Capítulo 30. Invocar a un ángel

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"She made wings out of broken things

and rose above the ones that hurt her"

(Adrian Michael)

La idea de pedir un favor a un ser celestial no les hacía demasiada ilusión a los vampiros por el gran odio que se tenían, pero esa era una situación de urgencia y solo sería una vez. Epiphany dibujó un pentagrama en el suelo con un carboncillo negro. Se encontraban en el mismo sitio donde ellos se habían reunido con Lucifer días atrás. Drayce colocó unas velas alrededor dando un toque misterioso al lugar. Era la primera vez que hacían algo así, por lo que no sabían realmente qué podría pasar. Los ángeles no debían ser molestados y no siempre estaban dispuestos a contribuir. Aunque sus amigos daban por hecho que todo aquello sería en vano, Epiphany tenía la esperanza de que él no fuera como los demás. Confiaba plenamente en que Alastair les proporcionaría todo lo que necesitaran.

Se colocaron alrededor del círculo y se cogieron de las manos. Nilsa había memorizado las palabras para poder invocarle, solo la jefa tenía la capacidad de hacerlo.

-"Nos, sic-accersitus Filii noctis, vocare Angelus Alastair illuminare nos caelesti praesentia, et da nobis, eius auxilium. O, magnum angelus, planto vestri divinam speciem" (Nosotros los llamados hijos de la noche, convocamos para que nos ilumine con su presencia celestial el Ángel Alastair y nos otorgue su ayuda. Oh, Gran Ángel, haz tu aparición divina)-una luz brillante resplandeciente invadió la sala y en medio del pentagrama, un pequeño remolino hacía su aparición.

Un destello de iluminación se abrió paso delante de los ojos de aquellos chicos, que poco a poco fue tomando la silueta de un ser alado.

-¿Quién busca de mí? Siento una fuerte oscuridad invadiendo este lugar.

Epiphany contuvo su sorpresa al ver la inmensidad de sus alas, en pleno esplendor, llenas de pura belleza. Tuvo ocasión de verlas anteriormente, pero no se había fijado porque estar en medio de alguna pelea, hacía que se concentrara en otras cosas.

-Esto es cosa mía- el ángel se giró hacia ella.- Creo que me recuerdas, soy la hermana de Anastasia y por cosas de la vida, bueno, bajé al infierno y creo que en ese momento algo malo se metió en mi cuerpo provocando oscuridad en mí. Te pido por favor, que me ayudes a sacarlo- la angustia se palpaba en su voz, pero el rostro del ángel era inexpresivo.

Alastair se acercó a ella y puso la mano en su cabeza, cerrando los ojos. Epiphany notó que algo se metía dentro de su cuerpo, como una explosión que hacía retumbar sus oídos. Escuchaba al ángel murmurar algo, pero no lograba entender ni una palabra.

-Esto es obra del Ángel Caído, él metió esa oscuridad dentro de ti. Está arraigada en el alma y puede ser peligroso seguir el proceso. Si no tienes la fuerza suficiente, acabará con tu vida. Pero eso no es todo, si eso ocurriera, tu alma sería propiedad de Lucifer y ni yo ni nadie podría impedirlo- su voz era fría, Epiphany sintió preocupación al escucharle así. O ella no le importaba en absoluto, o quizá había tenido algún problema con su hermana y por eso se mostraba tan serio.

El miedo la atenazaba, tenía que elegir entre quedarse así o intentarlo y tener la posibilidad de dar su alma al diablo. Sintió náuseas al recordar que podría estar atada eternamente a ese ser miserable y que la hiciese regresar a aquel terrible lugar. Era una decisión que llevaba su tiempo tomarla, pero eso era algo que ya no tenía. Desvió la mirada hacia Nilsa y Drayce, que la observaban con ojos expectantes, a la espera de que respondiera. También tenía posibilidades de vivir y sacar aquella cosa de su interior, se aferró a esa opción para terminar de convencerse a sí misma de que lo haría.

-Estoy dispuesta a arriesgarme- dijo con tono firme.- Si algo saliera mal, di a Anastasia que la quiero, que es mucho más fuerte de lo que piensa y siempre estaré a su lado.- El ángel esbozó una sonrisa, asintió con la cabeza.- Nilsa, me alegro mucho de quererte con todo mi corazón. Drayce, podrás con todo- él también asintió y pasó el brazo por encima del hombro de la pelirroja, que tenía los ojos llorosos.

La Reina de los Ángeles CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora