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El chico no sabía ocultar sus intenciones. Grinny le dejó dar su explicación sin intentar buscar algo más concreto o revelador sobre porqué Slenderman lo había tratado personalmente, cuando aquellas tareas normalmente recaía en sus proxies.

Cuando utilizó su poder de regeneración en él, pudo sentir todo el daño que había sufrido su cuerpo desde el primer golpe. Desde los leves raspados y moretones hasta las torceduras y desgarros de algunos músculos en sus brazos.

Pese a las palabras del joven asesino, Grinny tendría un enfrentamiento con Laughing Jack luego de esta conversación. No solo porque su instinto de Omega le incitaba a proteger un Omega menor y dañado, sino también para cerciorarse de que la casta de Jeff siga oculta.

—Bueno, a pesar de que tus heridas están curadas en su totalidad te recomiendo descansar un rato más. Deberías estar al cien dentro de una hora por lo mucho.

Jeff hizo una mueca ante la palabra descanso, pero no pudo negarse cuando comenzó a tener sueño de la nada.

—Es un efecto secundario, no te alteres. Mi poder de regeneración se basa en consumir cualquier tipo de energía, en este caso para ayudarte fueron tuyas y mías, y luego transformarlas en una aceleración microcelular. Eso te genera sueño si es la primera vez y aún más cuando no has... ¿Has comido?

—... Estaba por hacerlo, ya había preparado mi comida antes de ser atacado... —Respondió con voz arrastrada y lenta.

—... Espera aquí un momento y no te duermas todavía. —Le ordenó y rápidamente se escabulló por la misma ventana.

Jeff lo miró irse y mientras más trataba de mantener los ojos abiertos, más rápido era atractivo recostarse en su cama y dormir de largo.

Su mente comenzó a revolotear entre recuerdos y fantasías, confundiéndolo lo suficiente para agregar más cansancio. Incluso en su pequeño delirio, recordó aquel aroma relajante del ente que estaba descansando en un sillón.

Sin saberlo se le formó una ligera sonrisa cuando más recordaba de sus pocos encuentros cara a cara. El deseo de haber querido estar consciente cuando fue rescatado de casi morir se quedó grabado en su mente; el calor que lo rodeó, la seguridad que sintió. Nunca, ni con su propia familia tuvo algo similar.

Un quejido bajo se escapó de su garganta cuando se encontró queriendo aquella comodidad de nuevo.

Si no fuera por el sonido que hizo Grinny segundos después al ingresar, Jeff estaba seguro de que se levantaría, saldría de su habitación y buscaría al hombre sin rostro para acurrucarse en sus brazos.

Tal vez Grinny no notó su conmoción cerebral al curarlo y eso era lo que le estaba afectando al momento de pensar.

—Ey, chico. —Comentó luego de acercase y depositar una bolsa negra a su lado— Creo que esto es tuyo, pensaba preparar algo de comer para traértelo pero noté la bolsa de hamburguesas apenas ingresé a la cocina. Vamos, come al menos una antes de dormir o te podrías quedar en cama hasta bien entrada la noche.

Jeff estiró la mano y agarró la primera que tocó. Al morderlo no esperaba la explosión de sabores pero luego de acostumbrase devoró el alimento como si de un ligero postre se tratase.

—Despacio Jeff, no puedo revivirte si te mueres por ahogamiento. No tengo tanto poder.

—Hm, tengo hambre...

—Lo sé, come otra, pero con calma que nadie te lo va a quitar.

Y así lo hizo, comió su siguiente hamburguesa a un ritmo tranquilo logrando degustar cada mordisco que le daba.

Una vez terminó de comer, depositó lo que quedaba en su mesa de noche. Quizás al volver a despertarse le daría hambre, y para evitar bajar a comer con los demás ya tenía la cena con él.

Grinny se despidió luego de notar que ya no era necesario, y que Jeff estaría descansando tranquilamente por un tiempo. Ahora él tomaría un pequeño descanso en el tejado antes de ir a la habitación de L.J. Salió por la ventana, bajó las persianas y se escabulló como una sombra.

Al quedarse solo nuevamente, Jeff se acomodó de un lado a otro buscando una posición cómoda. Sus párpados ya estaban cerrados cuando todavía luchaba con taparse lo suficiente para mantenerse caliente pero no sofocante.

Pronto, una sensación de calidez lo invadió. Por un momento pensó que ya estaba cayendo en un sueño profundo, pero luego vino aquel olor que lo hizo delirar desde que despertó.

Él estaba aquí.

Intentó levantar los párpados pero le resultaron demasiado pesados. Por suerte sus brazos pudieron moverse con algo de esfuerzo, así que a sabiendas intentó buscarlo en el corto rango de alcance que tenía.

Los movió por casi un minuto completo, y estando a punto de darse por vencido sus dedos rozaron algo liso, delgado, largo y con pequeñas deformaciones aleatorias que le daban la sensación de periódico arrugado. Esforzando su mente, recordó y supo que se trataban de sus extremidades de su espalda que simulaban tentáculos.

Estiró un poco más y envolvió sus dedos en aquello. Incluso lo atrajo lo mejor que pudo a su rostro y cuerpo para quizás obtener algo de su olor. Esperaba no estar alucinando.

Cuando no pudo su cometido a la perfección soltó un quejido bajo de molestia y necesidad, eso fue suficiente para que el mismo ente le extendiera más de sus extremidades e intentara calmarlo con suaves caricias sin hacer sonido alguno.

Ambos pensaron lo mismo. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué actuaban así? Llevaban conociéndose literalmente unos cuantos días y sus vidas habían dado un giro tremendo hace pocas horas.

Slender no supo qué hacer a continuación. ¿Debía dejarlo acariciar sus extensiones o intentar hablarle?

Cuando despertó hace pocos minutos en su habitación, se tomó unos segundos en recordar porqué su cama estaba desorganizada y él dormía en el sillón de lectura. Su corazón saltó ante la ausencia de Jeff y sin pensarlo mucho se deslizó como humo hasta su habitación esperando encontrarlo.

Aquel impulso se calmó en su totalidad cuando el joven asesino buscó alguna parte de él y lo consiguió. Viendo ahora que estaba completamente curado y que el sueño parecía dominarlo, conectó los puntos rápidamente y entendió que Smile o mejor dicho, Grinny, había estado unos momentos antes y lo ayudó.

¿Por qué? No lo sabía, pero una incomodidad y amargura se extendió en él cuando se imaginó la escena del gato-demonio alfa junto a Jeff, curándolo, diciéndole palabras relajantes y hacerlo sentir seguro a tal punto de que quiera dormir en su presencia.

En un acto infantil y desvergonzado, soltó sus feromonas lo suficiente para reemplazar cualquier olor que haya dejado el demonio.

Y en recompensa a su acto, no esperó el suave arrullo de satisfacción del joven, junto a una respuesta de igual medida en olor de feromonas suaves que lo envolvieron en el instante que las sintió.

Sonrisa Enfermiza (JEFF X SLENDERMAN) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora