Te haré recordar

La historia se repite, pero a peor

                                     Iba corriendo, jamas habi podido ver a nadie mantener tambien el equilibrio en una moto a tanta velocidad como iba Sabina aquel dia. Pablo saco de su bolsillo las llaves de su moto, que estaba cerca. Al parecer muchos de los estudiantes dejaban por allisus coches y motos. Subimos en su moto, pero ella ya estaba muy lejos, aun asi, la cerretera solo te podia llevar a un sitio, aquel bar. Lo recordare toda mi vida, la entrada estaba llena de gente, el parking a rebosar de coches y motos, y cuando entramos, era un simple bar, lleno de gente fumando, bailando, bebiendo o enrrolandose unos con otros. Y alli, en la barra estaba Sabina, besandose con un chico y cuando acababa de besarse, cogia aliento bebia de su copa y al parecer hablaba con el chico, bueno con el y con cuatro mas que estaban a su lado. Levanto la mano al camarero, el camamrero se acerco mucho a ella y sin mas aquel camamrero le dio en una servilleta algo escrito y ella asintio con la cabeza, le pidio una cerveza y luego le mando un beso, y aquel le quiño un ojo. Me acerque a ella y le dije:

- ¿Porque vienes a un sitio como este?

-A donde si no quieres que vaya

- 'Pues no se, pero seguro que hay sitios mucho mejores que este.

- Para mii este esta bien, lo tiene todo.

- Y tambien a todos ¿No?

-Si, nada mejor que este sitio.

Cuando acabo de decir aquello beso al chico de su lado, ese al cual esta besando antes. 

- Sabina, vamonos de aqui. Pareces unas de esas putas que les da igual con quien se acuestan.

- Yo no soy una puta.

Dijo dando un sorbo a una bebida amarilla que estaba enfrente suyo, pero ella estaba bebiendo cerveza antes.

- Yo se que no lo eres, asi que vamonos de aqui.

Saco de su bolsillo un paquete de tabaco, y luego comprobo que no llevaba uno, metio la mano en el bolsillo de uno de aquellos chicos, y encendio su cigarrilo con el mechero de aquel tipo. 

- No quiero irme, aqui puedo decir lo que quiera que no me miraran por encima del hombro, todos somos iguales.

Narra el chico con el que se besa Sabina:

Sabina, solto el humo de su boca, haciendola mas irresistible. Hacia timpo que venia a este sitio y llevo todo ese tiempo loco por ella, digamos que nos hemos hecho como mejores amigo como dirian las niñas. Pero yo queria algo mas de una amistad, la veia tan fuerte, tan creida. Yo queria que dejara de ser fuerte porque yo la cuidaria, o que dejara de ser creida porque yo le diria todos los adjetivos mas semejantes a ella, porque ella es perfecta. 

Pero me rompia el alma ver, que por mucha confianza que tuvieramos ella no me veia como algo serio. Jamas pasamos a mas de los besos, porque ella ya tenia con quien pasar mas lejos de ali. 

- Vamos, Bbibian dejame en paz. Tu tienes a tus amigas alli en tu habitacion esperandote para cuchichear sobre lo raras que somos las demas. Tambien tienes a tu novio, no sabes como se le iluminan los ojos cuando te mira. Bibian tu tienes tu vida, que desde mi punto de vista es una simple vida, no vives la vida como se tiene que vivir. 

Sabina posiblemente en esos momentos era consciente de lo que decia, pues cuando estaba borracha solo sabia decir : A volar al pais de nunca jamas. Vamos, Zac, vamos a volar con Peter Pan.

- Sabina, vamonos de aqui. 

- ¡Que no, coño ya! Yo estoy aqui genial, con Zac, el me quiere tal y como soy.

- No, el te quiere solo para una noche traviesa, y luego te dejara tirada.

- Hey,yo no soy asi. Yo compartiria mas de una noche con ella, comprtiria mi vida, yo le quiero.

No podia dejar que me metiera en el mismo saco que los demas hombre, yo no soy asi. Yo le  queria.

- Seguro, todos quereis lo mismo. Ahora deja a Sabina en paz ya, ella solo quiere una noche y ya.

- Pues ella y yo no somos de esos de una noche. Ella es mi mejor amiga y estoy enamorado de ella, nunca dejare que le hagan daño.

- Pues dejas que cada noche se vaya con uno deferente. 

Yo agache la cabeza, eso me dolia, me dolia mas que nada darme cuenta de que ella era mujer de una noche.

- Ya lo se, pero prefiero esperarla, a que ella se seinta atada a una persona.