veintisiete.

1.5K 93 11
                                    

tomás.

—ya me cansé de bailar.— dije, mientras me sentaba, pero emmanuel continuaba bailando energéticamente al ritmo de gasolina de daddy yankee.

—ay pa, cada vez más viejo estás.— se quejó.

—déjame.— respondí.

se sentó a mi lado y me miró. —¿y cuándo vas a invitar a mamá?

—no me hables de esa yegua.

—¡ay! no le digas así.— me pegó levemente. —sos un malo.

—ah, preguntale a ella porque le digo así.

—bueno ¿al menos me llevas a su casa?

—¿porqué querés estar tanto con ella? yo te crié toda tu vida y ahora andas culo y calzón con esa.

—porque es mi mamá.

lo miré mal. —no, no vas a ir.

—¡pero no la veo hace un montón!

—¿y a mi qué? yo no veo hace un montón a lucas y no me quejo.

—qué malo.— se cruzó de brazos.

—¿vamos a seguir bailando?

—¿no era que estabas cansado?

—bueno, ya descansé.— dije.

—ahora bailemos baby drip.

sonreí. —dale, dale.

[...]

la cena estaba siendo silenciosa.

sabía que por más que hayamos estando bailando y cantando toda la tarde, seguía enojado.

—¿estás bien?— le pregunté.

—mmm... sí.— levantó sus himbros hombros restándole interés. —¿después puedo llamar a mi mamá? ya que no me dejás verla...

—sí, sí... igual, no es que no te dejo verla, es que quiero que pases tiempo conmigo también.

—bueno, si ustedes no se pelearían todo el tiempo podríamos pasar tiempo los tres, pero no, ustedes siempre, siempre, siempre, se pelean, me tienen cansado.

tragué saliva. —perdón.

—ya está.

bajó de la silla y corrió al living, yo levanté ambos platos y después los lavé pensando en que tenía razón, éramos unos inmuadoros con lola.

poco después, estaba sentado con mi hijo mirando una película, aunque él duró poco viéndola ya que se durmió en mis brazos, mientras que yo acariciaba su espalda.

su baba deslizó de mi cuello hacia mi pecho e hice una mueca de asco.

—desde chiquito babeas.— susurré.

lo acomodé en mis brazos y caminé con cuidado escaleras arriba hacia su habitación, una vez que lo acosté, abrió un poco sus ojos.

—no estoy enojado con vos, pa.— dijo con voz suavecita, sonreí y se dió vuelta.

[...]

luna me sonrió cuando le abrí la puerta, extendió sus brazos y la abracé, hace tiempo que no la veía.

—¿cómo estás?— preguntó, mientras que ingresaba a mi casa, sus tacones hacían un ruido que hasta parecía sexy, ella siempre tenia esa sensualidad característica. —hace mucho tiempo no nos vemos.— se sentó en el sillón.

—bien, bien ¿querés algo para tomar?— pregunté.

—champancito.— dijo con una sonrisa.
—bueno, nene, tenés que contarme que hiciste estos últimos días ¿estás de novio o me parece a mí?

—¿yo, de novio?— me reí. —no, nada que ver ¿y vos?

—igual te decía que me parecía por como habías ayudado a tu ex a producir su ep y eso...— suspiró.

serví en dos copas champán. me senté a su lado y le entregué su copa. —vos también te re desapareciste igual, eh.

—vos sabes que te amo, tomi.— extendió su copa y las chocamos en un brindis. —te estás haciendo el tonto, no me estás dando un beso.— soltó.

—esperaba que vos des la iniciativa, como siempre.

mordió su labio inferior, y luego juntó nuestras bocas.

después de unos minutos, la tenía subida sobre mí besándome salvajemente.

hasta que escuché que gritaron; —¡ves, vos siempre engañas a mamá!

𝘤𝘶𝘪𝘥𝘢́𝘯𝘥𝘰𝘵𝘦 » 𝘤.𝘳.𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora