El Destino Tenía Una Jugada

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El destino ya nos tenía una jugada.

–Yeba, ¿Sabes dónde está Hyejin? –Pregunta Moonbyul.

–En el salón. –Responde mientras juega con su celular.

–Gracias. –Se levanta y sale de la cafetería para dirigirse hacia el salón.

Caminó con apuro hacia el salón, esquivando e ignorando a los alumnos que se encontraban a esa hora en los pasillos. Unos minutos pasaron y por fin llegó al salón, entró con apuro, tomó la primera silla que vió y trancó la puerta para que nadie pudiera entrar, siendo seguida por la mirada de Hyejin quien la miraba divertida.

–Tardaste. –Dice Hyejin con brazos cruzados.

–Lo siento, había mucho tráfico de alumnos. –Responde mientras se ata el pelo y se acerca a Hyejin.

–¿Debería perdonarte? –Pregunta dudando.

–Claro que sí, porque si no, no podría hacer esto. –Dice para después besarla en los labios.

–Solo que sea por eso. –Responde después de separarse solo para volver a sonreír y volverla a besar.

Y no nos iba a preguntar...
Y así nos fuimos sin pensar.

Moonbyul siguió el beso mientras sus manos recorrían con suavidad sus muslos y al llegar a su trasero, apretó con fuerza haciendo sonreír a Hyejin. Sus manos volvieron a bajar a sus muslos para luego usar su fuerza y levantarla para sentarla en el escritorio del profesor y comenzar a besar su cuello mientras que Hyejin sostenía a Moon con sus manos en su cuello y soltaba leves gemidos ante los lamidos y besos de Moonbyul.

Este juego había comenzado desde hacía un mes cuando habían hecho un proyecto juntas y por accidente Hyejin derramó agua sobre Moonbyul, haciendo que su blusa se transparentara y una tensión sexual entre ellas apareció de repente.

Comenzando así una travesía de roces, toques, caricias, terminando con besos. Nunca pasaban de los besos porque era peligroso y ellas lo sabían, incluso no sabían el por qué lo hacían, solo seguían sus impulsos.

–M-Moonbyul. –Dijo con dificultad.

–Mm... –Respondió comenzando a bajar sus besos hasta su pecho mientras metía sus manos entre su camisa.

–Ya.

–¿Ya? –Pregunta deteniéndose.

–Recuerda los límites.

–Cierto, lo siento. –Dice alejándose un poco para después besar a Hyejin.

Se besaron por un par de minutos más con calma, sin prisa, disfrutando los labios de la otra, olvidando por completo que estaban en un salón de clases hasta que escucharon que alguien intentaba entrar al salón pero no podían por la silla que estaba trancada a la puerta. En ese momento se separaron de inmediato y Moonbyul fue con rapidez a quitar la silla mientras que Hyejin se abanicaba con sus propias manos.

–¿Byul? Oye, ¿Tú trancaste la puerta?

–Hola Seulgi, respondiendo a a tu pregunta, no, no lo hice, la puerta se había trabado, yo intentaba abrirte. –Se encogió de hombros.

–Oh. Muchas gracias, es que se sentía que de verdad estaba trancada, como sea, ¿Qué hacías? –Preguntó entrando al salón.

–Estaba estudiando las partes del cerebro con Hyejin. ¿Tú qué haces aquí? El receso aún no acaba. –Interroga con un poco nerviosismo.

–Vine para estudiar, este salón es muy tranquilo, ¿No importa? –Sonríe.

–Claro que no, siempre eres bienvenida. –Le sonríe de vuelta.

–Oigan, hace calor, ¿No?–Pregunta Hyejin aún abanicando su rostro.

–Mm.. Yo no tengo calor, ¿Tú tiene calor Byul? –Pregunta con confusión.

–Un poco, este salón se vuelve un poco caliente cuando la puerta está cerrada. –Responde mirando a Hyejin.

No fue mi intención amarte (HwaByul) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora