#35 Mouse

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Mi padre estaba hecho una furia, con fuego, explosivos y más ira que coherencia en sus palabras. Me estaba llevando hacia su auto, a la fuerza.

— Señor Park, yo podría llevarla a casa — se ofreció Jaehyun.

— ¡No quiero que te vuelvas a acercar a mi hija! ¡¿entendido?! — exclamó mi padre aún más molesto. Jaehyun no respondió, pero se mantuvo alejado del automóvil. Tenía miedo. Nunca habíamos visto a mi padre así.

— Joan — Jennie intentó hablarle de nuevo, pero él sólo me abrió la puerta del auto y me dejó en el interior, cerrándola de un golpe.

— No Jennie, te lo advertí.

— No sabía que iba a pasar algo así.

— Te dije que te mantuvieras alejada de mi hija, de mi familia, de mi — ¡¿acaso te pedí mucho?!

— No es eso lo que te molesta — desafió la señora Kim a mi padre. Papá la miró, y más que recelo vi ira en su mirada.

— ¡¿No ves que sólo es una niña?! ¡¿No lo ves?!

— Nadie decide de quién enamorarse, Joan, tienes que aceptarlo.

— No voy a aceptar esto.

— Tendrás que hacerlo.

Papá, sin decir nada más, subió al auto y encendió el motor. Afuera Jennie se acercó y lo llamó por la ventana pero mi padre sólo aceleró hasta incorporarse a la carretera. Desde ahí, un silencio casi sepulcral se formó entre nosotros. No hablamos nada en el camino y apenas llegamos a casa, mi padre bajó molesto del auto. Yo lo seguí hasta que en la sala me detuvo.

— Quiero que empaques todas tus cosas, que te des una ducha fría y bajes de nuevo, nos iremos al amanecer.

— ¿Qué?

— Lo que escuchaste, Rosé...

— No podemos irnos.

— Lo haremos — contestó cortante.

— Pero...¿a dónde?

— Sin más preguntas, ¡haz lo que te dije!

— No podemos irnos, estamos en casa.

— ¡Pero desobedeciste mis órdenes!

— Papá, ¡no puedes hacerme esto! — repliqué.

— ¡Maldita sea, Rosé, ¡haz lo que te dije ya mismo!

En ese momento, mis abuelos ya se encontraban bajando las escaleras, y mi madre después de ellos.

— ¿Qué ocurre aquí? — preguntó mi abuela. En ese momento mis lágrimas ya estaban al borde, no podía evitarlo.

— Nos vamos, eso pasa.

— ¿De qué hablas, Joan? — cuestionó mi madre aún más sorprendida.

— Llevaré a Rosé a casa de tus padres, ellos la cuidarán.

— Pero no puedes hacer eso — respondió mi abuela mientras se acercaba hacia mí.

— Claro que puedo, mamá, es mi hija y créeme que tengo buenos motivos para que la lleve lejos de este lugar.

— Hijo, tranquilo, estás molesto, deberías pensar mejor las cosas — mi abuelo intervino al ver a mi padre demasiado exaltado.

— Tuve tiempo para pensarlo, papá, y no cambiaré mi decisión.

— Hijo, siéntate y hablemos — ofreció. Mi padre me miró y en ese momento supe que no tenía otra salida.

BABYGIRL (Adaptación Chaennie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora