treinta.

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tomás.

—si, pero tampoco hay que olvidar de lo mal que lo pasábamos.— dijo.

—sí...— suspiré. —¿dormís en la habitación de emma hoy?— asintió. —bien.

—¿tenés cigarrillos?— preguntó.

—tengo.— respondí, buscando en mis bolsillos y le entregué uno. —¿vamos afuera?

—sí...— salimos al patio delantero y ella prendió su cigarro, yo también hice lo mismo y tuvimos un breve silencio.
—por lo que pasó la otra vez, cuando te traté pésimo, te juro que me arrepentí. no te lo merecías, vos sos una gran persona y... yo una forra. perdón.

—entiendo, también fuimos unos boludos.— respondí. —pero, ya está.

—¿estoy perdonada, entonces?

—sí, pero quiero que me respondas una cosa.

alzó las cejas. —¿qué?

—¿es verdad que vos no querés nada conmigo nunca más?— pregunté. —porque, yo siento que todavía tenemos algo que nos une más allá de emmanuel. tengo sentimientos encontrados por vos todavía... y ya me cansé de histeriqueos.

—es difícil, pasaron tantas cosas entre nosotros este tiempo, que ya no entiendo que es lo que siento.— dijo.
—pero, no dudo el amor que te tengo, siempre que miro para atrás estás vos en cualquier parte, siento que no tengo otro amor y nunca voy a tener otro, por más que lo niegue a muerte.

—¿porque no lo intentamos nuevamente, borrando todo lo que pasó antes? y si no funciona porque somos unos tarados, al menos tengamos una buena relación por el bien de emmanuel.

ella sonrió. —a mi me encantaría, tomás, pero hagámoslo bien.

posé una de mis manos en su cintura, mientras que con la otro le di una calada al cigarrillo y exhalé el humo mirando al horizonte, después volví a mirarla. —¿me vas a dar un beso?— pregunté.

asintió mordiendo su labio inferior, para después colocar sus manos en mi rostro y dejar un beso en mi boca.

—te extrañé mucho.

—bueno, aunque yo no te perdono mucho que me hayas echado como un perro el otro día, me humillaste, yegua.— le dije riendo.

—¿y que querías que haga? ¡ay, tomi, si, hagámoslo de nuevo, ah! no, pensé que tendríamos otro tipo de relación y de la nada me entero que garchamos la noche anterior.

—si, entiendo.

—perdón, igual.— murmuró.

negué. —ahora, pensamos en otra cosa, como en nuestro futuro y la felicidad de emma.

al fin había tomado una buena decisión, invitar a lola que visite a emma, cambió mucho las cosas.

[...]

subí una nueva novela de cro "ruinas" espero q les guste<3

𝘤𝘶𝘪𝘥𝘢́𝘯𝘥𝘰𝘵𝘦 » 𝘤.𝘳.𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora