Capítulo 74: El regaño de la Sra. Jiang

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"Jiang Yao, no tengo hambre en este momento, ¿está bien si estás sola?  Necesito estar sola ”, dijo Lu Yuqing mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.

"Estoy bien, pero ¿estás segura de que no necesitas que te haga compañía?"  Jiang Yao estaba realmente preocupada. Sería devastador para los involucrados cuando se tratara de darse cuenta de tales asuntos, especialmente para Lu Yuqing, quien siempre fue tan ambiciosa y comprometida.

Lu Yuqing negó con la cabeza con los ojos bajos. Jiang Yao se mordió el labio y no dijo nada. Como Lu Yuqing quería estar sola, tampoco sería de ayuda estar con ella.

 Después de que Lu Yuqing se fue, Jiang Yao se quedó atrás para tomar una taza de café antes de irse. Compró algo de comida y víveres en el condado, luego tomó el autobús y regresó a su casa.

 Sus padres se sorprendieron cuando de repente llegó a casa. Corrieron apresuradamente hacia ella y la ayudaron a bolsas en sus manos.

 Fruncieron el ceño al ver las marcas dejadas en las manos de su hija después de cargar tantas bolsas pesadas y la reprendieron. “Niña tonta, me alegro de que estés en casa, pero ¿por qué compraste tantas cosas? Sin embargo, puedes comprar lo que quieras, ¿para qué compraste tanto? Mira tus manos”, murmuró su madre de mal humor mientras cargaba las bolsas de las manos de Jiang Yao. Dejó las bolsas sobre la mesa, luego se dio la vuelta, tomó las manos de Jiang Yao entre las suyas y las acarició suavemente. “No hagas esto de nuevo, ¿de acuerdo? Las manos de una niña deben ser tiernas y delicadas. Pronto serás médico, no te arruines así ".

 “Mamá, ¿por qué describes a los médicos como si vivieran en un país de las maravillas y no necesitaran trabajar? Déjame decirte, no necesito manos delicadas para ser médico, pero tengo que ser físicamente fuerte, con brazos fuertes también. Es así cuando se realice una cirugía, puedo sostener mi bisturí de manera constante y puedo mantener mi resistencia y energía para realizar la cirugía durante muchas horas ".

 "Sí, tienes toda la razón, cariño". La Sra. Jiang asintió y sonrió cálidamente. Miró a su hija y la imaginó como una gran doctora en el futuro. “Yaoyao, ¿todavía recuerdas al viejo tío que vivía en la aldea del frente? Es un anciano patriarcal típico. Desde que era niño, se ha destacado académicamente y no podíamos evitar presumir de sus logros. Apuesto a que se puso celoso, así que bromeó diciendo que es un desperdicio enviar niñas a la escuela porque eventualmente se casarían con otra familia ¡Hmph! Ahora, todo el mundo sabe que no solo tienes un gran marido, sino que también estudias bien. Cuando te conviertas en médico, no trates a las personas que te han hablado mal. Si acuden a ti, debes darles la medicina más amarga y cara ".

 Había muchos entrometidos en la aldea que no estaban de acuerdo con la familia Jiang por seguir apoyando el estudio de Jiang Yao. La mayoría de las niñas de la aldea abandonaron la escuela después de completar la educación primaria obligatoria de cinco años. Algunas afortunadas tuvieron la suerte de continuar sus estudios hasta el nivel de la escuela secundaria. El lema de la familia Jiang era apoyar a cualquiera de sus hijos que sobresaliera en sus estudios y pudieran continuar sus estudios, independientemente de las limitaciones financieras.

 El nivel de educación de Jiang Yao sería más alto que el de sus hermanos después de graduarse de la universidad. Todos balbuceaban sobre cómo la familia Jiang estaba loca por sabotear el matrimonio de Jiang Yao con el fin de permitirle seguir estudiando, pero sorprendentemente, se casó con el hijo de la rica familia Lu a la tierna edad de dieciocho años.

Ahora, todos en la aldea tenían envidia de que Jiang Yao fuera una niña llena de bendiciones. Nació en una familia feliz con sus amorosos padres y hermanos. Se casó con el hijo de la familia más rica del condado. Se rumoreaba que no solo su esposo la estaba tratando muy bien, sino que la familia de su esposo incluso se había ofrecido a apoyar económicamente sus estudios hasta la universidad.

 Jiang Yao se rió de los comentarios de su madre y dijo: “Está bien, mamá, seguiré tu consejo. Será mejor que no vengan a verme, pero si lo hacen, les recetaré la medicina más amarga como acto de venganza. Les servira bien por entrometerse en los asuntos de nuestra familia ".

 La Sra. Jiang rápidamente negó con la cabeza. "Sólo bromeo. Escucha, debes ser un buen médico, no intimides a us pacientes. ¿Lo entiendes?"

|1| No puedo apartar los ojos de ti ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora