XV

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Tony dió una última respiración profunda antes de recostarse en su totalidad, sus ojos mieles se cerraron con calma, el color ya había vuelto a su rostro, y su expresión se relajó aún bajo aquella fina capa de sudor. La sensación fría que el suelo pulido emanaba era satisfactoria para apaciguar el bochornoso calor en el que su cuerpo lo había sumergido en un acto de preservación como resultado de su tormentoso ataque de ansiedad.

Lo peor ya había pasado, todo estaba bien, su respiración era regular y los latidos de su corazón eran fuertes y constantes, sorpresivamente sus pensamientos le habían otorgado una tregua y su mente se había quedado en blanco, como si fuera una computadora que hubiera sido reiniciada. El Capitán América cruzó miradas con el hechicero supremo, su rostro mantenía una serenidad desconcertante, parecía que estaba metido en sus propias pensamientos, pero aún así le hizo un movimiento con la cabeza hacia fuera del taller. Stephen entendió el mensaje y se puso de pie en silencio, su calzado de franela no hizo ruido alguno en el silencio de la habitación y la capa color carmesí sobre sus hombros se colocó debajo de la cabeza del hombre de hierro dándole el confort de una almohada improvisada

El ex-neurocirujano marcó el camino a la salida del taller, y las pisadas firmes de Steve hicieron ruido atrás de las suyas. Las manos de Stephen estaban desnudas ante lo inoportuna que había sido su salida del Santuario, por lo que en un acto inconciente las metió en los bolsillos de su sudadera gris, poniéndolas a salvo de cualquier mirada curiosa. No estaba nervioso ante la charla que sucedería en breve, su cerebro relacionaba el propósito de la conversación con la salud del mecánico, pero a decir verdad, él mismo tenía sus propias preguntas al respecto. Era conocido para Stephen, y para el público en general que Tony era una persona inestable, con un patrón de conductas autodestructivas que constantemente ocultaban sus problemas personales, lo había visto fuerte y estable durante los últimos días, un comportamiento opuesto a la reacción y actitud que había tenido la última cesión que habían tendido. Maldijo para sus adentros al no haberlo notado antes

- ¿Qué tan frecuentes son esos ataques? - la voz grave del soldado lo sacó de sus pensamientos. La mirada de Stephen pasó de su pareja en el fondo al rubio frente a él

- No había tenido uno en los últimos tres meses - el hechicero supremo navegó entre los registros de su mente y negó con la cabeza. Había sido un imbécil al no preveer que eso pasaría - Tampoco recuerdo que haya tenido uno igual de fuerte que éste

- Todo fue culpa mía - el rubio cerró los ojos momentáneamente, su rostro parecía afligido al reconocer aquello. La mirada de Stephen escudriñó sus facciones

- ¿Qué fue lo que sucedió, Capitán? - la voz del maestro de las artes místicas permaneció serena

- El equipo tuvo una discusión, bueno, en realidad es el mismo problema de siempre, la guerra civil

- No me sorprende, si le soy honesto. Eso es lo que pasa cuando una disputa tan fuerte se queda sin resolver por mucho tiempo - hubo un silencio tras esas palabras, y finalmente el rubio lo interrumpió.

- Doctor, hay algo que tengo que preguntarte - los brazos de Steve se cruzaron sobre su pecho. Parecía tranquilo para alguien cuya mente estaba maquinando más rápido de lo que podía procesar

- Adelante - una ceja se alzó levemente en el rostro del hombre de pómulos afilados. A pesar de que sus facciones se mostraban relajadas, había algo de notoria intranquilidad mostrada en sus manos hechas puños que se escondían bajo la tela de su sudadera

- El equipo tiene ciertas dudas con respecto al tipo de relación que Tony y tú parecen tener - hubo un breve silencio ante aquellas palabras. El rostro sereno de Stephen no vaciló ni un momento en aquel descanso - Y ahora, repentinamente y por una razón desconocida para todos, pareces tener interés por Wanda

Más Que Amigos [IronStrange]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora