Capítulo 13: Amanecer

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- Es una promesa, ¿verdad?

- Sí. Aun si pasa mucho tiempo, nuestra promesa nos volverá a reunir algún día – sacando un colgante de su bolsillo -. Mi mamá se esforzó mucho en hacer estos. Quiero que tengas uno para cuando nos volvamos a ver.

- recibiéndolo - ¿Está bien que sea yo?

- ¡Por supuesto! ¿Por qué no lo estaría?

- No, nada. Gracias, Fuutarou-kun. Te prometo que nunca olvidaré este día.

- ¡Esforcémonos por nuestro futuro, ______!

- ¡Sí!

Aquella que sonríe dentro del recuerdo de un pasado distante, aquel encuentro que se siente tan cercando sin motivo alguno...

Abriendo sus ojos lentamente, Fuutarou comenzaba a despertar después de varias horas de viaje desde el campamento escolar. Su expresión, a pesar de mostrar la de un amanecido, denotaba seriedad ante todo. Aquella acción que había cometido, la elección que nunca debió haber existido, lo había dejado más agotado de lo que se esperaba. Sin embargo, aun cuando se encontraba medianamente cómodo, despertar después de haber tenido un sueño que apenas podía recordar, estando aun entre las sabanas de su cama, Fuutarou no pudo más que aceptar el hecho de un nuevo comienzo... uno que lo más probable no vendría de la mano con su estilo de vida actual.

¿Cuánto tiempo se suponía que debía de tomar para asimilar todo lo cometido? Sin importar cuanto lo deseara, el pasado no podía alterarse. El arrepentimiento no era una emoción que se le permitía experimentar, aun si lo necesitara.

<< ¡Lo siento, pero parece que estas en el último lugar hoy! ¡Tú, quien está en Aries! >>

- ...

<< ¡Sin embargo, hay una alta probabilidad de encontrarte con una persona especial! Así que si estás recostado en la cama justo ahora a causa de un malestar, asegúrate de tomar las cosas con calma. ¿¡Okey!?>>

- ... Ciertamente, mis ojos se sienten pesados. Si esta no es la peor situación, entonces no sé cómo llamar a esto...

Habiendo pasado un par de días de lo sucedido en el campamento escolar, una vez concretado el beso que lo marcaría todo, Fuutarou al llegar a casa, ignorando a todos en el proceso, tan sólo se desplomó en su cama por el agotamiento que implicó tener que estar en una situación tan complicada y estresante. Y sin que se diera cuenta de lo que fue, Fuutarou no sintió más que alivio una vez estando recostado en aquel momento en su cama.

Ahora, mientras veía su horóscopo en la pequeña televisión que poseía en su habitación, Fuutarou no hacía más que estar absorto en sus propios pensamientos de lo que podría suceder a partir de ahora. Su decisión, aunque no fuera la correcta según diferentes motivos, era la que lo llenaba y lo hacía sentir completo actualmente. Sin embargo, ¿Qué iba a ser de Yotsuba, la chica que ilusionó todo el camino hasta el campamento escolar? Después de aquella situación, Fuutarou no tenía permitido sentir arrepentimiento y/o pesar, tan sólo podía ser un mero observador de sus propias debilidades.

Y en consecuencia, a pesar de ya estar recuperado después de todo el agotamiento que fue el campamento escolar, Fuutarou seguía estando en su hogar. Como si se tratase de un castigo interno entre él y la verdad que no pudo liberar, su encierro bajo la excusa de sentirse enfermo era inevitable. La lástima que sentía hacia sí mismo por su propia incredulidad ante los hechos lo dejaba sin palabras para seguir una contradicción interminable.

El cuestionamiento que implicaba tomar la responsabilidad de todas sus acciones hasta el día presente, a sabiendas de que sin importar el esfuerzo nada cambiará, Fuutarou no hizo más que quedar absorto ante una profunda indecisión de seguir incluso sus propios pasos. Fue entonces cuando por fin lo comprendió.

Interés Momentáneo [Go-toubun No Hanayome] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora