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"Siempre se repite la misma historia: cada individuo no piensa más que en sí mismo".
Sófocles

Capítulo 15: La reconstrucción del mundo

London murió.

Cuando las puertas del hospital volvieron a cerrarse, el silencio reinó unos segundos antes de que la primera camioneta abriera sus puertas. Una camilla improvisada fue bajada por Ion y Marley, una tela blanca cubría un cuerpo. Los proyectos se pararon en línea recta, despidiéndole, porque London fue el que los formó, a la mayoría. El respeto estuvo presente y el silencio mortificante.

Para ese momento el equipo A despertó y Kaled fue el primero en bajar por el mal presentimiento. La mirada de todos en la camilla que cubría un cuerpo hizo que se diera cuenta de lo que estaba pasando.

De entre los pasillos llegaron dos enfermeros que levantaron el cuerpo de London y lo llevaron a una sala para intentar reactivar su corazón. Fuera del lugar Ion no dejó que nadie se quedara a ver lo que estaba a punto de pasar. Kaled a penas y pudo seguirlo por el revuelo de gente que se hizo alrededor. Marley se mantuvo a su lado, intentando no perderlo. Sin London la cantidad de personas confiables, a su parecer, bajó un gran número.

Kaled se quedó quieto unos segundos después de que todos se fueron a sus habitaciones. Ion, sin embargo, ni siquiera le permitió acercarse a la sala donde London se encontraba.

Marley lucía perdido, sus ojos perdieron el brillo y su respiración era la única señal de seguir con vida.

—La tierra ya no tiene metales, solo láminas que se rompen al toque —Ion se sentó en una silla de algo parecido a una sala de espera. La luces rotas indicaban el tiempo en abandono que tuvo aquel lugar—. London intentó por todos los medios crear una armadura adecuada para que cuando 94-03 diera el golpe en la tierra no muriera por ello. Sus intentos fracasaron. Los anteriores humanos robaron tanto a la tierra que esta ya no tiene nada más que dar. Su opción rápida y viable, fue convertir su propio cuerpo en una armadura. Del más duro metal y suficiente para proteger al proyecto, el único que tenemos con tal fuerza y por lo tanto irreemplazable.

Ion parecía estar hablando solo, relataba los hechos que lo llevaron hasta ese lugar como si London estuviera frente a él. Miraba al vacío, ignorando a Kaled y Marley que no diferían mucho de su situación. El frío de la sala de espera ni siquiera los perturbaba lo suficiente para moverse del lugar.

—¿Va a morir? —preguntó Marley, en aquella inocencia que Kaled lamentó.

El bufido de Ion fue suficiente respuesta.

—London ya está muerto.

Las puertas de la sala de urgencias se abrieron y las dos mismas enfermeras salieron. Su expresión no era una buena señal de lo que dentro ocurrió. Ion se levantó dispuesto a recibir las noticias. Imperturbable y serio, a pesar de estar temblando por dentro.

Una de las enfermeras negó, Kaled y Marley perdieron la fuerza en sus piernas hasta apoyarse en la pared blanca. Ion siguió recto, perplejo.

—Vamos a esperar hasta mañana —indicó Ion—, mi hermano vendrá en la tarde, si él da la autorización entonces saquen lo que se pueda salvar.

—¿Qué vas a hacer con él? —Kaled caminó hasta las puertas de la sala de urgencias, intentando entrar.

—Lo usual —respondió Ion, restándole importancia al asunto—, si un proyecto falla entonces rescatamos los órganos que se puedan salvar para así completar otro proyecto con más posibilidades de vivir.

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