3. Pollo, cervezas y helado de frambuesa

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— ¿Qué fue todo eso?

Se preguntaba una Lalisa muy sorprendida ante la reacción de parte de Rosé. Sabía que tener una amiga como ella implicaba un sube y baja de emociones que ni ella misma soportaba a veces

... le dije una y otra vez que ese idiota la engañaba y no me hizo caso — pensaba al recordar lo que había dicho hace un rato.

Comenzó a masajearse las sienes, le dolía la cabeza cada vez que repasaba las palabras de la rubia — ¡Yaah! Esta niña... Creo que se me pasó un poco la mano ¿Por qué es tan fácil para mí estropearlo todo?

Lisa no tenía opción más que ir a disculparse. Para que una relación de amistad tan sólida como la de ellas se mantuviera con el tiempo, juraron que después de cada pelea que tuvieran debían hacer las pases, no podían permitirse más de veinticuatro horas enojadas. Por supuesto, esa idea había venido de parte de la tierna Park.

— Por lo menos hubiera fingido que la escuchaba — y asimilando sus palabras continuo— ¡Pero que estoy diciendo! ¡¡¡Si yo siempre tuve la razón!!! — cubrió su rostro con las manos llenas de frustración.

Lalisa levantó el teléfono para comunicarse con su joven asistente. Todo este embrollo con Rosé la distrajo por completo de su agenda.

— ... por ultimo tiene a las cuatro treinta la reunión con el gerente de ventas el señor ...

— Programa esa reunión para otro día Ban Chang — Habló sin mucha preocupación recogiendo unas cosas de su escritorio. Era hora de seguir con su día laboral.

— Pero, Gerente, el Señor Shin solicito... 

— ¿Y qué? Resuelve eso por tu cuenta, no regresaré hasta mañana.

Y sin más explicación dejó a su asistente con atrás mientras salía a cumplir su horario con unos artistas.

_______________________________

Pasado un rato y de camino a casa, Lalisa paso por un súper mercado para comprar cervezas, el helado de frambuesa favorito de Rosé y pollo frito, combinaba mucho con esa bebida.

Ambas eran vecinas, vivían justo frente a la otra en el mismo edificio. Por esta razón, sabían la contraseña de acceso al apartamento de la otra.

Lisa ingresó al lugar tratando de hacer el menor ruido posible, buscaba a la rubia, pero no se veía en la sala por lo que su destino seguro era ir a la habitación. 

«¡Ay! Lo que tengo que hacer por esa rubia»

Respiro profundo, esto de andar pidiendo disculpas no le era fácil, a pesar de que su amiga siempre la terminaba perdonando.

— Sí, lo sé, soy una pésima amiga — entró en la habitación de Rosé como un cachorrito regañado. 

La otra mujer ni se inmutó. 

— Mmm... una idiota también.

 Rosé se removió en su cama volteando su vista a la dirección contraria de Lisa.

— ¡Aigoo! Soy la idiota más idiota de todo Seúl, no, no, de Corea completa.

En este punto, Lalisa se encontraba sobre el bulto de cobijas donde su amiga reposaba, con la cabeza enterrada tras su espalda esperando alguna respuesta de parte de ella,

— Y ¿Qué más? — escuchó en un murmullo lastimero la voz de Rosé que se removía para mirar a la mujer. 

Por fin sus miradas se habían encontrado y era más que evidente para Lisa que su tierna amiga había llorado por un largo tiempo. Dibujo una pequeña sonrisa en su rostro. Una de aquellas que no requerían de gran esfuerzo, pero que, dada a la persona correcta podía reconfortarle el alma.

— Y.... una ¿Bruja? — respondió con gracia. 

Definitivamente no se podía describir a Lalisa Manoban como la persona más sensible o afectuosa, sin embargo, una vez que alguien se ganaba su cariño podía conocer a una mujer completamente diferente.

Tomando asiento en la cama la pelinegra continuo hablando — Lo siento, de verdad se me paso la mano, sé que estuvo muy mal mi forma de hablarte y de hablar del cretino de...

Rosé levanto la mano interrumpiéndola saliendo de la capa de mantas que la cubrían — yo también lo siento, no te escuché antes, tú, todo el tiempo quisiste advertirme y yo preferí ignorarte — hizo una pausa reteniendo las lágrimas que sin duda alguna volverían a salir — tenías razón Lili — soltó un pesado suspiro. 

Rosé se tumbó en los brazos de Lisa al no poder resistir más el llanto y esta después de un rato levanto las manos donde aun llevaba las compras recientes.

— ¡Yahh! Será mejor que comencemos con estas cervezas ¿Okey? —  le regalo una sincera sonrisa y se dispusieron a comer, beber y hablar toda la noche.





— ¡Yahh! Será mejor que comencemos con estas cervezas ¿Okey? —  le regalo una sincera sonrisa y se dispusieron a comer, beber y hablar toda la noche

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Hola ^_^

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Hola ^_^

Aquí vemos un poquito más de la relación de las amigas ✨

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Gracias por leer <3 

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El asistente 🤓😅 

💕💕💕

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