20 +Acoso escolar+

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Para suerte mía, Alpherg me rescató aquella noche y como se me había espantado el sueño y faltaba poco más de una hora para que el sol saliera, nos dirigimos fuera de la casa con cuidado para no despertar a los demás, ni siquiera a mi madre que do...

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Para suerte mía, Alpherg me rescató aquella noche y como se me había espantado el sueño y faltaba poco más de una hora para que el sol saliera, nos dirigimos fuera de la casa con cuidado para no despertar a los demás, ni siquiera a mi madre que dormía en el sofá. Nos sentamos cerca de la Tienda Mágica, abracé mi cuerpo al sentir la brisa fría y mi acompañante me ofreció su suéter.

—Regañaré a esos dos, ¡¿cómo se les ocurrió dormir contigo en tu cama?! Desvergonzados.

—Creo que la idea fue mía —bajé la cabeza por la pena que me invadió.

—¡¿Qué?! Vaya, no creí que tú sugirieras algo tan..., peligroso.

—¿Peligroso? No lo creo, ellos serían incapaces de hacerme daño.

—En serio eres muy inocente —suspiró pesadamente.

—¿A qué te refieres? No soy tan inocente como dices —refuté enseguida.

—Sí lo eres, por tu cabeza no pasan esos peligros a los que me refiero —me brindó una sonrisa lobuna esperando que entendiera, pero no lo hice y tuvo que proseguir—: No puedo creer que no sepas lo peligroso que es estar en la misma cama con la persona que te gusta, o sea, ¿sí sabes lo que puede pasar?

Intenté imaginar lo que podía pasar y fue en ese momento que caí en cuenta a lo que se refería Alpherg con "peligroso".

Lo miré rápidamente y él asintió con su cabeza.

—¡No! ¿Cómo crees? —Le di un ligero empujón—. Además, éramos tres en la habitación.

—Con mayor razón, ¿nunca has escuchado de los tríos y esas cosas? —Levantó sus cejas de forma burlona.

Le di unos golpecitos en el brazo, tenía mucha vergüenza de saber que por su culpa cruzó un pensamiento que él pudo conocer.

—¡Eres muy malo! ¿Por qué me hiciste imaginar eso? ¡Rayos, qué pena!

Soltó una risilla que achicó sus ojos.

—Soy un Bad Boy —admitió con seriedad, o eso intentó.

Vimos el amanecer juntos, admirando los colores pintados en el cielo y luego nos dispusimos ir a despertar a los chicos para prepararnos e ir al colegio. Primero despertamos a Zuben, Skat y Kaus; mi acompañante se adelantó a mi habitación para despertar a los otros dos y para nuestra sorpresa, de forma divertida nos invitó a ir con él. Heze y Dabih dormían abrazados el uno del otro, fue tan gracioso que les tomé un par de fotos pensando que en el futuro las usaría en su contra. Zuben y Skat saltaron a la cama y entre risas los despertaron; la expresión en sus rostros al verse rodeados por los brazos y una pierna del otro, sin duda, será algo para recordar y reír.

En el colegio tuvimos como primera clase la materia de inglés y seguido a esa tuvimos clase de Historia en donde mis ojos empezaron a cerrarse debido a que no había conseguido descansar bien y que la profesora hablaba mucho, haciendo que el ambiente se tornara aburrido. Nos dijeron que formáramos grupos de cuatro y como era de esperarse, Heze y Dabih se acercaron con sus pupitres al lugar en donde me hallaba y la profesora asignó a trabajar con nosotros a Verónica, sí, una de las chicas que más se había burlado de mí. Odié a Zuben por no tomar esta clase con nosotros.

Los siete caballeros del espacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora