Capítulo 2

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La mirada gris del Oscuro no vaciló mientras hablaba, buscando en mi rostro una reacción. Por un momento me paralizó la idea de que pudiera ser cierto, y luego, recordando lo mentiroso que es, me reí. Me reí porque era tan absurdo y porque no se le había ocurrido nada mejor, porque yo estaba loca o muy alejada de cualquier vida que conocía, o ambas cosas.

—Alina.

Mi risa terminó abruptamente en un hipo y presioné una mano contra mi boca. —No.

Su ceño se profundizó. Creí ver un destello de dolor en sus ojos, pero dudaba que fuera posible lastimarlo más. Este fue un acto, un espectáculo. Tenía que ser. Todo lo que dijo fue —Es verdad.

—Oh, ¿verdad? —Mi voz era aguda, temblorosa. —¿Cuándo nos casamos? ¿En qué aniversario estamos? —Levanté mi mano derecha. —Ni anillo tengo. ¡Que matrimonio!.

Me miró por un momento, luego metió la mano en uno de los bolsillos de su kefta y sacó una simple banda dorada. Lo sostuvo entre el pulgar y el índice para que yo pudiera verlo con claridad. —Pensé en guardarlo mientras te recuperabas.

Lo miré, luego negué con la cabeza. —Eso podría ser de cualquiera.

Pero era demasiado pequeño para su mano, del tamaño de dedos como los míos.

El Oscuro volvió a deslizar el anillo en su bolsillo. Noté por primera vez que usaba uno a juego. Recordé sus manos desnudas, sin adornos de anillos o joyas. Pero ahora llevaba la banda dorada en su dedo anular y algo así como un anillo de sello con su símbolo, el sol eclipsado, en su dedo meñique.

—Nos casamos hace noventa y nueve años en la capilla en los terrenos del palacio. —Su voz era solemne. Sin rastro de burla. —Acababa de ser reconstruida después de que me la tiraras sobre la cabeza. ¿Te acuerdas de eso?

—¿No podrías pensar en algo más creíble? —Pregunté rotundamente.

—¿Que qué?

—Noventa y nueve años.

Se formó una pequeña arruga entre sus cejas oscuras, pero no pareció sorprendido. —¿Qué edad crees que tienes? —Preguntó, con lo que pudo notar fue una calma forzada. —¿Dieciocho?

—En algún lugar por ahí.

—¿Y lo último que recuerdas? —Cuando no respondí, preguntó —¿Qué daño hay en decírmelo, Alina? Esta es una conversación civilizada.

—Lo último que recuerdo es huir lejos de ti —espeté. —Lo último que recuerdo es que esperaba que murieras en la Sombra.

Esperaba una reacción de él, pero él solo asintió distante y reflexionó —Pensé que ese podría ser el caso, aunque ¿por qué entonces ...?

—No lo creo —murmuré, mirándome las manos.

—¿Qué parte?

—Todo. Que he olvidado un siglo de tiempo. Que he vivido durante un siglo. Que soy tu esposa. —Mis labios no querían darle forma a esa palabra. Nuevamente, negué con la cabeza. —Incluso si el resto fuera cierto, nunca me casaría contigo.

El Oscuro ladeó la cabeza. —¿No importa lo bien que lo pregunte?

Lo fulminé con la mirada.

—Y sin embargo lo hiciste. —Se reclinó en la silla, cruzando una pierna sobre su muslo. —Porque querías que la guerra civil terminara tanto como yo, y éramos líderes en bandos opuestos. Era parte de los términos de tu rendición, a cambio de las vidas de tus amigos, entre otras cosas.

—Déjame adivinar, ¿los mataste de todos modos?

—Eso habría sido un desperdicio. Tenías amigos útiles.

Out Of Time - Traducción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora