

El mayor suspiró — Y nunca quisiste oír nuestras palabras... — Sonrió — Vuelve al Kendo, por favor —

[ • • • ]

Luego de las vacaciones de invierno, los dos hijos mayores de la familia Kamado volaron hasta Tokio.

Ya habían buscando algunos apartamentos y encontraron uno barato y algo cerca a la academia.

— Esto es una estafa — Miraba ahora su billetera Tanjiro — ¿Cómo que pagar servicios por adelantado? — Suspira y guarda el objeto en su bolsillo — Y ahí se fue el subsidio, en servicios, apartamento, muebles y víveres —

Nezuko río — También se fue el mío — Se da la vuelta y empieza a caminar hacia donde estaba el lugar alquilado — Bueno, al menos tenemos casa ¿Verdad? —

Tanjiro la sigue — Y una bonita y arreglada — Sonríe — Hasta el próximo mes eh... lo mejor sería que yo consiga un trabajo a medio tiempo —

Nezuko se queda quieta, espera a que su hermano avance un poco y se cuelga a su espalda.

— Estas muy grande y pesada — Tanjiro ríe

— Ja ja, sé que puedes con mi peso — Suspira y se relaja — ¿Debería yo también

— No. —

La inmediata respuesta de su hermano causó que ella hiciera un puchero.

— ¡Pero

— No.

— ¡A...

— No.

— T...

— No y no, punto. —  Sintió a la chica a sus espaldas suspirar

— Valee — Se acerca a la oreja de su hermano y con su mano derecha la tira — ¿Porquéé? —

Tanjiro solo sacude su cabeza — Porque no —

Entre risas siguen caminando hacia su nueva casa.

[ • • • ]

— Te ves igual de otaku que siempre — Nezuko ríe al ver a su hermano con su mal teñido pelo azul cayendo por su lado derecho de la cara, tapándole levemente el ojo, sus lentes grandes y un accesorio para mochila de anime en su morral

— Si si, me importa — Ríe y abre la puerta — Seguro sufriré bullying pero qué importa —

Nezuko suspira — No destacar... bla bla blá, si, vámonos —

Emprendieron su camino hacia la academia, unos diez minutos a pie y ya estaban en la entrada de esta.

Varios autos lujosos y notablemente caros estaban estacionados fuera de la academia, además de personas muy importantes estaban con sus hijos allí.

— ¿Ese no es el primer ministro? — Nezuko veía sorprendida a tal personaje

— Ese fue el primer puesto de las olimpiadas nacionales ¿No? — Tanjiro también miraba a otra persona

— Todos son de mucho dinero... — Murmuran a la vez, estaban frente a toda la clase alta del país ¿No?

[ • • • ]

— Uhmm... — El director de la academia miraba los papeles de los chicos que hace unos minutos habían estado frente a él — Tanjiro Kamado y Nezuko Kamado eh... —

Su secretaria y esposa asiente — La chica no es muy buena, pero está muy poco debajo de la media y el chico... —

Kagaya, el director sonríe — Debe ser bueno —

Ella asiente — No ha participado en más campeonatos desde que es niño, pero esperamos y vuelva a competir bajo el nombre de nuestra academia —

El director muerde su labio y sigue sonriendo — Ha de ser una caja de Pandora —

Luego mira la curiosa nota en la parte inferior del reporte del chico.

Calmado normalmente, cuidado al estar enojado

Club de Artes - TanjiKanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora