.23.

765 114 25
                                    

Entre sobrellevar las conversaciones y dejar que todo parezca normal no levantó ni una sola sospecha, tal y como debería ser luego de un par de días siendo residente en una cabaña alejada que servía como refugio a un grupo de diversos seres salidos de pesadillas y, contra todo pronóstico de no existir, ahí estaban.

Era el cuarto día y Jeff salió temprano de su habitación siendo uno de los primeros en ir hasta la cocina. Ahí se encontró con Toby, quien en sorprendente silencio se preparaba un par de sándwiches.

—¿Y el resto? —Preguntó Jeff a modo de saludo.

—Oh mm, creo que todavía durmiendo.

—Me refiero a Masky y Hoodie. ¿No deberían ellos de estar aquí contigo también?

Hubo una ligera tensión por parte del castaño que por un segundo dejó de moverse pero luego contestó con su habitual sonrisa y humor.

—Están durmiendo. Ayer terminamos algo tarde y los dos se cansaron tanto que han quedado como troncos secos en sus camas; soy inmune a la fatiga por eso me vez aquí ahora.

Algo en el instinto de Jeff le dijo que estaba queriendo evitar el tema por un posible problema, por lo tanto no molestó insistiendo en ello. No quería generar tensión entre él mismo y Toby.

—Entiendo, entonces nos preparamos el almuerzo solos. —Contestó y tratando de hacer una broma para calmar a su compañero, sonrió y dijo— Genial. No se cocinar. ¿Qué hay de ti? No quiero morir de una manera estúpida por mi propia ignorancia.

—Para tu salvación si sé. Aprendí viendo a otros, tuve muchos errores y hasta pude crear nuevos venenos en mis prácticas culinarias jaja. Pero, no creo que esos dos no hagan el almuerzo, hace una semana compraron todo lo necesario y hoy que es sábado habrá mucha carne.

—¿Todos los sábados se comen carne?

—Como no tienes idea. ¡Hay de todo! —Para apoyar su punto abrió uno de los tres refrigeradores grandes— Mira, lo único que hay en esta cosa es carne. Está repleto de carne.

¿Esos dos refrigeradores estaban allí antes? ¿qué diablos? Las cosas parecían estar haciendo presencia luego de que él, otros o una acción muy necesaria y de urgencia se pusiera en su camino.

—... Sip, mucha carne. —Atinó a decir sin saber cómo continuar la conversación.

Tratando de no ingresar en el espacio personal de Toby, Jeff lo bordeó e imitó la acción de prepararse un par de sándwiches. Ya que realmente había muchos kilos de carne, agarró una buena porción y rápidamente lo puso en la sartén para cocinarla. Estaba haciendo hamburguesas.

—Oh, ¿comerás todo eso? —Tobías terminó de preparar su comida y miró a Jeff mientras daba una gran mordida a su creación culinaria— Provecho~

—¿Qué puedo decir? Tengo demasiada hambre, mi estómago es un pozo sin fondo cada vez que me levanto.

—¿Has intentado llenarlo con otra cosa? —Agarró su plato para irse, no quería dar una respuesta clara a su insinuación— Tal vez esa sea la solución jajaja.

Jeff lo miró incomprendido, pero por más que su mente trabajara no logró entender. Finalmente terminó de cocinar, sacó una bolsa del cajón de las bolsas (porque sí, había uno de esos. Tobías lo había creado para situaciones como esta), guardó sus cuatro hamburguesas sin cremas y puso la sartén en el lavadero.

Por pura curiosidad revisó el otro refrigerador y notó que estaba lleno de otros alimentos variados como el primero que vio al llegar. Revisó los otros cajones para luego no darse una sorpresa y tras asegurarse que no había nada doble o triple, caminó de regreso a su habitación en el segundo piso.

Sin embargo, ni siquiera pudo salir de la cocina porque chocó con algo duro que de verdad golpeó fuerte su cabeza. Aún quejándose y maldiciendo en susurros por ser algo torpe alzó la mirada de nuevo para ver qué diablos había aparecido de repente para golpearlo.

Su boca se cerró de golpe para no soltar una queja molesta, retrocedió tres pasos y levantó más la vista para verlo a la cara.

—Oww~ ¿te lastimaste pequeño? —Comenzó diciendo el alto ser— Disculpa, no era realmente mi intención porque pensé que a esta hora Masky y Hoodie todavía estaban preparando la comida.

—Están descansando según Toby. —Respondió Jeff— Tuve que prepararme mi desayuno solo y ahora mismo me voy a mi habitación, con permiso.

No queriendo seguir conversando con ese payaso descolorido de brazos largos y nariz con forma de cono, Jeff trató de pasar por la abertura de al lado. No obstante una mano negra vendada bloqueó su paso.

—Pero pequeño, ¿por qué la prisa? —La sonrisa que Laughing Jack le mostró activó una alerta roja silenciosa que gritaba peligro— No hemos tenido en placer de conocernos personalmente a fondo... ¡Oh! ¡Tengo una idea! ¿Qué te parece si aprovechamos el momento? Los otros bajarán en media hora todavía, tenemos tiempo.

—Hey, disculpa amigo, pero realmente quiero ir a mi habitación para comer sin la presencia de nadie. ¿Es mucho pedir?

—¿Amigos? —Preguntó mientras una mueca de confusión feliz aparecía en su rostro— ¿Somos amigos? —La mueca se fue reformando hasta cambiar por completo la anatomía de su rostro. Las hileras de dientes que apareció junto a la sonrisa grotesca aceleró negaticamente el corazón de Jeff— ¡Eso es fantástico! ¡No he tenido un amigo verdadero desde la última vez que jugué hace muchos años!

Todo se estaba saliendo de control. El payaso descolorido estaba cambiando a un tamaño más grande y aterrador por cada segundo que pasaba. El lugar parecía oscurecer y volverse pesado, dificultando la capacidad de moverse. Jeff retrocedió otros pasos más mientras buscaba de memoria cualquier cuchillo cercano para defenderse.

—Lo decía metafóricamente hablando, ser amigos no se hace de un segundo a otro. —Su boca, como casi siempre desde que se volvió un creepypasta, se adelantó a su cerebro para arruinar las cosas— Primero necesitan conocerse y llevarse bien; y realmente creo que no entiendes el verdadero concepto de amigos.

—Eso lo podemos solucionar, ¿no crees?

Tan rápido como pudo con sus reflejos recién adquiridos y practicados, Jeff esquivó el brazo que se dirigía hacia él con intención de clavarle las garras absurdamente grandes y afiladas.

Tomó el cuchillo que previamente utilizó para preparar la carne y lo levantó en posición de defensa y contraataque. La bolsa que tenía en una mano salió volando al suelo un poco lejos de su posición pero no era tan importante como el peligroso compañero que estaba delante.

—Oye, ¿qué mierda? ¿porqué me estás atacando? ¿qué te hice?

Los ojos desorbitados, el cabello erizado en todas direcciones, la sonrisa depredadora con líquido negro desbordando y la postura de un borracho con intención de atacar como un animal salvaje dejó en claro que Laughing ya no estaba consciente de si mismo.

—Mierda —Susurró sin despegar su vista del alto. Inconsciente retrocedió un poco más y levantó el brazo que tenía el cuchillo. Debía tener mucho cuidado o no saldría de esta.

Sonrisa Enfermiza (JEFF X SLENDERMAN) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora