Cápitulo siete

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Maddison De Santis:

No, no, y no. Definitivamente deja de pensar en lo que estás pensando, tu ni lo conoces, no sabes quién es. Doy vueltas y vueltas.

Estoy pensando en dos cosas, uno: hablar con mi hermano y decirle que quiero el puesto de la mafia aunque moriré en dos segundo.

Dos: Y no lo tomo matarán a él, no sé cómo carajos se maneja una puta mafia.

Si lo tomo muero, si no, muere mi hermano, no lo conozco y nada pero me cae un poco bien, además, no deseo que muera. Pero tampoco yo quiero morir.

—¡Hasta cuando! ¡Apurate!.

Nellya, ella conoce a mi madre, seguro le digo a mi madre donde estoy, seguro ahora me lleva con ellos, Dios, tengo que hacer algo. Piensa, piensa...

Debo actuar como si nada.

—¡Espera! —salgo acomodandome el vestido como si nada —¡Sigo creyendo que esté vestido es muy corto! —Ella ríe, me relajo. Por lo menos creyó mi estúpida mentira. Ella camino adelante de mi, yo dejo reír forzosamente y camino trás de ella.

Esta será una larga noche...

Alonzi de Santis:

Cuando llegamos a casa del mejor amigo de mis padres, descansamos un rato hasta que llegó la hora de la cena, todos nos sentamos en el comedor y comenzamos a cenar en silencio, esto es raro. Somos ocho personas en esta mesa y ningunos hace ningún ruido, bueno, los cubiertos contra los platos de vidrios, nada más.  Me es incómodo, pero más a América que no conoce a nadie de esta mesa.

—Em...—Carraspea Alek, padre de Aleksandr, que por cierto, no lo eh visto desde que llegué. —Mi nombre es Alek Lavrov, está es mi esposa Dalia Lavrova. Estas son mis hijas, la más pequeña, Aisha, luego está la que sigue, Aleksa, la tercera es Lexie, los dos últimos son los mellizos, Dal...

—Puedo presentarme yo sola, papá —todos miramos sorprendido a Dalila cuando habló con una voz de mal humor, mirando a sú padre. Malditos ojos, mírame. —Mi nombre es Dalila Lovrov —dice seca.

—Es un lindo nombre —dice América. Dalila se levanta de su lugar fusilado con la mirada a esta, y sale, no sin antes de decir:

—Voy a reunirme con Nellya, posiblemente no venga hoy —sale del comedor.

—¡Vuelve ahora mismo aquí Dalila Louisa Lavrov! —Grita su madre pero sólo se escucha un portazo. Ahora lo entiendo todo, cree que soy algo de América, pero...¿y si lo fuéramos qué?. Espera, ella dijo que se iba a reunir con una tal Nellya, me suena...

—Disculpenla, no está de humor. —dice el señor Alek mirándonos.

—Está bien, la mayoría de las veces me pasa cuando me baja la regla, seguro lo tiene. ¡Mi nombre es América Stell!. —¿No se puede callar la boca?.

Después de una hora me encontraba en el jardín, se acerca Lexie.

—Tú y yo nos conocemos desde que somos pequeños —dice parandose a mi lado —Eres como un hermanito para mi que quiero muchísimo y...

—Al punto Lexie.

—Bien. Quiero que no le digas a mi padre que iré al club de él, ahí se encuentra unos amigos así que...

—Voy contigo.

—¡Nunca me dejas terminar!.

—Porque ya sabía lo que ibas a decir, te vas a encontrar con tu amorcito —saco la llave del auto que trasladaron hace horas y empiezo a caminar.

—No iba a decir eso cabrón —escucho que susura y sonrió de lado.

Luego  empiezo a susurrar :—Denis, Denisito.

—¡Ya cállate imbécil! —me golpea con su cartera. Nos montamos al auto y empiezo a manejar al dichoso club ese que tanto nombra Dalila e Lexie y toda la familia.

Maddison De Santis:

Saludo a unos amigos de Nellya que sinceramente no recuerdo sus nombres y caminamos a la entrada del club, donde Nellya solamente le susura a unos de ellos en la oreja dejándonos pasar bajo la atenta mirada de todos. Pasamos entre todos las gentes sudorosos hasta comenzar a pasar por un pasillo oscuro con los alrededores de luces neón rojo, a medida que vamos pasando todo se ve lindo, hasta que veo a una chica vomitar en una esquina haciendo que voltee rápidamente a un lado, que asco.

Llegamos al frente de una escaleras negras brillantes, como sí lo hubiesen pulido unos cien veces al día. Dos hombres con trajes negros se ponen al frente de nosotros.

—Soy Nellya, Avísale a Denis y Aleksandr que llegué.

Ese nombre me suena...

Aleksandr...

No logro recordar de donde es.

Me encojo de hombro, una chica vestida de prostituta llega al frente de nosotros y le habla a los hombre: —Aquí está sus bebidas.

Uno de ellos nos dicen que pasemos, eso hacemos. Empezamos a subir las escaleras hasta llegar en la parte de arriba, es una zona de V.I.P, bueno, varias. Veo a la parte de abajo donde se encuentran todos bailando, muchas gente. Lo bueno, es que no sea escucha nada, este lugar es tranquilo. Pasamos al frente de unos hombres que estaban fumando, hasta llegar al frente de una especie de cortina negra, Nellya lo abre; me quedo asombrada por la enorme e linda vista que nos da desde aquí l parte de abajo.

Todo se ve lindo, no se escucha nada, pero hay otra escalera que parece más privada, supongo que es la salida más corta. Hay un juego de sofá color negro que se vé hermoso, una mesita de vidrio en el medio donde se encuentra tres botellas de vino metida dentro de un envase de vidrio, hay cigarrillos, drogas, revendedores, incluso hay una arma. Un hombre está sentado en el sofá con una mujer que no le falta ni una parte para operarse, también está otro hombre con trajes, pero está dándome la espalda.

Su grande y sexy espalda.

Chicos, ¿y Dalila? —pregunta Nellya, el de espalda sexy voltee y me quedo sin aire, literalmente. Él es el chico con el qué tropezé, Aleksandr, Dalila es su simpática hermana, o es lo que pensaba hasta que la ví entrando con una arma en la mano recargandolo, por alguna razón extraña no me da miedo, sé usar e manejar eso y cualquier tipo de armas.

Flashback:

—Uno, dos, tres...¡Dispara!. —me impulsa haciá atrás cuando disparo, el estruendo por unos segundos me deja sorda.  Suelto un bufido, hace demasiado calor, estoy sudando, ¿cómo no? El puto sol me calentó la cabeza.

Eso sonó raro...

—¡Por fín! —Exclama Efrey llegando a mi lado si que sabes de puntería para que sea tu segunda vez —sí, eso fué gracias a mi arco de goma. Practicaba todos los benditos días en mi cuarto, y no era por la puntería, no. Me gustaba y me gusta las armas.

—Sí, le dí justo al corazón del maniquí. 

Me pasa una botella de agua, doy un trago y lanzo la botella un lado. Recargo la arma de nuevo y empiezo a disparar.

Hay muchas cosas que hacer hoy.

Fin Flashback.

—¡Maddison! —palpadeo varias veces cuando escucho el grito de Nellya. —Te estoy hablando, está es una amiga, Da...

—Dalilda y Aleksandr Lavrov —los dos nombrados me miran cuando digo sus nombre. El chico que estaba sentado en el sofá deja a los dos plástica a un lado y se para rápidamente. Me echo haciá atrás sintiendo mi corazón latir rápidamente cuando Aleksandr me apunta con una arma quitándole el seguro.

—¿Quién eres, y porqué sabes nuestros nombre?.

Ay no...

Mi Venganza #1© [+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora