Capitulo 2

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El jueves siguiente estuvo allí, con su sobrino de 8 años subido a sus hombros y con su hermano tras de él, su cuñada también estaba allí. Como una pequeña familia, decidieron comer y jugar. Para su genuino placer, Bucky sintió que se divirtió de verdad, James, su sobrino, lo hacía feliz, con su positiva alegría y emoción. Obligándolo a jugar cosas que no habría jugado estando solo, haciendo que Steve y él compitieran como cuando eran niños. Dándole calma a las heridas en su corazón.

Y bailó en el Just Dance, obligado por el pequeño James, como su hermano lo había nombrado a su honor. Algo avergonzado, jugó sacándole risas a su pequeño sobrino.

—odio este juego—se quejó en voz baja, aunque miraba con diversión a su sobrino, presumiendo su victoria con Peggy, su madre.

—Pues eres bastante malo en el—comentó una conocida voz aristocrática a su lado.

Volteó sorprendido y lo encontró allí, vestido con unos sencillos pantalones oscuros, camisa manga larga beige y botines marrones. Su cabello estaba peinado a la perfección, hacía el lado izquierdo de su rostro y su expresión era tan calmada como siempre, la astucia brillando como el sol en aquellos ojos castaños.

—hola—saludó al ver a Bucky mirarlo en silencio.

Este se ruborizó un poco avergonzado por haberse quedado callado, apartó la mirada cediéndole el control de juego a otro niño y se colocó junto a aquel extraño, mientras veía a su sobrino jugar con el siguiente niño.

—hola—saludó después de carraspear.

—veo que seguiste mi consejo—comentó al ver al niño de cabello rubios y ojos azules bailar animado—tiene tus ojos.

—y mi nombre—añadió Bucky con cierto orgullo y sonriendo mientras miraba a su pequeño James.

El hombre a su lado notó aquello, y sonrió también, aunque triste y melancólico.

—supongo que debió ser un honor—murmuró mirando al niño—¿se parece a su madre?

—no, es un pequeño clon de mi hermano—corrigió Bucky y señaló hacia la hilera de padres que apoyaban a sus hijos bailando—el rubio musculoso con cara de nerd y la castaña bonita con ojos de maestra amargada, son mi hermano y mi cuñada.

El castaño junto a él sonrió divertido por la descripción.

—no te pareces en nada a tu hermano—señaló.

—Steve fue adoptado—confesó el mas alto, aunque sonreía levemente—creo que fue el mejor regalo de navidad que recibí en toda mi vida.

Dejó de mirar a su hermano cuando no oyó al desconocido a su lado y lo encontró mirando a su sobrino, con tristeza y anhelo, otra vez la melancolía golpeando aquel rostro de rasgos suaves.

Otra vez Bucky sintiendo que se parecía mucho a él.

—¿estás bien? —preguntó inclinándose un poco hacia el contrario.

Este tomó aire un poco sorprendido, pero lo miró con una fingida expresión calmada.

—Si... aunque no como lo estas tu hoy—respondió con cierta mirada astuta y un poco llena de envidia.

Bucky respiró hondo y miró a su sobrino.

—cuando estoy con ellos... deja de dolerme—confesó, suponiendo que sabía a lo que se refería, en especial si le respondió de aquella forma.

El castaño le sonrió comprensivo y miró también al niño rubio.

—la familia hace eso—afirmó—cuídalos mucho.

—lo hago—aseguró el más alto—aunque a veces los vea lejos de mí.

Dijo aquello justo cuando James corrió hacia Steve y Peggy, riendo porque había vuelto a ganar, Steve lo cargó sobre sus hombros mientras Peggy besaba su mejilla. El extraño notó a lo que se refería, pues vislumbró la tristeza en los ojos azules del más alto.

Porque ver aquel cuadro familiar era sentirse excluido, como si hubiera un muro separándolos de esa felicidad.

—por cierto, debo disculparme contigo—dijo haciendo que dejara de mirar a la pequeña familia—hemos charlado y no me he presentado.

—tranquilo—comenzó a decir Bucky volteando a mirarlo.

—normalmente no soy tan maleducado—interrumpió el castaño y extendió su mano—Helmut Zemo, puedes llamarme como gustes.

Bucky le sonrió levemente, porque al fin tenía un nombre para aquel extraño. Zemo miró fijamente aquella sonrisa, notando que era sincera.

—James Buchanan Barnes—se presentó estrechando la mano del otro—mis amigos me dicen Bucky, pero puedes llamarme como te guste.

—James... es un bonito nombre—comentó el contrario sonriendo levemente—entiendo porque tu hermano se lo dio a tu sobrino.

—sí, no me quejo—dijo Bucky sonriendo presumido y entonces vio la seña que Steve le hacía—yo... creo que debo irme.

Zemo asintió tranquilo.

—nos vemos el próximo jueves—dijo como despedida.

Bucky lo miró algo intrigado.

—¿Cómo sabes que vendré el próximo jueves? —preguntó.

—ya te he visto tres jueves seguidos... es una mera suposición—respondió el castaño aristocrático, encogiéndose de hombros y mirándolo mientras tomaba el control que le extendía un niño—¿me equivoco?

El más alto lo miró fijamente.

—no, vendré el jueves—dijo como si fuera una promesa.

—nos vemos entonces, James—despidió Zemo dejando de mirarlo después de mover su mano con cierta floritura, como despedida.

—nos vemos, Zemo—dijo Bucky alejándose y yendo hacia donde Steve lo esperaba.

Su hermano fruncía un poco el ceño mientras James y Peggy comían unos dulces que el menor se había ganado en unos juegos.

—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó algo preocupado.

—saludaba a un amigo—respondió Bucky mientras le robaba unos dulces a su sobrino.

Se marchó, viendo de reojo como Zemo continuaba jugando al Just Dance. Aquella noche, cuando rememoró la conversación, se dio cuenta de un detalle que había pasado por alto... Zemo dijo que lo había visto durante tres jueves seguidos, y ellos habían hablado solo dos jueves, eso solo significaba que lo había visto el primer día que fue allí, lo vio cuando lo había estado mirando fijamente como un acosador.

"rayos" pensó tapándose el rostro con un brazo, sintiendo como la vergüenza quemaba sus mejillas.

Lonely / WinterbaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora