4. Una competencia

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— Buenos días, buen día, buenos días... — así comenzaba un día de trabajo en la galería más prestigiosa de toda Sur Corea.

Diez pisos se elevaban del suelo para dar vida al arte, Art's Company no se trataba solo de una galería, contaba con una revista, residencia artística, centro de investigación y un restaurant de cocina progresiva que combinaba a la perfección con esa edificación artística.

Con más de cuarenta años en la industria se había posicionado muy bien en el país e internacionalmente, tanto así que tenía sucursales en Tokio, Madrid, São Paulo y New York. Para todo estudiante de arte y artista era un sueño trabajar o exhibir sus trabajos allí, significaba que su carrera se dispararía a las nubes, pero no era tan fácil tener ese privilegio.

— Buen día Gerente — saludaba el joven Bang Chan como cada mañana cuando llegaba su jefa — el equipo de ventas envío el balance de la semana, está sobre su escritorio junto al portafolio de la artista Clarice Anderson para revisión — continuaba explicando la agenda de su jefa mientras caminaba detrás de ella en dirección a la oficina — el Presidente ha enviado una invitación a almorzar el día de hoy y... bueno él

La mujer entaconada detuvo su paso para darle una mirada inexpresiva a su asistente.

— Bueno él ha comentado que no puede negarse.

Un suspiro pesado salió de parte de Lisa, apenas comenzaba el día y ya resultaba agobiante.

— Dile al Señor Bam que hoy deben tener las fotografías del artista japonés, agenda a Anderson para la próxima semana

Aunque no quería realmente reunirse con su jefe era algo que no podía evitar, por lo menos no por tanto tiempo.

— Confirma el almuerzo con el presidente Kim.

Terminó de dar las instrucciones al asistente quien estaba listo para salir hasta que, la voz de su jefa cargada de misterio sonó — esta tarde llegará un paquete, sabes cómo es... asegúrate de traerlo aquí de inmediato. Ahora retírate.

Por fin podía respirar tranquilamente. Bang Chan, amaba este trabajo a tiempo completo, pero a veces, solo a veces preferiría hacer otra cosa menos estresante que enfrentar diariamente la mirada de la bruja.

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— ¡Whoa! Lalisa Manoban, que difícil es concretar una cita contigo — comentó el hombre mayor con una sonrisa amable — que bueno que hoy decidiste acompañarme a almorzar — El Señor Kim Nae Sang daba la bienvenida a su mesa a la gerente. Era el fundador de todo lo que componía esa magnífica institución y como tal, siempre estaba al tanto de lo que sucedía allí, conoció a la pelinegra gracias al buen desempeño en su equipo, que la hizo posicionarse donde esta ahora y se convirtió en alguien muy preciada para él.

— Señor Kim es un gusto saludarlo después de tanto tiempo — Comentó tomando asiento frente al presidente.

— Tú haces que el tiempo sin vernos sea más largo — respondió con una fingida cara de reproche al mismo tiempo que sonreía.

Lalisa le sonrió devuelta — no tengo como refutar eso — revisaba la carta para pedir unos cubos de atún, algo sencillo para tratarse del restaurant de Art's Company.

— ¿Y bien? supongo que esta invitación a almorzar no es solo por que me extrañe — Lisa había disfrutado de la comida y le estaba pareciendo muy agradable el momento, pero, se extendía demasiado para su gusto y tenia más cosas por hacer.

— Siempre tan directa, eso me gusta de ti — sonrió Kim bebiendo de su copa de vino — Tienes razón, disfruto mucho hablar contigo de arte y te he tomado mucho aprecio, diría que eres como una hija para mi — tomo la mano de Lisa quien le correspondió el gesto. El hombre se encontraba muy pensativo, como dudando si decir o no lo que venía a continuación.

—... Aún no conoces a mi hijo, él tiene tres años trabajando en la sucursal de Tokio, ¡Es mi único hijo!... yo ya estoy viejo, mi esposa me insiste todos los días para que lo traiga aquí conmigo — Lisa tomó un sorbo de su bebida, sin entender aún que tenia que ver con ella toda esa historia — No daré tantas vueltas al asunto, él viene en unas semanas y estará trabajando en la galería, contigo.

 yo ya estoy viejo, mi esposa me insiste todos los días para que lo traiga aquí conmigo — Lisa tomó un sorbo de su bebida, sin entender aún que tenia que ver con ella toda esa historia — No daré tantas vueltas al asunto, él viene en unas semanas y...

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El liquido que bajaba por su garganta se apresuro a salir, pero por suerte fracaso en el intento.

« ¿Trabajando conmigo?

¿Esta hablando enserio? »

La tomo por sorpresa la noticia. Trato de recomponerse al escuchar la voz del mayor.

— ¿Te encuentras bien? — preguntó ante el incómodo silencio que se había instalado — se que es algo repentino, ese muchacho es mi hijo pero, es un poco arrogante y aun no tiene lo necesario para asumir mi cargo, será un completo dolor de cabeza aún así... es mi único heredero, por eso te pido ayuda con esto.

Lisa suspiro resignada — ¿Exactamente en que necesita mi ayuda? ¿Trabajará en mi equipo? ¿O estaré bajo sus ordenes? — interrogó sin rodeos y con un tono más serio de lo acostumbrado.

Kim Nae Sang siendo el Presidente y jefe de Lalisa Manoban temía a su reacción, la mujer era intimidante cuando se lo proponía — Quiere estar al frente de la galería y ocupar el mismo cargo que tiene en Tokio — trago grueso al pronunciar esas palabras.

Lisa fijo su mirada implacable en él — Sin embargo, yo se lo mucho que estas trabajando para ser la futura directora, puedo ver como lo ambicionas y me agrada que sea así, por eso, he decidido darles a ambos la oportunidad de optar por el cargo — El Señor Kim se puso de pie dispuesto a salir de allí antes de que aquellos labios lanzarán un embrujo o una maldición, cualquiera de las dos opciones era terrible si de ella se trataba.

— Te pido que hagas tu mejor esfuerzo y presentes una propuesta innovadora para darle un giro a lo que vienes haciendo en la Galería, ese será el reto — se acerco a Lisa para despedirse y depositar un beso en su muñeca. La pelinegra correspondió a la despedida poniendo todo de su parte para no explotar enfrente de su jefe.

« ¡¿Ahora debo competir por algo que he ganado?! »

Pensaba molesta aún en el restaurant. Hizo un gesto y uno de los trabajadores del lugar se acerco — Tráeme una botella de soju.







 Hizo un gesto y uno de los trabajadores del lugar se acerco — Tráeme una botella de soju

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Hola✨

¿Que tal les parece esta historia?
Ahora Lisa comenzará su trabajo
chan chan chan!!!

🤣🤣🤣🤣

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