07

27 2 0
                                    


Los guepardos se nos habían adelantado en la carrera y nos protegían, la primera fila tenían unas largas lanzas listas para clavársela a cualquiera que se acercara. Entonces llegó el momento donde los dos ejércitos colapsaron, me agarré fuerte a mi caballo e incliné mi cuerpo un poco hacia delante para poder lanzar bien mi Lazo de la Verdad, que en esta circunstancias lo usaba una velocidad que era capaz de cortar y azotar hasta tirar al suelo a todos los enanos que se ponían en mi paso.

Me encontraba en un duelo espada a espada con un minotauro cuando uno de nuestros ave fénix que estaba bajo las órdenes de Edmund, vino hasta nosotros e hizo arder sus halas creando un circulo de llamas a nuestro al rededor quemando a nuestros enemigos pero la Bruja rompió el circulo con su frío carruaje viniendo hacia nosotros.

-¡Retirada!- gritó Peter- ¡llevadlos hasta las rocas!
-Vamos Aurora- le dije a mi caballo y dimos la vuelta rápidamente.

Fuimos hasta una parte del claro llena de rocas cerca de la colina donde esperaba la segunda parte del ejército con Edmund, él indicó un segundo ataque de los arqueros para hacernos el camino más fácil hasta la zona.

El segundo ejercito bajó para ayudarnos. De pronto Oreius me hizo frenar y girar hasta percatarme de que el unicornio de Peter estaba en el suelo, herido, así como Peter.

-¡Vamos!- uno de los rinocerontes y Oreius corrieron en dirección a nuestros enemigos protegiéndome para que me diera tiempo ir hasta Peter.
-Sube- le ofrecí mi mano.
-¡Nooo!- gritó entonces el chico mirando a lo lejos.

Oreius fue directo al carruaje de la Bruja y falló su intento de darle con su espada consiguiendo que ella si le diera con la suya y se petrificara. Me bajé del caballo y le mandé a otro lado cogiendo mi escudo para quedarme con Peter.

-Peter no podemos quedarnos aquí- le dije al vernos tan desprotegidos.

Dos hipogrifos pasaron por nuestro lado protegiéndonos de cualquier flecha que viniera en nuestra dirección, luego fueron directos a atacar a la Bruja pero esta les dio con su cetro y los petrificó.

-¡Edmund!- llamó a su hermano que peleaba no muy lejos de nosotros- ¡son demasiados! ¡lárgate enseguida, coge a las chicas y llévalas a casa!
-¿Qué?- pregunté justo cuando un troll venía hacia con un bate y lo paré con mi escudo. El castor se llevó a Edmund, al menos él estará a salvo.

Peter y yo luchábamos espalda con espalda aun que nos venían a atacar de todos lados, mi caballo fue herido tratando de protegerme así como muchos. De pronto una luz azul nos llegó a todos, provenía de la Bruja Blanca y Edmund, él acabó con su cetro que petrificaba a todo el que lo tocaba y comenzaron una pelea de espadas hasta que ella le hirió.

-¡Edmund!- grité a lo lejos.
-¡No!- gritó Peter y ambos corrimos directos hacia ella.
-Te cubro- le dije y golpeé a cualquiera que intentaba impedirle el paso a el mayor.

Los dos llegamos hasta la Bruja, estos dos entraron en un duelo mientras yo golpeaba a un minotauro con mi lazo hasta cortarle en partes, la criatura en su último momento me pegó una patada tirándome hasta chocar con una roca, al mismo tiempo Peter calló al suelo. Me levanté dolorida queriendo ayudar al chico.

-Tu niña me tienes harta- me dijo la Bruja dándome con su espada haciéndome un corte en el brazo.
-¡Aah!- me quejé de nuevo viendo a mi al rededor como todos peleaban.

De pronto el rugido de Aslan sonó en todo el prado y allí estaba sobre la colina en perfecto estado, con él iban Lucy, Susan y muchos más Narnianos incluido el señor Tumnus que vinieron en ayuda. Aurora, mi caballo, volvió a aparecer sin ninguna herido y me subí en su lomo para poder batallar de nuevo ya que aún seguían en pie muchos del ejercito de la Bruja. Aslan pasó por mi lado y se lanzó a por la Bruja.

𝐋𝐨𝐬 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬 𝐲 𝐥𝐚 𝐝𝐚𝐦𝐚-𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora