Rusia.
Maddison De Santis:Ya pasaron dos meses desde que estoy en Rusia, estoy trabajando en una cafetería para pagar mi pequeño apartamento ya que me vine con mi poco efectivo pero el dinero no dura para siempre, decidí dejar todo atrás; mis cuentas bancarias ya no los uso, abandone todo. Y sinceramente me encanta esta vida; trabajar, hablar con mi nueva amiga, Nellya Gelman que trabaja en la misma cafetería que yo.
Son las cinco de la tarde cuando cerramos la cafetería, me despido de ella y camino haciá ma estación de bus. Justamente cuando doble el callejón choco con alguien.
-Malditasea...-levanto mi mirada al escuchar esa voz veronil ronca. Mis ojos esmeralda chocan con su intenso zafiro haciendo que lo mira de fijamente.
-L-lo siento...-Susuro.
-¡Aleksandr, eres un tamposo, me dajas...!-Una chica parecida a el llega con la respiración haciá nosotras, los dos dirigimos nuestra mirada a ella.
Los dos son idénticos, son mellizos, así como Alonzi y yo... los dos son catires, cabello rubio, piel super blanca, pecas en sus caras e cuello, la diferencia son sus ojos, el de el es Zafiro mientras que la de ella es de color raro, es un entre amarillo y verde.
-¿No vez por donde caminas mujer? -habla serio. Iba a responder pero la chica habla.
-No te preocupes, siempre es así de malhumorado que no pareciera que es mi hermano. -Dice. -mi nombre es Dalila Lavrov, ¿Y el tuyo?.
-Madisson, pero puedes decirme Madd.
Sonrío, que bueno que no es alguien frío como sú hermano. Escucho mi teléfono sonar; confundida miro quien es: Número desconocido. Los nervios entran en mi pero de igual manera contesto.
Los dos hermanos todavía no se han ido, solamente me miran, su mirada zafiro hace que me sienta nerviosa.
-Buon Pomeriggio signora De Santis. (Buenas tarde señora De Santis).
Había un señor, que ni idea sé quién es.
-Mi scusi signor, Come ti chiami?. (Disculpa señor, ¿como te llamas?).
-Soy Alonzi, ¿Dónde estas?.
Corto la llamada de inmediato, ellos no pueden saber donde estoy, si acaso no lo saben ya. Me disculpo con los hermanos y me dirijo al apartamento.
Aleksandr Lavrov:
Su perfecto acento Italiano me da de entender que es Italiana, una muy linda Italia. Veo que desaparece por las calles pero mis ojos siguen en el punto fijo en el que se fué.
-Oye hermanito, no me digas que te enamoraste -bufo.
-Jamás me enamoraria.
-¿Porqué?, recuerda la historia de mamá y papá. Es unos de los mejores. -Sí, mis padres nos ha contado a mis hermanos y a mi sus historias de amor, según mi padre el amor te hace más fuerte que débil. No lo sé, porque no eh sentido esa cosa, tampoco creo que vaya a pasar.
•••••
Después de acompañar a mi hermana a la mansión de mis padres y saludarlos, voy a mi Penthouse encontrándome con mi mejor amigo acostado en mi sofá entre dormido mientras veo, o mejor dicho veía Fronzen dos y cotufas por toda lado.
-¿Se puede saber que es lo que haces estúpido? -Se levanta de un brinco.
-¡Malnacido me asustaste! -exclamó mirando a todos lados -¿Y mi arma? -busca alrededor del sofá y lo encuentra en el piso.
-Que preparado estás. Ahora, ¿qué haces aquí?.
Me sirvo un trago de Whiskey en un vaso de vidrio que se encuentra en la mesita que está entre los juegos de sofá y lo tomo de un trago. Mis hombres que trabajan para mi se encuentran alrededor de todo el edificio, al frente en los pasillos, al frente de mi puerta, en la azotea, en todos lados. Admito que es molesto pero ya me acostumbré desde el día que mi padre me dió el puesto de la Bravta.
-Hay problemas con los de la Carmona. Quiere ir por La Sacra Corona Unita (Puglia, Italia); a por Gianna De Santis Rizzos.
-¿Que tenemos que ver nosotros en eso? Es problemas de los Italianos, ní locos se meten con La Mafia Rusa. -lo miro, hay algo más.
-Robaron los explosivos que le pediste a los Thalassinos.
Malditasea. Se han metido con el mismísimo diablo.
-¡Hermano! -Escucho a mi hermana, Lexie llamarme al otro lado de la puerta haciendo que mire a Denis, mi mejor amigo.
-Que ni se te ocurra hablar nada del robo -lo apunto con la mi dedo incide y espero su respuesta. El me mira ofendido haciendo que lo mire mal.
-¿Cuándo yo le digo algo a tus hermanas? -Se hace el loco sentándose de nuevo y rápidamente quita lo que estaba viendo -No le digas que estaba viendo Frozen.
-¡Maldito degenerado ABREME LA PUERTA YA!.
-¡Voy mujer!
Tengo cinco hermanas, pero lexie es la más insoportable. Según mi padre, es como mi madre cuando era jóven, odian esperar, todo debe ser a su preciso momento; algo que me fastidia mucho.
Abro la puerta al mismo tiempo que siento un golpe en la cara y luego golpes seguido en mi pecho gritando miles de insultos que no entiendo caso gracias a su trabalengua, estoy segura que dijo hijo de puta más de seis veces.
-¡Joder ya! -agarro su mano y la alejo a un lado, se queda quieta y me mira -¿Estás calmada? -ella mira atrás de mi sonrojandose.
-¡De...Denis! -se pone nerviosa. ¿enserio? ¿Ahora?.
-¡Lexie!. -Ruedo los ojos soltando un suspiro, esto es peor que doña florinda y el profesor.
-Lexie, ¿Para qué viniste?...Lexie, ¡LEXIE! ¡Con un carajo, te estoy hablando! -exclamó ya molesto por la situación.
-¿Me decías algo? -Me mira.
Suelto un gruñido.
-¿Para qué viniste?. -Se queda confundida y luego abre los ojos como si se le hubiera recordado para lo que vino.
-¡Alonzi y su padre vendrán a Rusia mañana! -exclama.
¿Ellos aquí? Que raro.
-¿Quién te dijo eso? -le pregunto confundido mirando a Denis. Que se encoje de hombros mirando a otro lado; el idiota lo sabía.
Si sigo confiando en mi hombre de confianza, moriré.
-¡Todos lo saben! -Ahora si que lo mato.
Saco mi navaja rápidamente lanzandoselo a Denis haciendo que esté clave en su muslo derecho y chille.
-¡Perdón! -Grita poniendo cara de dolor que claramente es falsa solamente por que está mi hermana, le eh echo hasta heridas peores. Mi hermano lo abraza diciendo que se calme pero este sólo acepta su abrazo mirándome con una sonrisa.
Estúpido.
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Mi Venganza #1© [+16]
ActionSu primera reacción fué huir cuando se enteró de todo, pero no resultó como ella esperaba. Está entrenada e sabe defenderse de cualquier cosa, pero esto es pasar a nivel diez, a mil. ¿Controlar una mafia completa ella sola? No lo tenía ni en mente;...