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Slender decidió salir de la habitación, si seguía intentando averiguar la respuesta podría terminar despertando al chico y este le podría ver. No iba a tomar riesgos. No.

Una vez de nuevo en su estudio privado u oficina, como los demás miembros se acostumbraron a decirlo, tomó asiento en su cómoda silla giratoria con respaldar y acomodó su cuerpo para terminar mirando el techo mientras sus manos aún seguían reposando en su regazo.

Estuvo buen tiempo en aquella posición hasta que alguien tocó la puerta pidiendo luego el permiso para entrar. Tuvo que volver a una posición más 'profesional' antes de dar el pase.

—¿Qué sucede Sally?

No se había esperado que la pequeña fuera la que llamara a la puerta, ella simplemente ingresaba sin anunciar y lo saludaba con entusiasmo pero, esta vez se le veía algo nerviosa y tímida.

—¿Sally? ¿Pasó algo? —con preocupación inexpresiva se acercó hasta ella y la cargó entre sus brazos.

—Bueno... quería saber si podrías... Si podrías hablarme sobre el nuevo miembro de la familia, se ve que es agradable y divertido.

Familia. Aún no sabía de dónde había sacado aquel término para este grupo conformado por seres deformes y extraños, de mentes psicópatas, retorcidas y traumáticas. Pero quizás era lo mejor, la pequeña ya había tenido suficiente en su vida pasada.

—¿Qué es lo que quisieras saber? Sabes que no puedo contestarte todo pero haré un esfuerzo en darte una buena respuesta.

—Uh, pues... ¿de dónde es? ¿qué le pasó?

—Según nuestro informante, vivía cerca, en esta ciudad. Dijo que se había mudado hace un par de meses por motivos de trabajo de su padre... Lo otro, bueno, tuvo un par de peleas con algunos otros jóvenes y uno de estos sobrevivientes le había tirado lejía y alcohol para después prenderle fuego. Estaría varios meses en el hospital pero como sabes, al ser uno de los nuestros terminó saliendo solo semanas después. Supongo que él mismo se causó lo de la sonrisa y los párpados ya que no los tenía cuando regresó a su hogar.

—Pobrecito... ¿Crees que le animaría con algunos dulces? ¡Tengo varios de chocolate!

—... Por supuesto, pero ahora creo que está descansando, quizás más tarde pequeña.

—Está bien~ Iré a jugar con mis muñecas, me avisas cuando esté despierto ¿ya, papi?

Sólo atinó a asentir con la cabeza mientras la bajaba de su regazo y veía como cerraba la puerta para de nuevo quedarse solo en su oficina.

De un momento a otro fue arrastrado por sus pensamientos a cuando la conoció por primera vez y le preguntó si podría ser su nuevo padre. Cuando se dio cuenta que anduvo parado por rato, dio una media vuelta y acercándose a su estante sacó un libro cualquiera para pasar el tiempo restante leyendo y de vez en cuando, pensando sobre cualquier cosa.

°•°•°•°•°

Cuando despertó, sus ojos ardían un poco y su alrededor estaba en plena oscuridad. Por un momento se alteró al no recordar dónde se encontraba pero después de pensarlo mejor y esforzarse en no hacer un escándalo se puso de pie y a tiendas buscó el interruptor para encender las luces.

Lo bueno es que recordaba más o menos donde se encontraba, así que no hubo contratiempo y al cabo de unos segundos la luz lo cegó por unos instantes. Le costaba tratar que sus ojos escasos de párpados se acostumbraran.

Al buscar su celular y mirar la hora, se sorprendió al ver que eran las 7:14 pm. Había dormido toda la tarde sin querer. Lentamente volvió a su cama y tomó asiento en el borde.

—... ¿Qué hago ahora? *suspiro*.

Como si esa hubiera sido una señal, la puerta comenzó a sonar. Alguien estaba afuera y llamaba suavemente. Por el sonido, parecía que era una persona baja, un niño quizás. Teniendo este pensamiento, Jeff se levantó y abrió la puerta.

—¡H-hola! Soy Sally, ¿puedo pasar? ¡Traje dulces!

Frente a él se encontraba la pequeña de vestido rosa que vio en el almuerzo. Se notaba nerviosa pero feliz y animada, no podía negarle el pedido de entrar.

—Sí, por supuesto, pasa...

—Espero no ser una molestia, pero quería conocerte y saber más de ti. Los otros pueden ser un poco distantes ¡pero son buenas personas! Te puedo ayudar a acercarte a ellos si quieres.

Sally, como se llamaba, ingresó contenta y mientras hablaba observó su entorno para finalmente sentarse en su cama y dejar caer diferentes caramelos, chicles y chocolates en la sábana.

—Mm, claro.

—¡Genial! En ese caso, ven. Vamos a comer un poco, estos son dulces que tío Jacky me regaló por ser buena niña, ¡son muy ricos!

Cerró la puerta sin seguro y caminó hasta tomar asiento en el lado opuesto. Sally por mientras había estado separando los sabores dulces de ácidos.

—¡Toma, este es de fresa! Es uno de mis dulces favoritos~

Recibió el caramelo, lo vio por unos instantes y luego lo abrió para finalmente llevarlo a su boca y saborearlo.

—¿Te gusta?

—Sí, el sabor es suave... ¿Quién decías que te los daba?

—¡Tío Jacky!

—... Si me acuerdo bien hay dos 'Jack' en esta cabaña. ¿Cuál de ellos es?

—El de traje de payaso, por supuesto. El otro es tío Jack, él me acompaña junto a Ben en mis juegos de té... ¿quisieras unirte también? ¡Te vas a divertir!

—Quizás luego... aún no me acostumbro, ya sabes, llegué ayer.

—Bueno... está bien. De todas maneras, ¿puedo venir a visitarte algún otro día?

—No tengo problema con ello pero ¿por qué?

—¡Eres alguien interesante y pareces divertido!

—Oh...

—Ten, estos dulces son para ti. Ya me voy yendo, tengo un juego de escondidas con Toby y no lo quiero hacer esperar. Nos vemos luego, Jeff~

—Claro, hasta luego Sally. Diviértete jugando.

La pequeña salió de su habitación dando brincos de alegría y cerrando la puerta con seguro. Jeff agarró los caramelos esparcidos en su colchón y los colocó encima de su mesa de noche.

No teniendo que hacer hasta las 8:00pm, que era la hora de la cena, prendió su celular y comportándose como cualquier joven adolescente comenzó a ver vídeos ramdoms y memes/momos.

En esa acción se pasó el tiempo que faltaba, ahora tenía que bajar y comer con sus nuevos compañeros. Iba a ser difícil los primeros días claro esta, pero sabía que se acomodaría y muy pronto tendría tanta confianza que hasta bromas pesadas haría a los otros... Sí, ya se lo imaginaba inconscientemente y con eso dio una ligera sonrisa.

Sonrisa Enfermiza (JEFF X SLENDERMAN) (OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora