Días en Narnia: Primera Primavera

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La vida en Narnia era distinta a cualquier otra cosa vivida, cada día se sentía como seis meses, los días y meses pasaban más rápidos, los años eran más cortos. Tras el invierno descongelarse y comenzar la primavera decidimos que estábamos en marzo para comenzar a contar el tiempo acorde con el comportamiento de la naturaleza que realmente indica la duración de las horas, días, etc.

Con esa extraña reflexión me desperté con una genial idea, salí de mi habitación en camisón y bajé unas escaleras hasta la cocina, allí me encontré a Susan desayunando con un libro.

-Buenos días- sonreí.
-¿Cómo tu tan feliz por la mañana?- me preguntó dejando el libro a un lado.
-No lo se- me senté a su lado- he tenido una idea, pero debéis estar los cuatro reyes- le dije y ella rio.
-Sabes que al final haremos lo que tú digas.
-Tienes razón, a ver es una tontería pero estaría bien que... con tanto por lo que han pasado los Narnianos se merecen felicidad y fiestas. Pues, podemos hacer una fiesta temática aquí en el castillo por cada estación del año, para celebrar una nueva etapa- le expliqué.
-Es una muy buena idea Prissy, seguro que a Lucy le encanta y a Peter, que siempre está diciendo que quiere ser cercano con el pueblo- me animó.
-Oh gracias- dije con una sonrisa- ¿Qué lees?
-Historia y naturaleza de seres fantásticos- dijo mostrándome la portada- salen algunos Narnianos.
-Debería leerlo para informarme.
-Deberíamos todos pero Lucy es muy pequeña para entender este vocabulario y a Edmund no le acerco un libro ni de broma- me dijo cerrando el libro.
-Tienes razón, al menos tu y yo sabemos algo, eso es mejor que nada- añadí y ella se encogió de hombros satisfecha- hay algo que quiero averiguar y puede que tu lo sepas.
-¿El qué?- me preguntó cursiosa.
-Es decir, se que soy una Dama y formo parte de la profecía, pero ¿Por que la señora Castor me dijo que también sería reina?- le planteé y ella también se quedó pensando.
-Pueden ser varios motivos, igualmente yo tengo pendiente leerme al completo la antigua profecía, lo haré hoy y ya te contaré si descubro algo que resuelva tu duda- asentí ante su sugerencia- ¿Aún estamos a tiempo para hacer la Fiesta de Primavera?
-Puedes hacerla cuando quieras, eres la Reina- le recordé el dato y ella asintió riendo.
-Es verdad, pues se lo diré a Lu para que me ayude con todo- dijo y Edmund entró a la cocina todo despeinado y apenas con los ojos abiertos.
-Buenos días- dije yo analizando su aspecto.
-Buenas- dijo abriendo por fin los ojos del todo y sentándose en la mesa con una taza en la mano.
-¿Edmund has crecido?- le pregunto Susan con sorpresa.
-¿Qué?- dijo este confuso.
-Pareces más alto- le dijo y el chico se volvió a levantar- si, has crecido un poco.
-Mejor, así deja de ser tan enano- Peter entró en la sala con ese comentario.
-Que gracioso- dijo Edmund con sarcasmo.
-Bueno la primavera empezó hace un par de días- añadió Susan refiriéndose a nuestro tema anterior.
-Hoy es 22 de marzo ¡Prissy feliz cumpleaños!- dijo Edmund dirigiendo su mirada a mi.
-¿Es tu cumpleaños?- preguntaron los dos mayores a la vez.
-Si, gracias Eds- ambos compartimos una pequeña sonrisa y Peter fue directo besarme las mejillas.
-Felicidades- me dijo y yo reí un poco avergonzada de tanta atención hacia mi.
-Ya basta, que algunos estamos comiendo- dijo Edmund queriendo alejarnos.
-Prissy felicidades- dijo ahora Susan dándome un abrazo- nosotras hablando de fiestas y tu sin decirme nada.
-¿Es tu cumpleaños?- dijo Lucy apareciendo de pronto- ¡Felicidades!- la niña se lanzó a abrazarme- hagamos una fiesta.
-Si, invitemos a todos, con un banquete, música en directo- pensó Susan emocionando también a su hermana.
-Que venga todo Narnia- añadió Peter.

Sin preguntarme si quería o no decidieron celebrar mi día y esa misma noche todo el castillo estaba lleno de gente ayudando a organizar, la señora Castor venía y volvía con cestas y cestas de comida mientras Lucy me hablaba de los vestidos que se quería poner. Una vez llegó el momento, los primeros en entrar fueron un grupo de zorros que hicieron una reverencia y me desearon una larga y bonita vida. Tumnus me hizo una corona de flores la cual con las horas acabó en la cabeza de Lu.

-¡Un brindis!- pidió Peter llamando la atención de todos los invitados- que hable la cumpleañera.
-Esta bien- acepté y me puse en pie- pues muchas gracias a todos lo que estáis aquí, ojalá pudieran estar todos, pudiera estar Aslan, y todos lo que faltan, gracias por aceptarme como Dama y como una narniana más, es el mejor cumpleaños de mi vida, sois mi hogar.
-Maravilloso- exclamó el señor Castor y todos aplaudieron.

Todos chocamos nuestras copas de las que bebíamos y continuamos con la fiesta. Edmund no era tanto de fiestas como el resto así que no me sorprendió verle ausentarse hasta el balcón a ver las vistas de Narnia alejándose del ruido, sentí la necesidad de acercarme a él y hacerle compañía.

-¿Te lo estás pasando bien?- le pregunté parándome a su lado.
-Si, claro, lo que a veces necesito salir a tomar el aire, nada más- me explicó con nerviosismo.
-Tranquilo, te entiendo- le regalé una sonrisa y eso pareció consolarle, vi que llevaba una pequeña bolsa- ¿Qué llevas ahí?
-Oh, es para ti- me puso la bolsa en las manos, pesaba más de lo que pensé- es una tontería que había visto, espero que te guste.

Abrí la bolsa de tela y dentro había una pequeña planta de apenas unos días de crecimiento en una maceta plateada decorada lujosamente, en la tierra había hundida una pequeña piedra verde del tamaño de un diamante. Se trataba de una flor que tardaba 50 años en florecer al completo y a lo largo de su crecimiento daba pequeñas piedras de esmeralda, de esta especie quedan muy pocas en Narnia por el uso tan grande que le dieron para hacer joyas.

-¿La flor de esmeralda? ¿De dónde la has sacado? ¡Me encanta! Muchísimas gracias Eds- hablé entusiasmada lanzándome a abrazarlo.
-No revelaré mis contactos- dijo haciéndose el misterioso- me alegro de que te guste, ahora vuelve a tu fiesta, cumpleañera- dejó un beso en mi mejilla y con la misma me marché.

No es por ser materialista, la flor y las esmeraldas están genial, pero pensar que Edmund pensó en mi cuando vio el regalo me ablandó el corazón un poco más.
La fiesta dio su final cuando el sol se puso, los zorros emborracharon al señor Castor y ellos mismos se encargaron de llevárselo escuchando las quejas de su mujer tras ellos, el personal del castillo nos ayudó a recoger y de nuevo estuvimos los cinco solos.
Salí de darme una ducha, paseé por el pasillo y vi a Susan en su cuarto con la puerta abierta, esta misma me llamó al yo pasar por delante.

-Prissy, mira- entré en su habitación y dirigí mi mirada al libro que tenía abierto frente a ella- dos hijos de Adán y dos hijos de Eva acompañados de una chica de cabello rojizo- leyó en voz alta- mira los nombres.
-Reina Lucy: la valiente, Rey Edmund: el justo...- leí hasta llegar a mi nombre- Y por alianza, la reina Prissy, esposa del Rey Edmund.
-Ahí tienes tu respuesta- dijo y la miré confundida- a ver lo dice la profecía, no sabemos si todo pasa de verdad o no.
-Que manera más rara de ser heredera al trono- fue lo único que pude decir- gracias, Susan, al menos ya lo sé.
-Es como si te acabara de leer el futuro- dijo ella y reí por la comparación.
-Puede ser, tendré que vivirlo para que lo averigüemos- dije y di un paso atrás- me voy, buenas noches.
-Buenas noches- dijo esta y fui directa a mi cuarto.

Muchas cosas habían sucedido hoy, buenas y confusas pero ¿Cuándo mi vida ha sido tranquila? Me quedan muchos años en Narnia como para preocuparme por el mañana, aprovecharé cada minuto aquí como si fuera el último pues nunca había tenido tanta suerte, estaré con mi amigos, y Edmund ¿Qué voy a hacer con este chico?

𝐋𝐨𝐬 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐲 𝐥𝐚 𝐝𝐚𝐦𝐚-𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora