Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella, que soportar el pensamiento de la muerte.
—Blaise Pascal—
Capítulo 8: La inminente muerte
—Arriba —London había vuelto a ser el mismo típico doctor lunático que sobre explotaba a sus proyectos. Solo que parecía haber ganado un poco más de odio después de aquel ataque—, arriba —repitió—, 68-09, arriba.
—Espero que te den y que te duela —susurró Kaled, sus piernas temblaban mientras volvía a ponerse de pie.
Frente a él estaba una enorme máquina cuadrada que emitía luces color aqua. El aparato tenía sensores por cada parte de su metálica forma. Cualquier movimiento que Kaled hacía era rápidamente leído y luego contrarrestado. La máquina solo emitía grandes cantidades de aire, fuego y agua que lograban hacerle retroceder. En conclusión, estaba peleando con una máquina a la que no podía vencer así aumentara su velocidad al cien por ciento. Porque estaba seguro que aquel aparato también incrementaría su rapidez. Todo por vencerlo.
Ya habían pasado dos semanas desde el ataque y ninguno volvió a mencionar el tema. La seguridad había aumentado a un nivel casi catastrófico. Habían dos guardias a cada diez pasos de los pasillos. Los armamentos de esto eran grandes y parecían realmente poderosos. Sin embargo en las noches se escuchaban grandes gritos en todo el lugar. Por la conversación que escuchó de London, aquellos gritos provenían desde el sector E, el que los había traicionado. Estaban acabando con aquellos cabos suelos.
—Arriba —la voz de una doctora hizo que Kaled elevara la vista hasta la gaceta de control. Era la misma doctora pelirroja de siempre. Sus ojos violeta llamaban la atención, especialmente por su extraño color. Era extraña porque de ella solo emanaba bondad y no concordaba con aquel sitio— usted puede, tan solo levántese.
Su voz era suave, muy pocas veces se había detenido a hablar con ella. Y por primera vez notó aquellos rasgos en ella. Sus ojos grandes eran rasgados en las esquinas y su piel era más pálida que cualquier otro por ahí. Ella no era de por aquí. Aunque a decir verdad Kaled no sabía dónde estaban.
—Si me permite ayudar —ella volteó a ver a London que la ignoró y salió de aquel lugar— tan solo ataque el lugar en el que él no tenga control.
Kaled ladeó la cabeza, confundido, más por la ayuda que por el comentario. Era el primer acto de bondad que le habían ofrecido en toda su estancia.
09 afirmó a la ayuda y buscó la solución de inmediato. La máquina tenía poder en todo lo que concernía su figura. Su movimiento era rápidamente captado por el aparato y un poco de cercanía significaba ser lanzado varios metros lejos de todo. Pudo encontrar la solución de inmediato. Era mejor las peleas a distancia. Solo que había un problema. No tenía un objeto con el que pueda atacar.
Bajó la mirada y encontró el suelo a sus pies. Si tuviese la fuerza suficiente podría quebrar el piso y desestabilizar el lugar. Con ello ganaría tiempo y atacaría.
—Detente —London entró al lugar. Tras él, un hombre de traje observaba todo con cautela.
Kaled estaba seguro que había visto al sujeto en alguna otra parte. Su rostro le parecía conocido.
—Has encontrado una forma de vencerlo, es un avance —el doctor de ojos dorados pasó de él hasta el pequeño mando sujeto a la pared al fondo de la habitación— aunque ha sido con ayuda, lo has logrado.
Cuando London dejó de teclear en aquel aparato, la máquina frente a él parpadeó y salió. Kaled se dio cuenta que la doctora pelirroja se había referido a ello en primer lugar.

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Proyecto ODAH
Fiksi IlmiahEn enero de un año con solo cuatro dígitos, distinto a la actualidad, se levantó la ley de "una nueva oportunidad" un experimento que se encargaría de crear una paz distinta a cualquier otra. El encargado era ODAH (Organización de Análisis Humano)...