8 +Día de Kaus de Sagitario+

96 28 70
                                    

El premio se lo ganó Skat por sus excelentes pasos en Popping y por la gran ovación que recibió del público que al unísono coreaban su nombre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El premio se lo ganó Skat por sus excelentes pasos en Popping y por la gran ovación que recibió del público que al unísono coreaban su nombre. Me alegró verlo tan contento y después de recibir nuestro premio (ocho entradas gratis para el parque de diversiones), lo vi derramar un par de lágrimas.

—¿Qué pasó? ¿Estás bien?

—Sí —ladeó su cabeza en señal de afirmación—, es solo que la ovación del público me recordó mi vida antes de convertirme en una estrella.

—¿Fuiste artista?

—No. Fui un príncipe heredero que sufrió mucho.

Caminábamos en dirección a una plaza.

—Mi padre tenía un hermano menor que deseaba reinar, así que mató a mi padre e intentó matar a mi madre sin saber que ella me llevaba en su vientre; por suerte ella logró escapar esa vez con la ayuda de varias personas que eran fieles a mi padre y que sabían lo que había hecho mi tío, sin embargo, la hallaron cinco años después y la asesinaron; a mí me llevaron al palacio y mi tío me hizo su esclavo. Mi madre me había enseñado que yo debía ser el rey y que cuando llegara la oportunidad, era mi responsabilidad reclamar el reino —suspiró pesadamente—. Mi tío me odiaba y me trataba como una escoria... Yo lo soportaba, pero lo que no soportaba era verlo usar su poder con perversidad, llevando a más de la mitad del reino a la suma pobreza, mientras él disfrutaba de todo lo que les quitaba y lo compartía con el ejército para siempre tenerlos de su lado.

Nos sentamos en una banca.

—Aaron, un rebelde que había sido cercano a mi padre, se ganó el apoyo de los pobres y él les hizo saber la verdad sobre mí. El plan que llevarían a cabo dependía de mí, por lo que lograron rescatarme del cautiverio en el que había vivido la mayor parte de mi vida. Iríamos en contra de mi tío y su ejército, pero al darme cuenta de que éramos pocos en comparación al ejército del rey, requerí la ayuda del reino vecino, enemigos a muerte de mi tío; necesitaba darle a mi gente una vida mejor, así que me convertí en su esperanza. Tuvimos el apoyo del ejército de nuestros vecinos quienes reforzaron a los rebeldes de mi pueblo y de esa forma logramos vencer a mi tío.

—Al final lograron lo que querían, ¿no es así?

—Sí, logré lo que quería y lo que hubiese querido mi padre: darle una buena vida a nuestro pueblo —tomó aire—. Solicitar la ayuda de otro reino nunca fue gratis y el precio de su alianza fue que cediera el reino, yo acepté bajo los términos establecidos por ambas partes. El rey Farío cumplió su parte del trato al ayudarnos y otorgarle a mi pueblo lo que le pertenecía; me tocó a mí cumplir mi parte del trato.

—¿Tuviste que ceder el reino que apenas acababas de recuperar?

Asintió, mirando a la nada, como si estuviera reviviendo ese momento.

—No solo era entregar el reino, sino, que también debía entregar mi vida.

—¿Por qué? —Pregunté, confundida.

Los siete caballeros del espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora