Lo que oculta la soledad.

Hasta siempre

Quererte se volvió una de las adicciones más lindas que he tenido.

Volé en muchos cielos intentando encontrar algo especial, quien diría que lo encontraría sin buscarlo.

Fuiste la persona que me enseñó que la felicidad depende de uno mismo y no de los demás.

Extraño llamarte en la madrugada, ir a la montaña solo para ver el amanecer o ver el cielo lleno de luceros desde la orilla del mar. Extraño verte por las tardes sonriendo como si todo estuviera bien. Extraño decirte te quiero todos los días.

Quién lo diría, fuimos la más grande de las contradicciones y aun así no deje de quererte ni un segundo. Hubiera dado mi vida porque siguieras aquí, peor hubiera sido egoísta.

Esta vez solo quería despedirme. He encontrado a esa persona que llena mi vida de alegría, no te miento, fue difícil, incluso más de lo que hubiera querido; pero ahora por fin puedo decirte que soy feliz. Esta vez juro que haré las cosas bien.

Hace mucho tuve que dejarte ir, pero tenía miedo, no quería olvidarte, no quería despertar un día y olvida tu voz, olvidar tu sonrisa o el brillo de tus ojos.

Ahora, quiero dejarte ir, recorre el cielo en libertad, y quizás, en otra vida podamos encontrarnos y recorrer una vez más aquella montaña para ver el amanecer.

Y nunca olvides que te amo y te amaré en esta y en mil vidas más.

Hasta siempre, mi pequeña estrella.