#17 Oreo cheescake

1K 115 29
                                    

- Rosé, cariño, te dije que tuvieras cuidado - la señora Kim repasó el algodón en mi brazo rasgado por el gallo, las palmas de mis manos igual estaban lastimadas.

- Claudio quería escapar - repliqué.

- Es un gallo desobediente...igual que tú

- Yo no soy un gallo - fruncí las cejas al sentir el alcohol en mi piel.

- No, pero eres desobediente - dejó un beso en mi frente y se dirigió al baño para guardar lo que había utilizado para curarme.

Sus manos delicadas me habían ayudado a reducir el dolor de las heridas. La miré desde lejos mientras regresaba, parecía imposible alejar mi atención de ella. Cuando llegó a mi lado inmediatamente la envolví entre mis brazos y mientras hablaba comencé a besar su cuello.

- ¿Va a cambiar el día para llevarme al lago?

- Rosie...

- Uhm la escucho - continué bajando mis labios por su piel expuesta, sintiendo como se estremecía y sujetaba mis brazos.

- Tu familia ya tiene planes para ese día

- Puedo quedarme con usted

- Deberías ir con ellos, al menos sólo por esta vez- sólo insistí con mis besos hasta que ella sintió que ya era suficiente - Cariño, has comenzado a desobedecer

- ¿Me va a castigar?

- No quiero hacerlo... - sostuvo mi rostro entre sus manos y me miró directamente a los ojos, arrancándome mentalmente varios suspiros al morderse el labio

- Prométeme que vas a ser una buena chica para mami

- Lo prometo - sonrió al escucharme.

- Bien, vamos a tu casa, tus padres van a estar preocupados cuando te vean así- sostuvo mi mano hacia la salida de su casa, avanzando por el camino que comenzaba a conocer perfectamente.

Ya me sentía un poco nerviosa al llegar a la puerta de mis abuelos, no tenía idea de cómo iban a reaccionar, aunque mantenía la seguridad en que mis padres no iban a reaccionar de manera sobreprotectora ni dramática.

- Jennie, buenas tardes - mi madre abrió la puerta.

Su mirada viajó hacia nosotras y sentí como la señora Kim liberó su mano de la mía para responder el saludo de mi madre.

- Ruth, hoy en el granero ocurrió un pequeño accidente...pero ya está mejorando su brazo, no fue nada grave - señaló los ligeros rasguños.

- Hija, pero ¡¿qué te ocurrió?!

- Lo siento, no estuve... - comenzó la señora Kim.

- Fue Claudio

- ¿Quién es Claudio?

- Mi gallo - respondió la mujer de mi lado, buscando cómo continuar explicando lo que sucedió. Su voz tranquila y la mirada cálida que llevaba convencerían rápidamente.

Mi madre invitó a Jennie para entrar a la casa y continuaron hablando en el comedor, la confianza entre ellas se reflejaba con la conversación que mantuvieron por varios minutos más. Estuve cerca hasta que me aburrí de esperar y al comprobar que todo estaba bien, subí a mi habitación para ducharme y cambiarme de ropa, ya estaba sucia y el sueño comenzaba a invadir mi cuerpo.

Después de la ducha, me coloqué el pijama y a pesar de que aún faltaba para el atardecer me dirigí a la cama, acomodándome entre las sábanas y almohadas. Eran casi las cuatro de la mañana cuando desperté.

Mi corazón estaba agitado y una ligera capa de sudor cubría mi piel. Me sentía desorientada por el sueño que había tenido.

- No, no - llevé las manos a mi rostro y sonreí un poco antes de apartar las sábanas de mi cuerpo para bajar de la cama, caminando por mi habitación. - Señora Kim...la deseo tanto

Aún con mi pijama, bajé las escaleras de la casa y me dirigí a la puerta posterior para salir. Mientras avanzaba por el jardín de la casa de al lado, observé el lugar por donde podía entrar a la habitación de Jennie. El viento se mantenía más fresco y el cantar de los grillos en el pasto ya había disminuido un poco.

Me detuve en la puerta trasera de la casa para intentar abrir, pero tenía seguro, así que mi otra opción era entrar en la habitación de la señora Kim a través de la escalera de madera. Minutos más tarde ya estaba cruzando el ventanal de la habitación, encontrándome con la oscuridad de la madrugada porque hoy la luna era nueva.

- Señora Kim... - la llamé en voz baja pero no respondió - Jennie...soy yo, Rosé - me acerqué a la cama para ver que la mujer no estaba durmiendo ahí.

¿En dónde está? caminé por la habitación, cuidando de no tropezar con nada para llegar al interruptor de la luz y encenderla. Me encontraba sola en el dormitorio.

Abrí la puerta y fui a la siguiente habitación, no había nadie. Llamé en la puerta del baño y al entrar, comprobé lo mismo. Al parecer Jennie no estaba en la casa.

Bajé las escaleras y revisé el resto del hogar, ella no se encontraba ahí. Puedo salir a buscarla, o quedarme a esperar... ¿en dónde puede estar a las 4 de la mañana? Estaba mirando las fotografías que tenía en el gran mueble de madera, hasta que escuché que alguien abriera en la puerta posterior de la casa. Caminó hasta llegar al living donde la luz estaba encendida.

Era ella y al verme se sorprendió.

- Rosé, ¿qué...? ¿Cómo entraste?

- Por la escalera de madera, creí que iba a encontrarla en su habitación.

Ella estaba cargando una guitarra. Sus ojos reflejaron felicidad cuando notó la dirección de mi mirada, como si tuviera un brillo diferente y cariñoso.Terminó por dejar el instrumento en el sofá y se acercó a mí.

- Cariño, no debes escapar de casa, ya te he dicho que es peligroso

- Pero usted salió sola... en la madrugada

- Tienes razón, cielo - dejó un beso en mis labios y me abrazó, dejándome con una sonrisa al repasar mi cabello con su mano.

- Parece que aún tienes sueño

- Sí, pero quiero dormir con mami - escuché su suave risa.

- De acuerdo, espérame en la cama mi princesa, ahora te acompaño - ambas subimos las escaleras de la casa, ella se dirigió al baño y yo me dejé caer de espaldas en la cama, intentando mirar el techo a través de la oscuridad.

Aún tengo algunos días más para estar a solas con Jennie antes de que sus hijas regresen...aunque estoy segura de que, después todo comenzará a ser más divertido.





-------------------------------------------------------

Es semana de exámenes, téngame paciencia


BABYGIRL (Adaptación Chaennie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora