#32 Chiken Nuggets

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Desde mi ventana observé cómo Jennie se dirigía al granero. Hacía un poco de frío para salir pero quería estar con ella. Me coloqué el abrigo y bajé las escaleras. Mi padre estaba llegando del trabajo y mi madre me llamó al verme por el pasillo. No puede ser.

- Rosé, ¿a dónde vas?

- Al jardín

- Afuera hace frío, no debes estar saliendo - mi padre me miró, parecía que quería decirme algo. Mis hermanos llegaron a la sala y di media vuelta para irme.

- Rosé, hija ven - mi padre me detuvo y regresé un poco - Si vas a salir con Jaehyun, no regresen tarde, la cacería inicia al anochecer

- De acuerdo, ¿papá? - ¿Lo acompañará Jennie?

- ¿Si?

- ¿La señora Kim te acompañará a cazar?

- No, ella ya casi no sale con nosotros - sonreí. - Cuídate, no estés mucho tiempo afuera - me recordó.

- Sí papá, no te preocupes - salí corriendo de casa para encontrarme con la señora Kim en la entrada del granero. La emoción seguía en mi pecho agitado cuando llegué a abrazarla y besarla. Ella no lo esperaba, retrocedió un poco y logró equilibrarse para no caer.

- Cariño, ¿qué ocurre?

- Me encanta demasiado - tomé otro beso de sus labios y ella me llevó en un espacio más apartado de la entrada. Ya nadie podía vernos ahí. Sostuvo mi rostro entre sus manos y sonrió al verme.

- ¿Tienes planes para hoy? - sonreí y continué robándole pequeños besos en la comisura de sus labios.

- Sólo tengo planes para estar con usted - le respondí mientras baja un poco más mis besos. Podía sentir su piel suave y la presión de sus manos en mis caderas.

Cuando su boca continuó el contacto con la mía, sabía que me estaba dando permiso para tocarla como quisiera, dónde quisiera y las veces que deseara. De pronto mis caricias se hicieron más fuertes y su respiración comenzó a chocar con mi cuello, estaba completamente excitada. Podía sentir el calor de su cuerpo contra el mío y cómo luchábamos con la ropa para desnudarnos.

- Yo me encargo esta vez - sus manos se dirigieron a mi pantalón y retiró el cinturón de mis jeans claros, yo con el pecho desnudo y ella con lo poco de ropa que le quedaba en el cuerpo. - Te he estado extrañando.

- Han sido días aburridos sin usted - le respondí con la voz más agitada.

Terminó de bajarme completamente los jeans, y con ellos mis bragas mientras que sus manos acariciaban mis piernas desnudas, y el primer roce de su lengua contra mis labios me hizo suspirar caliente.

- No gimas fuerte cariño, nos pueden escuchar.

Mis manos se presionaron un poco más fuerte en sus hombros al sentir como movía su lengua en mi sexo húmedo y calentaba más la excitación que yacía en mi entrepierna. Mirar hacia abajo y encontrarla comiendo de mi sexo era algo que no se podía explicar, porque sólo querías contener la respiración, luchar con la imagen sensual y erótica de Jennie y gritarle que no se detuviera.

- Más. - sus labios presionaron con más fuerza y su lengua fue más delicada al recorrerme, hasta que pronto mis dedos se fueron perdiendo en su cabello y la atrajeron más y más hacia mí. Mis caderas no podían contenerse y estaba esforzándome por no gemir fuerte ni gritar de placer. Maldita sea. Ella sabía cuándo iba a llegar y no hizo nada más que seguir jugando con su lengua hasta sentir mi orgasmo en su boca. Jennie subió por mi cuerpo, dejándome más besos y sonriendo al encontrarse con mi boca.

- Sabes darme lo que quiero - sonreí y suspiré una vez más. Necesitaba más....Han transcurrido poco más de ocho meses desde mi llegada, y la señora Kim cada vez hace más evidente lo nuestro.

La semana pasada había llegado a la casa con el pretexto de buscar azúcar y café, y aprovechamos los minutos a solas para besarnos en la cocina antes que mi madre llegara.

- Rosé, la vecina preguntó anoche por ti... - mi padre no dejaba de hablar de Jennie, y para ser sincera eso me hacía sentir incómoda porque no sabía exactamente qué pasaba entre ellos.

- ¿Y qué preguntó?

- Que si el fin de semana estamos libres...

- ¿Para qué? - mi madre preguntó más molesta que curiosa mientras servía el pan en la mesa.

- Para ir con ella de cacería, es temporada del ciervo y la montaña es un buen lugar para atrapar a unos cuantos.

- No sé, pero no me gusta la idea - mi mamá respondió antes que yo - Además dijiste que Jennie ya no iba con ustedes.

- Es entretenido, y se pasan buenos momentos de convivencia - señalo mi padre, dejando más mermelada en su tostada. Alice y Nick llegaron corriendo a la mesa y mi madre les ordenó que primero fueran a lavarse las manos.

- No creo que la cacería sea una buena actividad para enseñarle a los niños - sentenció mi abuela.

- Yo no sé desde cuando tú y la vecina conviven más - dijo mi madre más molesta, directamente hacia papá. Él rio un poco.

- Cariño, vamos, no estés celosa...Jennie y yo sólo somos cercanos.

- Me parece raro que Jennie, una buena mujer, sea quien lidere ese grupo de cazadores - comentó de nuevo mi abuela.

- Ella no caza - dijo mi padre y rápido lo miré, él lo notó y siguió hablando - Ella es quien conoce mejor el lugar y nos ha enseñado a disparar, pero Jennie no se ha atrevido a matar ni un sólo conejo, es buena mujer.

- Sea como sea, mi hija no va a ir a esas cosas - dijo mamá.

-Jaehyun igual está invitado y estamos seguros de que va a ir... - papá intentó insistir más - Además, los chicos sólo van a ir a acampar, bañarse en el lago y aprender un poco en el bosque, no tienen que disparar.

Suspiré mientras escuchaba más razones para no ir. Y noches después de aquella cena, Jaehyun estaba en la entrada de mi casa, esperándome.

- Te ves demasiado linda - me dijo mientras cargaba mi mochila de paseo.

- Gracias, tú te ves apuesto - sonreí, y él conmigo.

- Creí que no te iban a dar permiso para ir.

- Si, yo también...Mamá estaba terca en que no me iba a dejar ir, pero papá insistió y mamá estuvo de acuerdo cuando supo que tú ibas...

- Así que...tu mamá ¿me aprueba? - reí un poco y asentí con la cabeza. De pronto mire que Jaehyun tenía un nuevo tatuaje marcado en el brazo.

- ¿Cuándo te lo hiciste?

- Hace una semana, sólo que la cubría mi camisa.

- ¿Y qué significa? - vi que sus ojos brillaran un poco más mientras dibujaba de nuevo esa sonrisa especial. Su cabello se notaba más castaño y parecía un poco más alto.

- Una rosa, el símbolo de lo romántico y lo salvaje... - La señora Kim apareció en la entrada de su casa, y ambos la saludamos con la mano. Ella estaba por dirigirse junto a nosotros y sentí como Jaehyun sostuvo mi mano. En un ligero susurro, él me habló. - La señora Kim casi me suplicó que fuera con ustedes, y la verdad no creo que con este frio los ciervos estén fuera de casa...la cacería será más que un viaje de montaña.

Y era cierto. La señora Kim parecía tener en mente algo más que un solo plan.




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Esta historia no me pertenece, todos los créditos y derechos a su autora original diorssweet.

BABYGIRL (Adaptación Chaennie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora