Sentí la puerta abrirse con brusquedad lo que me despertó de mi pequeña siesta después de no haber dormido bien los dos últimos días.
La figura de Dabi estaba delante de mí con la misma bandeja en la que me había estado trayendo comida, afortunadamente, las tres comidas que correspondían. Sin embargo, y aun cuando yo simulaba que no se encontraba en la habitación, solía quedarse conmigo hasta que terminaba de comer y me volvía a acostar dándole la espalda en el pobre colchón que era parte del lugar en donde estaba.
Parecía un cuarto, pero no tenía ventanas y la puerta era de un metal pesado, según pude darme cuenta las veces que intenté forzarla.
Me levanté del colchón para luego acercarme a la bandeja que puso encima de este mismo y verificaba que se trataba del mismo tipo de comida que estuve recibiendo todos estos días, arroz con carne, aunque esta vez habían cambiado el agua por algún tipo de jugo con color oscuro, y que no me daba muy buena espina.
Procedí a comer en silencio sin siquiera mirar lo que Dabi estuviera haciendo, pero estaba casi seguro de que se encontraba mirándome como siempre lo hacía, sin embargo, cuando terminé y decidí oler el jugo que terminé dejando en la bandeja, me dispuse a recostarme en el colchón nuevamente, aunque ese intento se vio interrumpido por una mano que se envolvió en mi antebrazo.
—No me toques. —sisee con fuerza intentando apartar su mano, a pesar de que el miedo estaba inundando mis sentidos más de lo que debería.
Lejos de la sensación de calma que antes me provocaba solo podía lograr temblar ante la presencia de cualquiera de los que estaban en la Liga. Lo único que quería era volver al lado de Kacchan y que me envolviera tanto en sus brazos hasta que ya no hubiera ni espacio ni oxígeno entre nosotros, aun cuando seguía muy confundido con su decisión de no contarme sobre nuestra relación.
—Izuku, esto es ridículo, ¿hasta cuándo seguirás con esa actitud? —lo miré intentando disipar cualquier reacción nerviosa o que me delatara.
—¿Hasta cuándo? ¿en serio me estás preguntando eso? —escupí sin dejar de forcejear en su agarre—. ¡Ustedes me engañaron! Solo me trajeron devuelta para cumplir con sus propósitos egoístas.
—¿Egoístas dices? Porque hasta donde yo sé de lo más bien que colaborabas antes, solo porque pasaste un par de días con esos imbéciles te crees con el derecho de llamarnos egoístas. —reí.
—No puedo creerlo, estoy aquí en contra de mi voluntad y... —mis ojos se llenaron de lágrimas inevitablemente—... dijeron que todos esos estudios eran para recuperar mi memoria, ¡eso era muy importante para mí! ¡y claro que no les importó! ¡¿qué fue lo que me hicieron, Dabi?! —empuñé mis manos tomándolo del abrigo largo que acostumbraba a usar siempre.
—Solo queremos el One for All, Izuku. —dijo a lo que fruncí el ceño.
Claro que no me dirían qué fue lo que hicieron la vez que me operaron, de todas formas, no pudieron lograr quitarme el don que me había heredado All Might, debido a que él mismo mencionó que seguía sintiéndolo dentro de mí.
—Pues tendrán que seguir queriendo. —musité soltándolo finalmente y debido a que ya no estaba tomando mi antebrazo pude alejarme de él para recostarme en el colchón incómodo en el que había pasado el último par de días.
—Parece que ya no quieres cooperar. —dijo a lo que reí una vez más.
—No es un parecer, Dabi, no quiero cooperar y no lo haré. —mi mirada para este punto sé que se veía muy amenazante, pero el hombre delante de mí se mantenía impasible, y eso me tenía un poco nervioso.
—Los demás dijeron que no servía de nada ser amables contigo en este punto y creo que tienen razón —lo escruté con la mirada de arriba hacia abajo, ¿de qué está hablando? —. Has cambiado, Izuku, debo admitir que esperaba no tener que hacerlo de esta forma, pero si insistes. —se acercó nuevamente a mí esta vez agarrando mis muñecas con fuerza y subiéndose encima de mí sin ningún esfuerzo a pesar de que intenté que no lo hiciera.
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Kenbōshō || KatsuDeku ||
FanficLa única cosa que Izuku tenía claro es que un día despertó en un cuarto oscuro, encadenado y sin recordar tan siquiera su nombre. Luego de un año lleno de estudios sobre su memoria en un lugar que se hizo su hogar, hubo un ataque repentino que amena...