Melanie MEL64

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Nuestra niñez

Las personas extrañas no importaban.
No buscábamos
ni vistas,
ni visas,
ni las migajas de los turistas.
Teníamos la inocencia para creer en los Reyes Magos
y la madurez para entender lo malo que era un trago.
Lo decíamos todo en palabras directas, sencillas.
No teníamos que darle importancia a algo
poniéndolo entre comillas.
Nunca supimos cuánto de relación tenía los frijoles con huevo
con la falta de tinte que tenía mamá en el pelo.
Pensábamos, cada martes, que ir a la escuela era algo obstinante.
Ya después entrarían las ganas de que todo volviera a ser como antes.
Creímos grandes mentiras como la de rezar para que no falleciera abuelo.
Creímos pequeñas mentiras como
esa de que para ir a las estrellas solo había que reservar un vuelo.
Nuestra niñez fue un tesoro regalado.
Nuestra niñez era la vida perfecta,
y fue asesinada por nuestra ignorancia.
Y desde que aprendí eso, me estuve cogiendo confianza;
para ser lo que quiero, para volver a ser niño,
para realizar mi venganza.

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