Capitulo Uno

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Sicilia.
Maddison De Santis:

Cuando el Jet privado aterriza en la zona privada de los Santis, bajo de éste con mi maleta dirigiéndome directamente donde me espera un auto negro mate poralizado con tres hombres alrededor, mis tres escoltas.

-Señorita -Saludan cuando llego a sus lados.

Se preguntarán, ¿porqué tengo escoltas conmigo? Pues, por seguridad obviamente. Mi madre es dueña de varias empresas, dos facultad, una librería, tres restaurantes, etcétera. Por que sí, tiene más. Bueno, mientras yo, me encargo de dos club, mis club; una en las Vegas, otra en Italia, donde voy ahorita.

Nací en New York, pero mis padres son italianos, por eso tengo un nombre de los Estados unidos. Mi mellizo en cambio, le dieron un nombre Italiano. Cuando cumplí cuatros años fué que nos separaron según mi madre ya que no recuerdo nada.

Ahora que tengo que estudiar en Italia, significa ir a vivir con mi padre y sus nuevas familia, o eso creo, mi madre no me ah dicho nada de eso, pero si llevan años separados no podría creer que no tiene una familia formada. O a lo mejor no, mi madre seguimos siendo nosotras dos.

Sin darme cuenta ya estoy sentada en el piloto mientras los demás ya están en sus autos correspondiente. Enciendo el motor y empienzo a manejar haciá la dirección que me dió mi madre. Justamente cuando me paro en un semáforo en rojo mi teléfono comienza a sonar indicándome que me ah llegado un mensaje.

Mery: <<¿Ya llegaste Mady?>>

Es América. Hace diez años decidimos ponernos esos apodos: Mery de América y Mady de Maddison. La amo, es como una hermana para mi, nunca nos hemos tenidos secretos entre nosotras, esa palabra no existe entre nosotras. O eso creo. También está mi mejor amigo, entrenador, Efrey, es un primo de América.

Yo: <<Estoy en eso>>.

Cuando el semáforo se pone en verde acelero de nuevo con una sonrisa de niña pequeña en la cara. Paso las hermosas calles de Italia hasta llegar a donde vive exactamente mi padre, como se hace llamar por ser un donador. Cuando llego al final de (al parece fin barrio de ricos) veo una gigante mansión con unas grandes rejas negras en la parte de alante. Trás de los arbusto están hombres uniformados de negro escondidos, en el tejado...Bueno, azotea. Al rededor de las casas, rodeando el fuente que hay al frente con un gran camino al rededor donde pueden pasar hasta los carros llevándolo directo en la parte de atrás.

Cuando estaciono el auto al frente de la mansión, varios hombres me apuntan con sus armas. ¿en serio? ¿aquí vive mi padre? Esto parece una mansión de mafiosos por tanta seguridad. Pero no, según mi madre, ellos tienen negocios. De empresas. Eso espero.

Frunso el ceño y salgo del auto con mi teléfono en la mano. Volteo haciá atrás y también están los tres autos estacionados de mis escoltas, estos también le apuntan a los demás.

-¿Quienes son? -pregunta unos de los hombres. No puedo ver su cara, color de piel, absolutamente nada, lleva todo cubrido.

-Estoy buscando a...-Mierda, ¿cómo se llama mi papá? ¿debo llamar a mi madre y preguntarle eso?. No, preguntaré por...¿cómo es qué se llama el mellizo mío? -¿Em...a los señores de la casa?.

-Señorita está equivocada, deberías volver por donde viniste.

Justamente mi teléfono suena.

¡Aleluya! Es mi madre, gracias Diosito, sé que me escuchaste, algo bueno hoy.

-Hey, ¿ya llegaste?.

-No mamá...digo, sí. Pero...¿Como se llama el donador?.

-¿Es enserio? Se llama Brunno.

-Te llamo luego.

Y corto la llamada, ya que no puedo con tantas miradas.

-Estoy buscando al señor Bruno.

-¿Qué clase de persona busca a alguien sin saber sú nombre? -Hay, pero que voz. Parece un jovencito de veinte, un año mayor que yo.

-¿Qué está pasando aquí? -Esta voz si es de una edad mayor.

¿Porqué estoy pensando en las voces y no me concentro en lo que pasa al frente de la mansión? No lo sé.

-Oh hola, supongo que eres Brun...

-¡Maddisson!, Dios, estás grande. -¿No lo iba a estar? Me abandonaste por quince años malparido.

-Si, ¡Que emoción, crecí! -Hablo sarcasticamente mientras doy dos aplausos.

-Justamente como me dijo que ibas a ser -Vaya, hasta le hablan de mi seguramente es mi madre y...

-¿Quién te habló de mi? -pregunté rápidamente.

-Estacionen los autos en el estacionamiento subterráneo, acompañame adentro Maddison -Rodé los ojos sin poder evitarlo y comenzé a seguirlo con mi teléfono en la mano. -¡Cierren las rejas y tomen sus posiciones!.

¿De qué trabajaría? ¿muchas empresas? ¿negocios legales, ilegales? No lo creo, pero bueno.

-Tú hermano no ah llegado desde anoche, creo que está en casa de unos de sus amigos con resacas a estas horas. -me dice cuando ya nos encontramos en la sala de estar. Díos, pensé que adentro sería muy extravagante como la parte de afuera, pero no. Está como me gusta, acogedor, con muchos cuadros caros que deben de contar millones de dólares pero se hace ver todo en su lugar y lindos. Dos sofás gigante e una pequeña de color negro con una mesita de vidrio en el medio.

Por lo menos mi hermanito pasó su fin de semana de lo mejor.

-Buenos días señor De Santis, ¿quiere que le prepare algo de desayunar? -Entra una jóven de mi edad con un delantal puesto y los cabellos recogidos.

-Oh Lily ella es Maddison De Santis, mi hija, Maddison, ella es la sirvienta Lily. -Nos presenta mi padre.

-¡Díos mío me pareces conocida! ¡El año pasado modelaste en una revista de Verllate en traje baños! -dice con tanta alegrías que me lo contagia a mi haciendo que sonría abiertamente.

-Si soy yo.

-¡Caterinna debe saber esto! -Saca su telefono mientras se dirije a la puerta de vidrios donde salió al principio -¡A que no te imaginas quien estuvo al frente de mis ojos hace...

Niego con la cabeza al escuchar sus palabras antes de cerrar la puerta. Me parece simpática, sincera.

-La mamá de ella trabaja para mi antes que tú naciste -Okey, está conversación se está poniendo incómoda -Diagnosticaron cáncer a sú mamá, resistió cuatro meses y luego sé murió. Cuando se dieron de cuenta era muy tarde. En esos tiempos apenas cumplía un año. Bueno, Lilian murió el día que cumplió un año Lily y el día que naciste tú. Fué un día de locos que nunca se olvidaría; cumplía años Lily, murió la mamá, naciste tú y tú hermano...

Lo único qué quiero saber en esta puta vida es una sola cosa, todas mis familias saben las respuestas menos yo, así que le pregunto sabiendo que no me querrá responder pero no me cuesta preguntar:

-¿Por qué nos abandonaste?.

El me queda mirando nervioso, casí se come hasta las uñas.

-Realmente nunca te eh abando...

-¡LLEGAMOS! -Gritos, risas, ruido, terremoto llegó a la casa de repente.

Celina Bephan.

Mi Venganza #1© [+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora